𝐓𝐡𝐞 𝐆𝐮𝐚𝐫𝐝𝐢𝐚𝐧 ⟶ Harry Potter AU [ESPAÑOL]

Chapter Thirty-Seven

SI ESTABA SIENDO COMPLETAMENTE HONESTO, Harry esperó que Charlus y Sirius hicieran más en contra los Dursley antes de irse. Después de años de sentirse como un cero a la izquierda en una casa donde vivían otras tres personas y siendo maltratado como si fuera alguien inferior, esperaba un poco de más de justicia que un regaño. Sin embargo, Charlus no parecía ser esa clase de persona. No necesitaba amenazas de violencia para asustar a los Dursley, sus palabras fueron suficientes.

Cuando Charlus salió de la casa de los Dursley para reunirse con Sirius y Harry, tenía una sonrisa, pero sus ojos portaban una tristeza que hasta Harry notó. Miró a Sirius, quien tenía todas las pertenencias de Harry bajo su brazo y suspiró pesadamente. Y aunque no estaban diciendo nada, Harry estaba seguro de que estaban teniendo una conversación.

Eventualmente, Charlus puso su mano sobre el hombro de Harry de nuevo.

—¿Listo para irnos, Harry?

No debía preguntar dos veces. Harry asintió con la cabeza emocionado. Por supuesto que estaba listo para irse, estuvo listo para ello desde que comprendió lo mal que lo trataban los Dursley.

—Bueno, escucha bien, esto es importante —le dijo Charlus—. Necesito que te sujetes de Sirius tan fuerte como puedas. Vamos a irnos y te vas a sentir mal por un momento. No duele, pero se sentirá como si estuvieras siendo succionado por un estrecho tubo. ¿Entiendes?

Con sus ojos pasando de un hombre al otro, era claro que Harry no entendía y estaba poniéndose nervioso.

—¿No vamos a tomar un carro o un tren?

—No —rió Sirius—, esto es más rápido. Vamos, toma mi mano, vas a estar bien.

Harry no estaba muy cómodo pero ofreció su mano para que Sirius la tomara. Vio cómo Charlus se puso del otro lado de Sirius y antes de que pudiera decir algo, era como si estuviera siendo arrojado fuera de la escena. Las palabras previas de su tío cobraron sentido, sí se sentía como si estuviera siendo succionado por un espacio estrecho. Y aunque era muy incómodo, no duró mucho, segundos después sintió el suelo bajo sus pies una vez más.

Se aferró al costado de Sirius, respirando con dificultad, y no se atrevió a preguntar qué había sucedido, solo sabía que no quería volver a experimentarlo.

—Intenté advertirte, Harry —rió Charlus ante el rostro de su sobrino—, es un poco extraño al principio, pero en cuanto más lo hagas, más fácil es.

Harry iba a decirle que no quería hacerlo de nuevo cuando levantó la mirada y se dio cuenta de que no estaba en el número 4 de Privet Drive, sino en otro lugar. Había una hilera de hermosas casas en frente de ellos. Cuando pensó en lo rápido que fue el raro sentimiento de extracción, no tuvo que haber durado tanto como para viajar a un lugar completamente diferente en segundos.

Pero Harry recordó cómo Sirius movió el palo en su mano para invocar su bolsa con sus cosas, que voló por los aires hacia él.

—¿Qué son? —les preguntó Harry, dando un paso hacia atrás—. ¿Cómo llegamos aquí? ¿Qué somos?