Capítulo 28

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Imposible.
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Siempre hay algo que arruina la felicidad.
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El sol resplandecía en su máximo punto, haciendo que la pálida piel de Edward brillará como un diamante, Romina lo apreciaba maravillada a lado de él, Edward se dio cuenta de que ella lo miraba y con una sonrisa le regreso la mirada.

Sus hermosos ojos azules brillaban tan intensamente como el sol. El cobrizo se acercó para besarla con amor y adoración, pero se tuvo que separar al ver un barco acercándose a la isla, eran las personas que mantenían todo en orden en la isla.

—¿Sucede algo? — preguntó curiosa.

—No, no es nada malo, solo hay que volver— Romina al leer los pensamientos del cobrizo solo asintió comprendiendo.

Cuidando que las personas que se acercaban no los vieran corrieron a velocidad sobrehumana dentro de la casa, una vez dentro Romina se lanzó hacia el sofá acomodándose. Escucho como los humanos salían del bote para después acercarse a tocar la puerta, Edward fue quien abrió y los recibió.

Romina se levantó del cómodo sofá para presentarse, mientras más se acercaba escuchaba la conversación de Edward con los humanos en portugués.

—Romina ellos cuidan la casa, Gustavo y Caori— los presento Edward mientras tomaba de la cintura a su esposa— Ela é minha esposa Romina.

Los humanos solo asintieron para luego retirarse, la mujer los miro un poco más observando a Edward con miedo y desagrado, y a Romina con miedo y pena.

—Mejor que vayan a hacer lo suyo— bromeó Edward recibiendo un pequeño golpe por parte de Romina quien entendió a lo que se refería Edward.

Edward cargó a Romina para recostarla nuevamente en el sofá mientras la besaba suavemente para después separarse.

—¿Qué fue todo eso? — preguntó Romina mientras lo besaba nuevamente.

Edward le siguió el beso mientras metía sus manos por debajo de la blusa de Romina quien rápidamente se separó recibiendo un pequeño puchero por parte del cobrizo, para después reírse.

—Me tienen miedo— contesto mientras la ponía en su regazo.

—¿Porqué? — preguntó confundida.

—Porque te tengo aquí, a ti sola — sonrió pícaro.

—¿Ella sabe lo que eres?

—Lo sospecha. Es una ticuna, sus leyendas son sobre demonios chupasangre que persiguen mujeres hermosas— contesto mientras la recostaba nuevamente en el sofá para besarla.

Fueron interrumpidos por los humanos quienes iban pasando, la mujer miro a Edward con miedo de que le hiciera algo a Romina. El hombre que la acompañaba le indico que siguiera caminando y no los interrumpa.

𝐀𝐦𝐨𝐫 𝐄𝐭𝐞𝐫𝐧𝐨 [𝐸𝑑𝑤𝑎𝑟𝑑 𝐶𝑢𝑙𝑙𝑒𝑛] ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora