Capítulo 02.

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21 años.

Había pasado un año en el cual había superado a Anyarie, su desinterés y falta de amor por mí rompieron lazo conmigo.

—Noel, mijo... Vete temprano a tu casa. Está semana has estado hasta muy tarde.—Se acercó mi jefe, salí de abajo del auto que arreglaba. Estaba todo lleno de grasa.

—No se preocupé señor, estoy bien. Hoy seguiré haciendo turnos extras.—Insistí, necesitaba ese dinero.

Aquel hombre mayor suspiró dándome una cálida sonrisa.

—No cierres tan tarde.—Avisó con una sonrisa.

03:00 Am.

La madrugada me agarró terminando de arreglar un auto con otro muchacho, habían unos cuantos en mi situación y nos quedabanos hasta muy tarde.

—Creo que es ya es muy tarde para seguir, cerraré.—Avisé.

Todos salieron de la parte de abajo de los autos, algunos arreglan otras cosas. Cerré con cansancio, me monté en un auto que rentaba, era algo sencillo.

Le di un beso en la frente a mami al verla dormida con el rosario en la mano. Caminé a la habitación de Ardilla a ver si había llegado bien, y se encontraba profundamente dormido.

—Pronto llegará mi momento...

Dormía plácidamente, en mi mente se reproducía una imagen no muy clara. Una chica de baja estatura me besaba y yo parecía estar feliz con ello. La abrazaba acariciando su espalda mientras ella decía lo mucho que me amaba.

Desperté rápidamente.

Suspiré fuertemente.—Sólo fue... Un sueño.—Me hablé a mi mismo un poco asustado. No querías estar con alguien por ahora debido al miedo de caer en lo que me pasó con Anyarie, miré la hora 5:30 Am. No pude dormir más, decidí finalmente levantarme y estar listo para un nuevo día en Las Mojas.

Fue un sueño bastante extraño, quizás fue el cansancio acumulado que tenía.

7:00 Am.

—Hola mi amor.—Mi madre beso mi frente.—Dios te bendiga. ¿Y tu hermano?—Ella servía los platos, otra vez habichuelas.

—Está en su cuarto, seguro ahora baja...—Susurré mirando la comida. Mi mamá me miró con tristeza.

—Ya sé que ustedes están cansados papi, pero no había para más.—Su voz estaba quebrada, me levanté de la mesa para abrazarla.

—Pronto me pagarán y podremos comer algo mejor, mami.—La tranquilice.

Narra Ariana.

—¡No llevarás a la niña a ese lugar horrible, Juan!—Gritó mi madre.

—Por favor Diana, ¡es su familia!—Respondió mi padre molesto. Se acercó a mí.—¿Tu si quieres ir, mi amor?—Me miraba con súplica, sus manos tomaban mi cara con ternura.

La familia de mi padre era sencilla a pesar de tener dinero, vivían cerca de ese barrio que tanto detestaba. No quería acercarme allí, pero mi papi quería que compartiera con ellos ya que no los veía casi por mi madre. Ella decía que mientras vivieran allí no iría.

—Sí papi, lo que tu quieras.—Sonreí con ternura. Era lo menos que podía hacer por él, iba a una buena universidad pagada por mi padre.

—¡Ariana por Dios Santo! ¿Has visto dónde viven?—Gritó de forma histérica mi madre.

—No es un barrio peligroso, deja de ser tan superficial por un momento, Diana.—Defendió mi padre al lugar de vivienda de mis abuelos y mis tíos.

Me Pelea. [Noriel Danger] ©.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora