T2, Capítulo 10.

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—No... Noel.—Estaba atontada viendo el resultado tanto como él, prácticamente sin aire de la impresión.—¿Estás viendo lo mismo que yo?—Tragué en seco.

—Sí...—Susurró.—No estás embarazada.—Su voz estaba apagada mientras seguía viendo la prueba, lo vi un momento y parecía triste, estaba extrañada por su comportamiento. ¿No se supone que él debería estar feliz?

Solté el aire contenido que tenía guardado en mis pulmones por toda la tensión de estos días, la liberación recorría mi cuerpo.

—¿A ti que te pasa? Deberías estar más tranquilo.—Le hablé, el parecía perdido en sus pensamientos y de pronto soltó una pequeña risa.

—¿Sabías qué...?—Respiró profundo y me miró, pude ver que sus ojos estaban casi a punto de derramar lágrimas.—Estuve revisando en Internet precios de coches, hasta busqué un libro sobre "¿Cómo ser unos padres responsables?"

Estaba atónita. ¿Qué hizo qué?

—¿Por qué hiciste eso?

—Siento que estoy perdiendo el tiempo Ariana, los años están pasando y ya perdí a mi hijo una vez. Pensé qué... Tendríamos esa familia que una vez soñamos, no te estoy diciendo que me ames y que te cases conmigo sólo que, me hice una ilusión con la idea de tener un bebé.

Y fue ahí cuando Noel supo cómo tocar mi fibra más sensible. Recuerdo perfecto cuando me contó que en su adolescencia casi tiene un hijo pero la chica tuvo un aborto espontáneo.

Miré a otro lado, me daba un poco de tristeza.

—Tu sabes que yo no puedo ser esa madre que quieres para tus hijos, yo tengo otros planes y con otra persona.—Le hablaba suavemente, sabía que estaba muy mal en este momento.

Se levantó del mueble y empezó a reír sin gracia.

—¿Sabes que es lo más irónico de todo, Ariana?—Podía ver su espalda junto con sus manos cruzadas en esta, Noel estaba mirando hacia otro lado.

—¿Qué?

Tenía miedo de su respuesta.

—Qué dices eso y quieres seguir acostandote conmigo, ¿no te parece contradictoria tu moral en esta situación?—Su voz era neutra, y yo me sentí mal. Gustavo llegaba a mis recuerdos y saber que estaba siendo una completa zorra no era lo que algún día pensé hacerle a alguien que fuese mi pareja.

Me levanté del sillón acercándome a él, toqué su hombro.

—¿Me estás juzgando?

Se giró y por fin me miró.

—No, pero espero que tengas unas buenas razones para hacer lo que haces, no para mi. Si no para él, por las mentiras tienen patas cortas.—Estaba serio, mi mente te creaba miles de escenarios donde quizás me pillen infraganti con Noel.

—Yo considero que no deberías estar hablándome como si fuese una estúpida zorra. Sé porqué hago cada cosa, tú eres quién no sabe las respuestas de tal cosa.—Estaba siendo dura.—Si quieres un bebé, puedes pensar en ir a un orfanato.—Me levanté para irme rápidamente, me sentía humillada y triste.

—¡Espera!

Su mano me paralizó para poder  irme de este lugar, respiré hondo para girarme y encararlo.

—No, quedó bastante claro tu opinión sobre mí. Y no te preocupes, no te buscaré más. Fue divertido mientras duró.—Salí de aquel lugar botando lágrimas de tristeza, me sentía humillada y eso dolía horriblemente.

Caminé rápidamente al estacionamiento saliendo del Studio sin despedirme de Santana o Ganda, lágrimas empezaron a brotar cuándo ya aquellos susidichos no estaban en mi vista, me sentía horrible, ¡tan horrible! Y se supone que lo que diga Noel en estos momentos debe valerme mierda pero, aquí estoy llorando porqué prácticamente me dijo zorra.

Me Pelea. [Noriel Danger] ©.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora