Chapter Forty-Nine

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AL ENTRAR EN LA HABITACIÓN DE SU MADRE, Sirius estuvo aun más confundido al ver a Charlus de pie en medio de la habitación

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AL ENTRAR EN LA HABITACIÓN DE SU MADRE, Sirius estuvo aun más confundido al ver a Charlus de pie en medio de la habitación. Revisó de nuevo, mirando en dirección de las escaleras cuando escuchó el sonido de un leve crujido a la distancia. Regresando su atención a Charlus, pudo ver la sonrisa simpática, mientras sus ojos se humedecían con un poco de tristeza. A su lado Kreacher estaba quieto, con su cabeza hacia abajo, tanto que sus orejas caían.

—Charlus, no entiendo, estabas abajo y... ¡¿qué está pasando?! —Sirius perdió la paciencia—. ¡Suficiente con tus jueguitos mentales, dime qué sucede! ¡Ya no lo soporto!

—Sirius —dijo Charlus suavemente—, cálmate...

—¡No, no me voy a calmar! ¡No hasta que me digas qué está pasando! ¡Cada que me doy la vuelta tienes un nuevo plan! ¿No te he apoyado? ¿No tengo tu suficiente confianza para me digas por una vez las cosas en lugar de tener que esperar hasta que me dé cuenta de todo después?

Caminando hacia él, Charlus lentamente tomó una de las manos de Sirius, guiándolo hacia una esquina de la cama para sentarse. Kreacher levantó la mirada y con un gesto de la cabeza de Charlus, se fue rápidamente.

—Escúchame, Sirius, lo siento —dijo—, sé que todo esto ha sido una completa locura. Pero todo lo que he estado haciendo es por ti... por ti, por Harry, Remus, Maeve, Lyall... hasta por el bien de tu madre. Todo el tiempo que estuve en San Mugo fui completamente inútil, pero ahora puedo hacer lo que pueda para asegurarme de que todos sean felices. Sé que esto ha sido frustrante, pero lo hice para que no tuvieras ningún peso adicional sobre tus hombros. Me imaginé que Azkaban era suficiente.

—Por el amor a Merlín, Charlus. Sí, admito que Azkaban no fue pan comido, pero ¿cuántas veces tenemos que decirte que no debes hacer todo esto solo?

—No se me ocurrió el plan por mí mismo, Sirius, no esta vez. Tu madre de hecho me ayudó bastante. Era lo que quería hacer. ¿Se despidió de ti?

Sirius pensó en la última conversación con su madre, donde le dijo que era feliz. Pero entonces su mente viajó hacia el "Charlus" con el que habló en el primer piso. Si Charlus estaba en frente de él, eso significaba que su madre se había ido casualmente.

Solo tengo que estar seguro, Sirius. No voy a dejar que nadie se entrometa en este final feliz. Me sentiré mejor sabiendo que hice todo lo que pude. Ahora, voy a irme, ¿de acuerdo? Mientras, necesito que subas y veas a tu madre. Estaba teniendo un ataque de tos antes, no creo que le quede mucho tiempo. Creo que te quiere ahí para decir adiós.

¿Adiós?

Adiós.

Todo tenía sentido, la forma en la que le preguntó si era feliz. Sabiendo que no estaban en los mejores términos, encontró una forma de decirle adiós sin que ambos terminaran llorando.

—Pero... cómo...

Poniendo una mano sobre el muslo de Sirius, Charlus le dio un gentil apretón.

—Si conozco a Dumbledore como creo que lo hago, no iba a alejarse de Harry así de fácil. Aunque estuviera en su propia citación judicial, no sería sencillo. Sabía que encontraría una forma para intervenir. No estaba seguro, así que ideé un plan. Pensé que Dumbledore iría tras mí porque, como sangre de Harry, tendría que estar presente. Los Dursley y las cortes me esperan.

—Cuando dices ir tras de ti, ¿te refieres a lastimarte?

—No, no lastimarme. Sería muy tonto si lo hiciera. Fudge y él están siendo observados cuidadosamente por el Ministerio y por el público debido al artículo de Rita y por mí. Tiene que parecer que no estuvieron involucrados. Así qu, eso significa que contratarían a alguien más. No nos pueden encontrar ahora por la protección que tu padre puso en este lugar, pero tengo la corazonada de que Dumbledore lo sospechó. Seguramente tenía a alguien vigilando de cerca. Intentando adivinar mi siguiente jugada.

—¿Y esa sería?

—Cada que todos estaban distraídos, usé la oportunidad para ir al Callejón Diagon. Me aseguré de mostrar el rostro lo suficiente para que cualquiera que me siguiera supiera que era yo. Entonces fui al Callejón Knockturn un par de veces.

—¡Charlus! ¿Te has vuelto loco? ¿El Callejón Knockturn? Sabes lo peligro que es ese lugar. Hasta sin Voldemort, no es un lugar al que puedas ir tranquilo de la vi...

—¿Me vas a dejar terminar? —Sirius se calló—. Bien, me aseguré de que me vieran, entrando a Borgin & Burkes donde pude conseguir Poción Multijugos. Qué tal buen producto era, no puedo estar seguro, pero hice que pareciera que iba a hacerla. Así que empecé a comprar un par de ingredientes en plena vista para hacerlo más obvio. Dumbledore se dio cuenta de lo que estaba planeando. Sabía que intentaría hacer una poción multijugos basado en lo que estaba comprando, pero no sabía que ya tenía un poco. Quien fuera que estuviera vigilando interferiría antes de que pudiera completarla. De esa forma, estaría atascado y no podría ir a corte.

—¿Así que mi madre se involucró?

—Al inicio no era parte de ello. Uno de ustedes iba a tomar la poción multijugos y pretender que era yo. Ya fuera en la corte o como distracción. Tu madre quería ser la distracción. Dijo que quería vengarse de Dumbledore y Fudge por enviarte a Azkaban. Dijo que era lo mínimo que podía hacer y que quería que fueras feliz. Te dijo eso, ¿no?

—Lo hizo, pero no pensé... no sabía...

—No le quedaba mucho tiempo, Sirius —susurró Charlus—. Cuando hablé con ella antes, tosió en su pañuelo y ambos vimos la sangre en él. Dijo que no quería morir en cama. No quería morir en esta casa donde hay tantos recuerdos que la atormentan. Me rogó que le diera esta oportunidad y no pude decirle que no. Así que pretendió ser yo y creo que la poción multijugos será suficiente para que todos vayamos con Harry, firme los papeles con Petunia y nos vayamos. Maeve ya sabe a dónde iremos. Es momento de irnos.

No había tiempo para abrumarse. Sirius se puso de pie, pero no pudo evitar soltar unas lágrimas por su madre.

Las cosas no terminaron perfectamente entre ellos, no todo fue perdonado, pero en sus últimos momentos, le probó que lo sentía realmente. Y por su bien, Sirius rezó que cuando se fuera finalmente de este mundo, Regulus y Orión estuvieran ahí, recibiéndola felizmente como ella deseaba. Y había una cosa más que podría hacer para que su alma descansara.

—¡Kreacher! —ladró.

El elfo doméstico apareció en la puerta al instante. Por el rabillo del ojo podía ver la nerviosa expresión de Charlus, sabiendo que su esposo no se sentía de la mejor forma hacia Kreacher.

—Sí, Amo —replicó Kreacher obedientemente—. ¿Qué desea ordenarle el Amo a Kreacher?

—Vas a venir con nosotros —le dijo Sirius—, a donde vayamos, vas a venir. Debes cuidar de Harry. ¿Recuerdas cómo cuidaste de mi hermano? Eso es lo que harás por él, respetuosamente. Y cuando nos vayamos pronto... Quiero que destruyas este lugar.

—¿Amo?

—Deja que la alma de mi madre descanse en paz. Esta casa está embrujada por malos recuerdos. Destrúyela.

—Sí, Amo.





2. 






𝐓𝐡𝐞 𝐆𝐮𝐚𝐫𝐝𝐢𝐚𝐧 ⟶ Harry Potter AU [ESPAÑOL]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora