Me Pelea. [Noriel Danger] ©.

Capítulo 13.

Una semana había pasado en la cuál mi madre no paraba de recalcarme la "mala decisión" que había tomado.

—No puedo creer que te hayas fijado en un muchacho de la calle Ariana, eso no es lo que te he enseñado.

No discutiria con ella, solo la ignoré continuando mi labor lavando los trastes y la cocina.

—Ya basta Diana, si tanto te importa la gente de alta clase con elegancia... ¿Porqué sigues conmigo?—Atacó mi padre, quedé helada ante tal pregunta pero seguí haciendo mi labor.

—Pero mi vida, tú eres muy diferente a ese niñito porqué...—Decía mi madre pero obviamente no la dejaron terminar.

—¿Porqué? ¿Porque tengo dinero? No me parece correcto de tu parte, si lo que te gustó de mí fue mi billetera entonces nuestros años de matrimonio fui engañado.

Salí rápidamente de la cocina, esto se estaba saliendo de control.

—Papi... Cálmate.—Acaricié su espalda mirándolo con ternura.

Mi madre tenía sus ojos con algunas lágrimas queriendo salir.

—Hablaremos luego, Juan.—Habló mi madre con voz temblorosa.-¡Y tú! Muchachita insolente.—Me tomó de los cabellos jalandome a ella.—Estas castigada. ¡No te quiero cerca de ese muchacho!—Gritó.

Yo me quejaba por el dolor ejercido en mi cuero cabelludo. Mi padre me tomó sacándome del agarre de ella.

—¿Estás bien, cariño?—Mi padre besó mi frente abrazandome, asentí.—No le prestes atención a tu madre, no estás castigada.

15:00 Pm.

—Volveré en un rato.—Avise a la Alexander tomando mis llaves.

—No regreses tarde.

30 minutos después...

Había llegado a mi destino, emocionada me adentré al lugar.

Narra Noel.

Colocaba un nuevo tren delantero a un auto en reparación. Sentí el toque de alguien en mi hombro, volteo a mirar quién era.

—Te buscan allá afuera.—Dijo uno de mis compañeros con una sonrisa.

—Voy a ver.

Salí a la entrada extrañado, casi nadie venía a verme al taller. Me lleve una gran sorpresa, una sonrisa se formó en mi boca.

—¡Beba!—La abracé rápidamente de la emoción besando sus labios.—Lo siento, te ensucie de grasa.—me separé mirando su pantalón.

Ella reía.

—No importa, quería verte.

—No quiero dejarte esperando aquí, ¿Porqué no me mejor vas a casa y yo te busco al terminar todo?—Sonreí.

—Mmm... Está bien.—Me dió una linda sonrisa.

Mi teléfono sonó indicando una notificación, sonreí ligeramente al ver de quien provenía.

—¿Porqué sonríes? ¿Quién es?—Ella se estaba colocando seria, fruncí el ceño extrañado por su repentino comportamiento.

—Es una amiga de allá de...

—Dame tu teléfono.—Extendió su mano. Su voz demostraba carácter, yo reí ante lo que dijo.

—¿Estás de juego verdad, mami?

—O me das tu teléfono o tenemos un serio problema aquí mismo, Noel Santos.—Sentenció. Tragué en seco, yo no tenía nada que ocultarlo pero esos celos no me parecían correctos.