𝘼𝙜𝙖𝙥𝙚 🦋 𝙝𝙮𝙪𝙣𝙝𝙤

♔ 04 ♔

Ha transcurrido una semana desde que vi por última vez a aquel chico de tez blanca, ojos expresivos, labios apetecibles, cabello largo y oscuro; debo aceptar que es el chico más atractivo que he visto en toda mi vida, es imposible no quedarse perdido en su mirada que parece brillar como si tuviese las estrellas en sus ojos, las muecas que hace cuando algo no le gusta o cuando se molesta porque no entiendo lo que me explica, le hacen verse mucho más lindo y cuando sonríe, siento como si estuviera viendo brillar la luna en una noche oscura; no hay nada que no me guste de ese chico.

Podría considerarlo mi amigo, pero no estoy muy seguro de que él piense lo mismo sobre mí; no hemos hablado acerca de eso y no quiero hacerlo porque estaría muy avergonzado y posiblemente triste si él llegase a negar que existe una amistad entre ambos que ha ido floreciendo con el paso del tiempo.

—¿Te sientes mal? — el abuelo Park tomó asiento frente a mí y me dio un ligero golpe en la pierna con su bastón con la intención de traerme de regreso al presente.

—Sí. Solo estaba pensando.

—¿En qué piensas?

—¿Cómo sería mi vida si lograra obtener éxito en la misión que me he propuesto desde hace un tiempo atrás?

El hombre sonrió y tras aclararse la garganta, dijo—: Minho, deberás ser cuidadoso con lo que deseas, una vez dentro de ese mundo, no podrás dar marcha atrás y quizá, la única escapatoria seria la muerte; se dice que al dejar que la oscuridad tome posesión de tu cuerpo y mente, pierdes por completo la razón y te sentirás helado. Deberías de continuar siendo bueno, en estos tiempos es una bendición ser inocente y amable, no hay demasiadas personas como tú, hijo.

El amor que me tiene el abuelo Park es inmenso, yo también lo amo demasiado y lo considero como mi abuelo verdadero, como si tuviéramos la misma sangre, aunque no sea así; hay ocasiones, en las que te encuentras con personas que te apoyan más que tu propia familia y las llegas a apreciar y a amar tanto que no sabrías lo que harías sin ellas.

—Abuelo Park, me gustaría tener poder para ayudarle a todos los que vivimos en esta aldea— confesé.

—Lo sé, Minho— tomó mi mano y sonrió —, pero no todo se puede y deberás de entender eso antes de que cometas un error irreparable.

—Los errores podrían considerarse experiencias.

—No todas las experiencias te ayudan a crecer, Minho— suspiró —continúa siendo tú mismo, olvídate de obtener poder y vive una vida feliz.

—Lo entiendo, abuelo Park.

—Me alegra escuchar eso.

—Iré al bosque, me gustaría entrenar un poco más.

—Ten cuidado, Minho.

—¡Lo tendré! — grité mientras me adentraba en el bosque.

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Sinceramente, debo admitir que extraño un poco al chico desconocido porque no nos hemos visto en siete días y creo que, ha encontrado otro pasatiempo y me ha olvidado; estoy seguro de que nunca más volverá.

Repetí nuevamente los pasos hasta que me sentí cansado, me dejé caer sobre el suelo después de guardar la espada en su estuche y cerré los ojos; a pesar de que he intentado alejar el deseo de encontrarme con aquel chico, no he logrado olvidarlo si quiera un poco y sé perfectamente que no debería de sucederme eso, de lo contrario, podrían presentarse graves problemas.

—¿Por qué estás tirado en el suelo? — tras escuchar la pregunta, rápidamente tomé asiento en el suelo y miré hacia el atractivo chico de cabello oscuro. —¿El gato te comió la lengua? — preguntó con tono burlón.

Negué con la cabeza a modo de respuesta. Me es imposible actuar con normalidad ahora que está parado frente a mí, lo peor es que no puedo ignorar su elegante atuendo que está hecho a mano y es a la medida; además, porta un magnifico arco que tiene las iniciales de su nombre grabas con una letra muy legible y elegante.

El hombre que tengo frente a mí me deja terriblemente hipnotizado y me es difícil alejar el inmenso deseo de tocarlo porque siento como si fuese una pintura, una obra de arte única en el mundo entero; trae puesto un hanbok en colores grises claros y blanco, su expresión fácil me indica que no le interesa en lo más mínimo lo que piensan sobre él —sea bueno o malo—, la mirada que se refleja en sus ojos gatunos es extremadamente seductores; su cabello color negro es largo, hasta el cuello.

"¿Cómo es que puede verse como la definición precisa de la elegancia y belleza?", me pregunté en silencio tras tragar en seco. "Definitivamente, algo está mal conmigo. No debería de pensar en esas cosas", me reprendí.

—Me gusta tu arco— elegí palabras al azar porque no sé exactamente qué hacer para alejar la mirada de su brillante y penetrante mirada; sinceramente, creo que ese chico puede ver a través de ti gracias a su mirada que la considero única y especial.

—Me lo regalaron en mi cumpleaños— lo levantó y sonrió —¿Quiere intentar tiro con arco?

—No, no sé acerca de eso y no me gustaría dañar tu arco.

Soltó una risita, extendió el arco hacia a mí y dijo—: Yo estaré a tu lado. No tengas miedo, te enseñaré las mejores técnicas— me aseguro.

"Te creo", pensé en silencio.

Asentí con la cabeza un par de veces y dije—: Está bien.

Tomé el arco y el chico se acercó a mí.

—La postura debe de estar formando una T con brazos y tronco, esto nos ayudará a tener mejores resultados a la hora de cazar— explicó como si fuese un experto en el tema. —Es importante recordar que debemos dejar a un lado la anticipación y la ansiedad, lo mejor será no precipitarse porque podríamos saltarnos pasos importantes en la secuencia de tiro.

—Te enseñaré diez pasos y serás todo un experto en la secuencia de tiro con arco cuando los aprendas.

—Eso espero— murmuré.

—No comas ansias, todo proceso conlleva dificultades y tiempo, debemos ser pacientes— me recordó.

—Lo sé, lo sé.

—Primer paso, la posición de los pies y la postura del cuerpo. La posición de los pies cuadrada y la de los pies abiertos son importantes; debemos de aplicarlas a la hora de ejecutar nuestra secuencia de tiro— explicó —A pesar de que ambas son correctas, la mejor será aquella que nos traiga solidez porque esto nos ofrece la solidez ideal para nuestro anclaje, que consiste en, adelantar un poco el pie exterior (derecho) respecto al pie interior (izquierdo) colocándolo en perpendicular a nuestro objetivo.

—¿Así? — pregunté después de imitar sus acciones.

—Correcto— me sonrió —Con esto, podremos conseguir una pequeña torsión de nuestra columna y lograremos que el conjunto espalda-columna sea mucho más sólido.

No estoy entendiendo nada, pero decido guardar silencio porque me gusta escuchar su voz y me hace sentir cómodo; además, parece todo un experto en el tema y el pelinegro se vuelve más atractivo cuando explica algo que realmente le gusta hacer.

Sinceramente, no me canso de escuchar su voz, de ver sus muecas y sonrisas, ni mucho menos de apreciar su belleza.

"Estoy perdido por completo", pensé.