Capítulo 26

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Eva amaneció sola esa mañana, y lo primero que se le vino a la mente fueron los recuerdos de esa misma madrugada.
Una sonrisa tonta se instaló en su cara.

Miró su reloj y observó que eran pasadas las once de la mañana.

No mentiría si dijera que le hubiera gustado despertar junto a Hugo, pero entendía que el chico se hubiese marchado, por las horas y porque tampoco era plan de que sus amigos les viesen salir juntos de la misma habitación cuando hacía unas semanas ni siquiera se miraban a la cara.

Bajó las escaleras y se encontró de frente en la cocina con sus amigos. Estaban todos menos él, y entonces empezó a preocuparse un poco más.

- Buenos días, bonita - le sonrió Maialen -, espero que no te importe que hayamos arrasado con tu nevera.

La gallega rio.

- Tranquilos, es vuestra casa - le contestó -. Coged lo que queráis o necesitéis sin preguntar.

- ¿Y esa sonrisita? - sugirió Samantha riendo.

La chica se encogió de hombros y mintió:

- He dormido muy bien.

- Me alegro.

- Oye - preguntó para todos -, ¿habéis visto a Hugo?

Bruno fue quién respondió esta vez:

- Sí, se ha levantado el primero, porque cuando hemos ido bajando ya estaba dando vueltas por aquí - le explicó -. Pero ahora no sé dónde está.

La gallega soltó un disimulado suspiro, por lo menos sus amigos no sospechaban nada de lo ocurrido entre ellos la noche anterior.

- Creo que ha dicho que iba a hablar con Blanca y ha salido - respondió Flavio.

Y ahí estaba: la realidad.

La sonrisa de Eva se torció en ese instante en el que fue consciente de que Hugo seguía estando con Blanca, y que para él, probablemente, lo de anoche hubiera sido un error.

Ella, como una ilusa, había pasado la noche más feliz de los últimos cinco años pero no había pensado en las consecuencias que aquello tendría.
Y como una tonta se había levantado creyendo que Hugo la estaría esperando para hacer como si nada de estos últimos años hubiese pasado.

***

Hugo se desperezó en la cama intentando no moverse mucho para no despertar a su acompañante.

Sonrió al recordar todo lo que había sucedido entre ellos hacia unas horas.

Se permitió unos minutos de relax observando a Eva de arriba a abajo y acariciando suavemente su cuerpo desnudo.

Cuando su estómago comenzó a exigir comida, y consciente de que la chica tardaría en despertar, se vistió y bajó a desayunar.

Minutos más tarde aparecieron Bruno y Flavio.

- Buenos días - le saludaron.

- ¿Has dormido bien el sofá ese? - le preguntó Bruno.

El chico rio para sí, si su amigo supiera lo bien que había dormido esa noche.
Y es que la noche había ido de maravilla, pero sin duda alguna había tenido el mejor despertar de los últimos años.

- Sí, parece que no, pero es cómodo - respondió mintiendo.

Charlaron un rato mientras inspeccionaban la cocina de Eva en busca de algo de café, cuando el móvil de Hugo comenzó a sonar.

- Es Blanca - le dijo a sus amigos -, seguro que quiere hablar de algo de la gira.

Y es que Blanca, a pesar de haber sido un lío, era una de las estilistas del equipo de Sony, y en esta gira que Hugo comenzaría en unos meses, sería la encargada de su vestuario.

- Voy a salir a la calle a hablar con ella - les informó -, vuelvo enseguida.

Los chicos asintieron y él salió a hablar con la madrileña.

La conversación duró una media hora, pues Hugo no se decidía por uno de los trajes, pero finalmente volvió al interior de la casa encontrándose con que ya, todo el mundo estaba despierto.

Su primer impulso fue buscar a la gallega, quién aún no le había visto pues estaba de espaldas a la puerta preparándose un café en la cocina.

Se acercó sigilosamente a ella asegurándose de que sus amigos, que estaban en el salón, no le prestarán mucha atención para no ser muy descarado.

Se colocó junto a ella sonriendo ampliamente.

- Buenos días - le saludó.

Pero la mirada que ella le devolvió, fue de todo menos agradable.

Sus ojos estaban algo apagados, y no parecía muy contenta con su presencia.

- ¿Estás bien? - le preguntó serio.

Ella le dio la espalda y le contestó bastante seca:

- Sí Hugo, tranquilo, puedes irte con el resto.

Al chico, esas palabras, le confirmaron que ella se arrepentía de la noche anterior. Y claro, ¿cómo no iba a hacerlo, si tenía a ese tal Michael?

Suspiró pasándose la mano por el pelo nervioso.

Lo habían echado todo a perder.

Lo que para él había sido una de las mejores noches de los últimos años, para ella seguro que había sido un error, fruto de un impulso.

Y es que, no habían sido conscientes antes de actuar, todas las consecuencias que traerían sus actos.

Hugo se agobió y se vio obligado a encerrarse en el baño y echarse agua en la cara.

Había sido un completo idiota, se había entregado en cuerpo y alma sin pensar que ella ya no sentía lo mismo. Y todo lo que la noche anterior habían recompuesto, volvía a romperse en su interior al compás de las lágrimas que mojaban su rostro.

¡Hola!
Feliz comienzo de semana.
Ya os avisé que me gusta mucho el drama.
Contadme que os está pareciendo.
Nos vemos el miércoles.
🤍🤍🤍

Así que pasen cinco años.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora