Capitulo 16.

12.3K 703 30
                                    

La manada.
←←★→→

←←★→→

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

←←★→→


Los sollozos de Romina habían cesado, los demás se habían marchado hacia la casa encontrándose con un Edward destrozado, su habitación estaba hecha un desastre, cosas rotas se veían por doquier en la habitación, mientras Edward veía a través de la ventana el paisaje que brindaba el bosque.

—¿Qué fue lo que pasó? —preguntó Esme realmente preocupada.

—Discutí con Romina.

—La hubieras dejado hablar idiota—replicó Rosalie quien se había encariñado demasiado con la pelinegra.

Los Cullen suspiraron y se fueron de aquella habitación dejándolo sólo a excepción de Esme quien se acercó a Edward posando una mano en el hombro del cobrizo en un intento consolarlo.

—Tal vez ella lo escogió a él, pero está bien yo me haré a un lado y ella será feliz, eso es lo único que importa, que ella sea feliz, aunque no sea conmigo —dijo con su voz quebrada.

—No Edward, sabes que ella te ama, ella nos dijo que a Seth solo lo quiere como a un hermano.

—Pero él no, Seth la quiere más allá de la hermandad y eso en verdad es doloroso, pero si ella lo escoge a él yo me apartaré de su camino.

Esme tenía sus ojos llenos de lágrimas que nunca caerían, le dolía ver a sus dos hijos así, ella solo quería que fueran felices y ella muy bien sabía que los dos se amaban demasiado, todos en la familia sabían que su amor era demasiado fuerte, como para que se desvaneciera tan rápido era imposible que eso pasará, porque los dos esperaron demasiados años para volver a estar juntos. Esme Cullen solo abrazo al cobrizo que rápidamente también abrazo a su madre adoptiva.

Mientras tanto Romina se encontraba cazando cerca del límite del tratado, se encontraba dolida nunca pensó que su gran amor dudará de ella. Romina Berry amaba demasiado a Edward Cullen, él era su compañero, su amor eterno, pero al parecer él no lo entendía, amaba a Edward y en cambio a Seth solo lo quería como a un hermano, un amigo solo eso, ella tenía claros sus sentimientos. Quería a los dos hombres, pero cada uno de diferente manera.

Unos ruidos provenientes detrás de un árbol la alertaron, con cautela se acercó hacia los ruidos encontrándose con el gran lobo color arena mirándola fascinado, se acercó a ella bajando su cabeza para que lo acariciara y la chica lo hizo.

—Hola Seth.

El lobo solo se acercó más a ella como modo de saludo para después alejarse y esconderse detrás de un árbol, detrás de aquel árbol salió un chico parecía un adolescente como de unos 16 años, moreno y con unos shorts puestos, sin camisa dejando su abdomen al descubierto, y sin zapatos dejando sus pies descalzos, se acercó un poco más a ella admirando la belleza de la peli- negra. Romina no había conocido a Seth en su forma humana hasta ahora, le parecía extraño ya que ella es mucho más mayor que él, y él solo es un pequeño adolescente, solo lo veía como si fuera su hermano menor.

𝐀𝐦𝐨𝐫 𝐄𝐭𝐞𝐫𝐧𝐨 [𝐸𝑑𝑤𝑎𝑟𝑑 𝐶𝑢𝑙𝑙𝑒𝑛] ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora