Chapter Twenty-Five

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NADA SUCEDIÓ

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NADA SUCEDIÓ. La sonrisa se fue de inmediato del rostro de Fudge cuando el perro se quedó en cuatro patas, mirándolo. Confundido, miró a Charlus quien lo veía de mala gana y Maeve, que tenía las manos sobre su boca en shock. Remus se veía como si hubiera perdido diez años de su vida por todo el estrés acumulado de sopetón; la única persona sonriendo era Rita, con su pluma copiando todo lo que había pasado.

—Pe... pe... pero, el perro, es negro y...

—Como muchos perros del mundo, Ministro —dijo Charlus—. Sí, éste en particular, tiene pelo negro, y está siendo entrenado para ser mi perro guía. Ha intentado atacar a mi futuro animal de servicio.

Los ojos de Fudge se abrieron como platos mientras la pluma de Rita escribía la acusación.

—¡¿Qué?! ¡No, no lo hice! ¡Intentaba revelar que...!

—¡Una acusación que recibió del criminal que traicionó a mi familia! Creyó en su palabra sobre la mía. ¿Cuántas veces ensuciará los nombres de los inocentes e intentará encerrarlos? Hacer que Sirius pasara seis años injustamente tuvo que haber sido suficiente. Pero porque se avergonzó de su error, intentó cubrirlo con esta estupidez.

—No, yo...

—Intentó acusar a mi esposo y enviarlo de vuelta a Azkaban para demostrar que, después de todo, no cometió un error. Y también iba a hacer de Remus y de mí los cómplices para enviarnos a Azkaban, acabando así con los clavos sueltos. Qué bajo ha caído. Y para empeorar las cosas, intentó hacerlo en Víspera de Año Nuevo para mantener todo bajo las aguas. Para año nuevo, la gente sabría lo que sucedió y usted empezaría bien el año.

Con Fudge fallando en encontrar palabras con las cuales defenderse, Rita dio un paso hacia adelante con una falsa mirada de horror.

—Y corríjame si me equivoco, Ministro, ¿pero tiene una orden de requiso aprobada por el Wizengamot? —preguntó inocentemente—. Porque si no, oh cielos, eso no será muy bueno, ¿o sí? Su única evidencia para justificar su búsqueda es la palabra de Peter Pettigrew, quien fue declarado culpable y arrojado a Azkaban. No puedo imaginar cómo se tomarían esas noticias.

—¡TÚ! —Fudge apuntó a Charlus con su dedo—. ¡Eres un demonio! Tú... ¡Tú planeaste todo esto!

—¿Yo? —Charlus se señaló a sí mismo—. Ministro, solo intentaba disfrutar de las fiestas con mi familia. Usted fue el que vino por cuenta propia junto a dos Aurores para crear problemas. Estaba esperando terminar una simple entrevista con la señorita Skeeter y luego comer. Usted se atrevió a entrar aquí, no solo acusando a mi esposo sino también a mi hermano. Usted, ilegalmente, requisó la casa de la señorita Elpis, ¡y procedió con atacar a un animal inocente!

—Si no es Sirius Black, ¡¿dónde está?! ¿Hmmm? ¿Lo están escondiendo?

Entonces, la puerta del frente se abrió y Sirius entró vestido en papel de regalo con un moño decorando su cabeza. Gritó "¡Feliz Navidad!" con los brazos en el aire, solo para congelarse cuando notó a Fudge, a los Aurores y a resto de la habitación mirándolo.

𝐓𝐡𝐞 𝐆𝐮𝐚𝐫𝐝𝐢𝐚𝐧 ⟶ Harry Potter AU [ESPAÑOL]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora