Capítulo 8

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Esa mañana amaneció sobre el colchón del hotel en el que se alojaba con apenas una camiseta.

Al incorporarse sintió que le iba a estallar la cabeza. Como pudo buscó su teléfono y miró la hora, las cuatro y veinte de la tarde.

No se acordaba muy bien de la noche anterior por culpa del alcohol, pero recordaba a la perfección el encuentro con Hugo en el jardín y como, tras dicho encuentro, se había marchado de vuelta al hotel pasadas las cuatro de la madrugada.

Se dio una ducha y mientras su móvil se cargaba comenzó a hacer la maleta.

Su vuelo salía a las doce del medio día por lo que se tendría que levantar a las ocho de la mañana para estar a las diez en el aeropuerto y facturar con tiempo.

Bajó a comer algo al buffet y cuando subió miró de nuevo su móvil.

No tenía ninguna notificación nueva y eran ya casi las seis de la tarde, pero dentro de ella aún quedaban esperanzas en que Hugo fuera a hablar.

***

Se levantó cansado, como si el día anterior hubiera estado corriendo una maratón.

Gracias a que no bebió mucho, no tenía resaca, por lo que por lo menos solo era dolor corporal.

De la cama fue al sofá donde encendió la televisión para ignorarla después mirando las redes.

De repente le llegó un mensaje de Samantha a las cinco y cuarto de la tarde.

" ¿Estás despierto? " le preguntaba la chica.

" Sí " le respondió.

Samantha tardó unos minutos en contestar pero no lo hizo a través de un mensaje, sino que le llamó.

- ¿Qué te pasa? - respondió a la llamada Hugo.

- ¿Vas a ir a hablar con Eva? - le preguntó directa la valenciana.

El chico suspiró. Claro que se acordaba perfectamente de la breve conversación que había tenido la noche anterior con Eva, pero no, no pensaba ir a que le diera explicaciones, ya era muy tarde y tampoco sabía si las quería.

- No - contestó indiferente segundos después.

- ¿Por qué?

- Porque han pasado cinco años Sam, yo ya no quiero explicaciones - le dijo -. La he superado, he aprendido a vivir sin ella y de nada me serviría que me explicara todo ahora si mañana se va a volver a ir a yo que sé dónde vive.

- Pero te mereces esas explicaciones Hugo - intentó convencerle su amiga -. Se fue sin más en una tarde, te dejó una carta y no volviste a saber más de ella hasta hace unos días, es injusto.

- Sí, es lo más injusto que me han hecho en la vida, pero no quiero hablar con ella Samantha, tienes que entenderlo.

- Pero ¿por qué?, ¿hay alguna razón?

El chico dudó si reponderle con la verdad o simplemente negar, pero finalmente acabó confesando a su amiga:

- Porque me da miedo que si se explica, no la entienda y la odie - le dijo -, y yo no quiero odiarla, he dejado de quererla, ha pasado a ser una desconocida en mi vida, pero no la odio, y no quiero hacerlo porque me dio momentos maravillosos el tiempo que estuvimos juntos, la quise como a nadie y solo por eso no se lo merece.

- Eres demasiado bueno para este mundo - sonrió su amiga al otro lado de la línea -. Haz lo que veas, pero piénsatelo bien.

- Está todo decidido Sam, se va mañana, yo no quiero hablar con ella y con suerte pasaran otros cinco años hasta que nos volvamos a ver.

Así que pasen cinco años.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora