Capitulo 6.

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Recuerdos   

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Forks, Washington.

La fuerte lluvia golpeaba ligeramente la frágil ventana de cristal, los árboles se movían de un lado a otro a causa del viento.

El chico de cabello cobrizo miraba a la ventana recordando a su amada mientras acariciaba el anillo que hace muchos años adornaba el dedo de la única mujer que ha amado.

Repasaba los borrosos recuerdos que tenía con ella, tenía una pequeña sonrisa nostálgica la cual se borró al recordar ese fatal día, el día en el que su existencia ya no tenía sentido, el día en el que sintió que estaba muerto, el día en que la perdió a ella.

Habían pasado 5 años desde que se había ido desde que se había alejado de su Creador se había ido el primero de abril de 1919 y ahora regresaba el 16 de junio de 1924. Volvía para estar con su Creador volvía para estar con ella grande fue su sorpresa cuando encontró a su Creador feliz con su compañera Esme quien rápidamente la vio como una figura materna y Esme desde que lo vio lo adoptó como su hijo, aunque aún extrañaba aquella pelinegra de ojos azules esa híbrida se había ganado su corazón.

Ahora El joven cobrizo corría por el bosque a velocidad humana hasta que algo brillante llamó su atención.

Lentamente se acercó a ese objeto que estaba tirado en la tierra estaba sucio, pero aun así logro distinguir lo que era. Ese objeto brillante era el anillo que él le había dado a Romina cuando acepto casarse con él, ese anillo era de su madre Elizabeth Masen, ese anillo pertenencia a su amada.

Inmediatamente corrió hacia donde debería estar la casa de ella, estaba diciéndose afirmaciones de que ella estaba bien, de que ella volviera a su lado.

Sus ojos se cristalizaron con lágrimas que jamás podría derramar, aquella lujosa casa en la que su amada vivía ya no estaba, todo lo que había era una casa con aspecto de que hubo un incendio, una casa abandonada, una casa que se hacía cenizas.

Se adentro a la casa sin ser visto, debía tener cuidado todo el pueblo de Chicago creía que había muerto de gripe española.

—¡Romina! ¡amor! — grito —¿Dónde estás? — susurro para el mismo.

A paso apresurado salía de la casa, había una anciana pasando casualmente por ahí nunca la había visto así que no le importo ser reconocido.

—Disculpe señora, pero si no es molestia podría decirme que paso en esta casa — apunto a la casa abandonada.

—Oh, joven hace 5 años hubo un incendio en esa casa, nadie de la familia Berry sobrevivo, todos fallecieron. Tal vez los conocía y lamento mucho su perdida — finalizo para seguir caminando.

Esas palabras lo habían dejado en shock " nadie sobrevivió".

¿Era posible que un vampiro estuviera en shock? Bueno así estaba él en ese momento.

La única mujer que amo, su amor eterno, aquella chica de hermosos ojos azules había muerto, ella había muerto y jamás la volvería a ver, jamás podrá besarla, jamás podrá casarse con ella, jamás sería feliz con ella, jamás.

Sintió cómo le arrancaban el corazón del pecho, sintió como su vida ya no tenía sentido, sintió un enorme vacío que jamás nadie podría llenar. Su querida compañera había muerto y él ya no le veía sentido para seguir viviendo, Pero inmediatamente pensó en Carlisle y Esme pensó en el profundo dolor que le causaría a los dos, con todo el dolor del mundo dejó aquella casa de la cual pertenecía su amor eterno cuando ya estuvo suficientemente dentro del bosque corrió a velocidad sobrehumana tenía sus ojos cristalizados y sollozaba en ese momento odiaba no poder llorar quería sacarlo todo quería volver a verla.

Tal vez si nunca se hubiera ido ella estaría con él, tal vez si hubiera tomado la decisión correcta ella estaría con él, tal vez si hubiera escuchado a Carlisle ella estaría con él, pero ya no había un tal vez porque ya estaba hecho, se torturaba con sus pensamientos diciéndose a sí mismo que Nunca debió haberse ido, pero ya era tarde ya no podría hacer nada ella se había ido, ella se había ido de su lado.

Cerró los ojos ante el recuerdo que aún lo torturaba dio un suspiro al mismo tiempo que acariciaba el anillo ovalado de diamantes que alguna vez perteneció a su madre y que alguna vez perteneció a ella.

Saltó de la ventana de su habitación corriendo velocidad sobrehumana necesitaba despejarse, la necesitaba a ella, pero ella ya no estaba, no entendía Cómo es que aún estaba vivo su compañera había muerto y él seguía vivo.

Llegó a un Prado lo había encontrado cuando había llegado Forks se parecía al que tenía en Chicago con Romina nunca llevó a Bella ahí, ese lugar que había encontrado era solo para Romina y él.

Extrañaba su compañera lo hacía desde 1919 cuando se fue, cuando se alejó de la mujer que amaba. Cuando Romina aceptó casarse con él siempre se imaginó a ella con un hermoso vestido blanco caminando en el altar hacia él, se imaginó que tendrían dos hijos, que serían niño y niña el niño tendría el cabello de su madre y los ojos del padre la niña tendría el cabello de su padre y los ojos de su madre cada uno iba a ser amado por sus padres y se arrepentía haberla dejado, pero ya no había vuelta atrás.

Lo que él no sabía es que cada vez estaba más cerca de ella estaba más cerca de ser feliz con ella.

Lo que él no sabía es que cada vez estaba más cerca de ella estaba más cerca de ser feliz con ella

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𝐀𝐦𝐨𝐫 𝐄𝐭𝐞𝐫𝐧𝐨 [𝐸𝑑𝑤𝑎𝑟𝑑 𝐶𝑢𝑙𝑙𝑒𝑛] ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora