Chapter Thirty-Five

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EL SEÑOR Y LA SEÑORA DURSLEY, que vivían en el número 4 de Privet Drive, estaban orgullosos de decir que eran muy normales, afortunadamente, pero Charlus no había preguntado y tampoco le importaba

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EL SEÑOR Y LA SEÑORA DURSLEY, que vivían en el número 4 de Privet Drive, estaban orgullosos de decir que eran muy normales, afortunadamente, pero Charlus no había preguntado y tampoco le importaba. El propósito de aparecer en el vecindario muggle era el de ir por su sobrino sin falla y largarse tan pronto fuera posible. Apareciendo un poco alejados de su destino, Sirius y Charlus se recompusieron y, antes de ir hacia el hogar,  se aseguraron de que nadie estuviera fuera en sus jardines.

Charlus lideró el camino y todo el tiempo pudo sentir su corazón corriendo en su pecho, al punto de que era doloroso. Pero no se detuvo hasta que llegó a la puerta y segundos después, estaba tocándola. A su lado, Sirius seguía en su forma animaga y tan pronto escuchó que alguien se acercaba a la puerta, empujó la mano de Charlus y fue hacia la parte de atrás. Era mejor tener un factor sorpresa bajo las mangas en caso de que algo saliera mal.

Tan pronto se abrió la puerta, Charlus levantó la cabeza para ver a Petunia Dursley. Solo había visto a Petunia una vez y fue cuando era un niño, yendo al Expreso Hogwarts. La familia de Lily la había llevado hasta la plataforma, justo cuando los Potter llegaban a la estación. Mientras James se quedó prácticamente babeando, Charlus notó a la chica rubia sentada en el asiento trasero del auto que se negaba a bajar, aunque fuera para despedirse de su hermana menor.

Después de que Lily y James empezaran a salir y de que él descubriera más sobre la vida de Lily en su casa, Charlus se enteró que Petunia y Lily se alejaron debido a que Lily era una bruja. Inicialmente, no tuvo prejuicios sobre la magia, pero con el tiempo, empezó a resentir todos los halagos y atención que Lily recibía por ser la bruja de la familia. Antes, Charlus sintió lástima por ella, pero como Petunia continuó con ese resentimiento en su adultez, perdió la simpatía.

Petunia debía entender que Lily no tenía control sobre el ser una bruja, los nacidos de muggles aparecían de forma espontánea en las familias, y era aún más extraño que existieran hermanos nacidos de muggles. Lily no lo restregaba en el rostro de su hermana y aunque sus padres la halagaran y estuvieran maravillados por la idea de la magia, era de esperarse. Pero sus padres eran a quienes debía culpar Petunia por sentirse opacada, no a Lily. Y el pensar que pudiera odiarla por tanto tiempo como para pasar ese sentimiento en el inocente hijo de Lily, disgustó a Charlus.

Sus ojos cayeron sobre él y, como si hubiera visto un fantasma, su rostro decayó y sus ojos se abrieron como platos. Casi se cae hacia atrás con una mano agarrando su blusa en shock. Sacudió su cabeza como si eso hiciera que Charlus se marchara y continuó echándose para atrás, dándole la oportunidad a Charlus de entrar en la casa.

—¡No, no puede ser! —gritó—. ¡Estás muerto! Se supone que estás muerto.

—Ahórrate el drama, Petunia —respondió Charlus, mirando alrededor de la casa—. No soy James, soy su hermano, Charlus. Nunca nos conocimos, pero no puedo decir que sea mi culpa. ¿Dónde está Harry?

Charlus no buscaba charlar con Petunia o con cualquiera de los Dursley, pero parecía que no sería tan fácil cuando Vernon se acercó. Su expresión fue muy similar a la de Petunia cuando abrió la puerta. Excepto que se puso púrpura, y se le acercó para decir algo.

𝐓𝐡𝐞 𝐆𝐮𝐚𝐫𝐝𝐢𝐚𝐧 ⟶ Harry Potter AU [ESPAÑOL]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora