Capítulo 18

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Eva reía como hacía años, se lo estaba pasando de maravilla aquella noche haciendo el ridículo con sus amigos frente a dos o tres parejas que se divertían con el espectáculo que estaban dando sobre el pequeño escenario de aquel karaoke.

Pero sus risas cesaron cuando una pareja de rubios muy acaramelados y sonrientes cruzaron la puerta del local.

Su primer instinto fue huir, de nuevo y como siempre, pero una mano sobre su brazo se lo impidió.

- Ni se te ocurra - le dijo Anne sabiendo perfectamente cuáles eran las intenciones de su amiga.

La gallega miró a la chica sin saber que hacer.

- Te quedas y sigues disfrutando con nosotros como si no existieran.

En el tiempo en que se daba esta breve conversación, Hugo y Blanca se habían acercado al grupo y habían comenzado a saludar.

La madrileña ya conocía a algunos de los amigos de Hugo, pero a otros como Anne, Gérard, Nia y Anaju, no.

El chico presentó a su acompañante algo incómodo por la presencia de Eva, hasta que llegó su turno.

Le sonrió algo forzado, pero ella no se molestó en forzar nada. Le miró intentando parecer indiferente.

- Ella es Blanca, mi amiga.

La mirada de la castaña se dirigió a la rubia que la miraba sonriendo levemente.

Estaba segura de que aquella chica no era solo su amiga.

- Encantada - logró decir con un hilo de voz.

Se disculpó y se dirigió al servicio a echarse un poco de agua en la cara cuando sintió que la puerta del baño se cerraba tras haber entrado Anne.

- Estas celosa.

¿Estaba celosa? Pues sí, no iba a mentir.
¿Qué le dolía? Pues también.

Como una ilusa había mantenido falsas esperanzas de que las cosas con Hugo se pudieran solucionar y volvieran a ser los de antes.

Pero verlo allí con aquella chica ideal solo le había confirmado las palabras de Sam: el chico necesitaba las explicaciones de ella para pasar página.

Y no había más, ella le había dado lo que le debía, y él había conseguido empezar a rehacer su vida.

Sintió los brazos de su amiga rodearla ante la falta de sus palabras y lo único que le salió en aquel instante fue llorar.

***

Hugo había visto como tras el momento incómodo de saludar a Eva y presentarle a Blanca, la gallega y Anne se habían encerrado en el baño de chicas.

Se giró a buscar a la madrileña y cuando se aseguró que bailaba entretenida con Sam y las chicas, y no le escuchaba, se acercó Bruno.

- ¿Cómo habéis acabado aquí?

Su amigo le miró interrogante.

- ¿Y por qué no sabía que Eva estaba en España otra vez?

Parecía molesto.

- Hemos cenado en casa de Fla y Sam, te dije que habíamos quedado - respondió el chico bebiendo de su vaso -, y hemos salido a buscar algún bar o discoteca y hemos acabado aquí.

Hugo le miró.

- Y en cuanto a lo de Eva - dijo mirando hacia los baños -, no sé, todos sabíamos que venía, creía que tú también.

Hugo suspiró y pegó un sorbo a su cubata intercalando su mirada entre Blanca y Eva, que acababa de salir junto a Anne del servicio.

- ¿Piensas hablar con ella? - le preguntó Bruno.

- No creo que haya más nada que hablar - contestó firme.

- Ya, pues yo no lo veo así.

- En Australia me dejó claro que lo nuestro no iba a salir bien - recordó -. Además, la vi en el bar con el tipo aquel, para ella ya soy agua pasada.

- ¿Y ella para ti?

Hugo miró a su amigo sin contestar observando como este le sonreía levemente con una ceja levantada sabiendo la verdadera respuesta.

- Estoy intentando olvidarla - susurró.

Bruno no insistió más. Pasaron unos segundos en silencio hasta que dijo:

- Entonces, ¿con Blanca bien?

El cordobés sonrió asintiendo volviendo de nuevo su mirada al pequeño escenario donde las chicas se habían hecho de nuevo con el micrófono y el mando del karaoke.

***

- ¿Es su novia? - preguntó Eva separándose de su amiga mientras se limpiaba las lágrimas.

- No lo sé, cariño - contestó Anne acariciándole el pelo -. De verdad que no tengo ni idea de quién es esa chica.

La gallega se miró al espejo mientras conseguía calmar su respiración y su llanto.

- No tengo derecho a sentirme así, Anne.

La aludida sonrió triste de medio lado.

- Quizás no, pero le sigues queriendo y es por eso que te duele tanto.

- ¿Cómo lo supero? - preguntó con hilo de voz que amenazaba de nuevo con romper en llanto.

Anne volvió a abrazarla mientras le decía:

- Lo vuestro es para siempre, Eva - hizo una pausa separándose para mirarla a los ojos -, no se supera.

La castaña rio irónicamente.

- Pues parece ser que él sí.

- No puedes hablar así, ha pasado cinco años hundido en tu marcha, ¿le quieres, verdad?

La chica asintió algo avergonzada.

- Pues déjalo que sea feliz.

Eva suspiró.

- Dale tiempo. Date tiempo.

Tras calmarse y retocarse el maquillaje volvieron al local con los demás.

Al salir, Eva divisó rápidamente a Hugo en la barra con Bruno, aunque sus miradas no llegaron a cruzarse.

Tenía ganas de marcharse, sentía que se ahogaba allí ya, estaba incómoda. Pero le había prometido a Anne que intentaría disfrutar y que esta vez no saldría corriendo. Y así lo hizo.

Bailó y cantó de nuevo riendo con sus amigas y guardando la mayor de las distancias posibles con Blanca y Hugo, quién se había unido junto a Bruno de nuevo a la fiesta.

De vez en cuando le traicionaba su mente y se descubría mirando a la "pareja" bailar pegados y animados. Y dolía, vaya que si dolía. Pero Anne la salvaba siempre obligándole a apartar la vista.

Cuando se hubo cansado de tanto cante y baile, se excusó para salir a fumar.

De verdad que no lo hacía, es más, en Australia ni siquiera compraba tabaco, pero España la agobiaba y necesitaba relajarse de alguna manera.

Se apoyó en un pivote de la acera y encendió el cigarrillo llevándoselo a la boca.

Pegó una calada y suspiró a la misma vez destensando un poco su cuerpo. Ni un día llevaba y ya quería salir de allí como fuera; y aún quedaban tres días.

Sintió la puerta del establecimiento abrirse y unos pasos encaminarse hacia ella.

Cerró los ojos fuertemente deseando que no fuera él.

- ¿Molesto?

¡Hola!
Aquí tenéis un capítulo extra esta semana por el retraso del capítulo del miércoles.
Espero que os esté gustando.
🤍🤍🤍

Así que pasen cinco años.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora