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~ 24 ~

Pasó una semana sin la presencia de Changbin, sin comida.

Afortunadamente Chris siempre guardaba pequeños trozos de carne u otras sobras para alimentar secretamente a los gemelos, así que estas reservas les había estado dando fuerzas durante casi dos días en los que se limitaban a comer las migajas, y aunque las últimas porciones habían estado rancias, era mejor que nada.

Lamentablemente el tiempo pasó y la comida se acabó así que para cuando se cumplió la semana ya no había nada de lo que pudieran obtener energía.
Las últimas horas habían sido demasiado difíciles. Los gemelos lloraban en sus camas por el dolor que les ocasionaba el no haber comido nada, quejándose fuertemente. Felix por su parte lloraba en silencio, el hambre también lo consumía pero no lo demostraba, simplemente se abrazaba fuertemente tratando de suprimir este dolor. Y Chris, Chris no se preocupaba por si mismo, el simple hecho de notar a sus hermanos de esa manera le rompía el alma.

Una idea que tuvo al inicio de aquella situación fue la de buscar migajas de cualquier comida en las canastas que Changbin no había recogido aquella última vez. Se dirigió a ellas y sí encontró migajas, pero solo eran eso, migajas. No alcanzaba para alimentar a nadie, nisiquiera a un gemelo por lo que Chris tuvo que soportar los llantos y quejidos de sus hermanitos hasta que el sueño les vencía.

Y así, pasó una semana y media en la que el hambre gobernaba el lugar.
Sin embargo, los mayores no se iba a dar por vencidos tan fácil así que decidieron buscar algo que comer.

-Chris, ¿Crees que encontremos algo allá arriba?- preguntó Felix de una forma tan bajita que apenas el mayor pudo escucharlo.

-Vayamos a revisar, aprovechemos que los gemelos están dormidos.

Y de forma lenta por la poca energía, se dirigieron al ático. Cuando llegaron arriba no sabían por dónde empezar, qué buscar. Estuvieron un rato sentados buscando con la mirada algo de que alimentarse, hasta que Felix lo vió.

-Chris mira- señaló la esquina del ático, ambos hermanos se voltearon a ver y asintieron lentamente, un ratón rondaba cerca.

Los hermanos caminaron lentamente temiendo espantar al roedor. Chris hizo señas al pecoso indicándole que se colocara a en el extremo opuesto a él.

El ratón corrió.

Los hermanos también lo hicieron, aunque las pocas fuerzas no les daban para mucho. Y entonces Felix lo atrapó aunque no paraba de gritar pues el animalito se movía continuamente en sus pequeñas manos, Chris corrió hasta él y con cuidado le quitó al roedor. No sabía que hacer. ¿Debía matarlo? ¿Cómo lo haría?

-Hazlo Chris, es una necesidad, el ratón lo entenderá- Felix habló tratando de animar a su hermano, aunque no sabía si lo estaba logrando- les diremos a los gemelos que es pollo o cualquier otra cosa y nosotros, esto quedará entre nosotros.

Y entonces Chris cerró los ojos con fuerza para susurrar un "perdón" y comenzar a oprimir sus manos alrededor del pequeño cuello del roedor sintiendo como el mismo se rompía segundos después.
Chris abrió los ojos que contenían lágrimas, acababa de matarlo. Se arrodilló lentamente y dejó el pequeño cuerpecito sin vida del ratón en la madera, Felix se hincó a su lado y pasó una mano por su ancha espalda, tratando de reconfortarlo.

Ninguno de los dos dijo nada hasta que Felix bajó unos momentos al cuarto y subió nuevamente.

-Ten- Felix ofreció las tijeras a Chris con un notorio temblor en sus manos- iré a despertar a los gemelos- pero Chris no parecía estar ahí con él- ¿Quieres que lo haga yo?- el mayor seguía inmóvil- está bien, yo lo haré tú despiertalos.