Chapter Thirty-One

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CHARLUS SABÍA MUY BIEN que Dumbledore no revelaría dónde estaba Harry, sin importar quién le rogara

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CHARLUS SABÍA MUY BIEN que Dumbledore no revelaría dónde estaba Harry, sin importar quién le rogara. También sabía que Dumbledore estaría alerta después de que Fudge tuviera una caída de gracia ante el público. Seguramente, estaba anticipando la visita de Charlus y ya tenía su respuesta preparada. La carta no era suficiente para convencerlo de que Harry no estaba a salvo con los Dursley como quería creer, pero Charlus quería conocer la razón por la cual los Dursley fueron escogidos. Y una vez Dumbledore confesó sobre el sacrificio y el lazo de sangre, Charlus estuvo dispuesto a pretender que fue derrotado.

Sin embargo, antes de entrar al castillo, Charlus pasó el tiempo con la profesora McGonagall, y no estuvieron en silencio.

—Profesora, usted sabe tan bien como yo que no me lo dirá —le dijo Charlus, mientras ambos soportaban el frío juntos—. No a menos que esté en total control de la situación. Va a insistir en que Harry se quede con los Dursley. Lo veo en su rostro, usted sabe lo horrible que eso. Necesito su ayuda, profesora. Usted debe saber dónde están los Dursley.

McGonagall se detuvo y se giró hacia Charlus. Su rostro demostraba su conflicto interno. Por una parte, había sido leal al profesor Dumbledore durante décadas. Fue su mentor y su buen amigo en tiempos difíciles. Y aun así, a través de los años, había conocido a muchos estudiantes de los que disfrutaba su compañía, pero ninguno se comparaba a la adoración que sentía por estudiantes como James y Charlus Potter, junto a Sirius Black, Remus Lupin, e incluso en su momento, Peter Pettigrew.

—Por favor —le rogó Charlus—, no soy el único que se lo está pidiendo. Si el cielo existe, James y Lily también le están pidiendo que ayude a su hijo. Le prometo que mantendré a Harry a salvo, y me aseguraré de que sea feliz. Solo necesito su ayuda una última vez, profesora.

Al mirarlo, McGonagall levantó una de sus manos y tocó gentilmente su rostro.

—Si te das cuenta, Charlus, de que si sigues esta ruta no podrás quedarte aquí, ¿verdad? El Ministerio ya está buscando cualquier razón para arruinarte, o al menos, Fudge lo está. Y si intentas hacer este plan, Dumbledore seguramente va a...

—Lo dijo usted misma, profesora. Le dijo a Dumbledore lo que vio con sus propios ojos y aun así puso a Harry ahí. Y como si no fuera poco, le dije sobre la carta, pero mírela usted misma. Vea lo que Harry me envió.

Sacándola de su bolsillo, Charlus le pasó la carta a McGonagall para que la observara, viendo cómo lentamente llevó una mano para cubrir su boca, para ocultar su horror. Pero aun así su reacción fue suficiente y Charlus recibió la carta de vuelta.

—Si te digo dónde está —empezó—, ¿aún tendrás que ir al castillo?

—Sí. No solo quiero escuchar la razón de Dumbledore por mí mismo, pero también debo ocultar mis rastros, profesora. Necesitamos ser discretos con esto. Nunca querría arrastrarla conmigo en este lío.

𝐓𝐡𝐞 𝐆𝐮𝐚𝐫𝐝𝐢𝐚𝐧 ⟶ Harry Potter AU [ESPAÑOL]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora