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La muerte de Lee Minho y Yang Jeongin sería mañana a primera hora porque el emperador quería que todo el pueblo la presenciara para que entendieran la importancia de no ir en contra de las normas del Palacio Real. El plan estaba a punto de finalizar y no habría vuelta atrás, todo el mundo se enteraría de la verdadera intención del pelinegro que había estado ocultando desde hace tanto tiempo atrás. 

No se esperaba que el mismísimo Patriarca Lee fuera capaz de absorber por completo el poder demoniaco que le había sido entregado con el único fin de obtener el éxito que tanto ha añorado, sin embargo, no todo lo que brilla es oro y tarde o temprano, eso le quedaría muy en claro a Lee Minho. Nadie esperaba que el Patriarca estuviese planeando un ataque furtivo en el Palacio Real, dado que, todos creían y confiaban en que él realmente velaba por el bienestar del emperador y del príncipe, cuando realmente, no era así. El ataque causó que todo se saliera de control, ya no había equilibrio entre el bien y el mal, porque se habían mezclado y eso, generó muchos conflictos.

Las personas comenzaron a temer lo peor cuando se enteraron de que el emperador había sido víctima de un chiquillo estúpido que le intentó arrebatar la vida, claramente, todos se molestaron por eso, e inclusive el reino mortal cayó en una crisis que dejó al emperador con un gran dolor de cabeza y miles de problemas por resolver, nadie, absolutamente nadie podría aceptar quién había sido capaz de hacer semejante problema que crecía día con día. Lee Minho, aquel chiquillo inocente que cayó profundamente enamorado del príncipe Hwang, aquel chiquillo que amaba profundamente a su pequeño hermano Yang Jeongin, se había convertido oficialmente en un «Señor Demonio del Reino Demoniaco» y no había vuelta atrás.

Tanto el Reino demoniaco como el mortal, se habían vuelto el uno contra el otro tan pronto se enteraron de que su Patriarca había sido tomado por el emperador y lo llevaría directamente a la muerte sin pensárselo dos veces, sin embargo, Su Majestad no tenía ni la menor idea del gran poder que corría en las venas del Patriarca.

Nadie esperaba que las acciones de Minho fuesen el inicio de otra conspiración que estaba a la vuelta de la esquina.

El Patriarca Lee, había logrado enredar tanto al príncipe hasta el punto de hacerle dudar que era «real» y que era «mentira». Jugar con la mente de cada una de las personas que se cruzaban en su camino se volvió una obsesión. Utilizar a cierta persona cercana al emperador se convirtió en una prioridad tan pronto se percató de la cruel realidad que giraba en su entorno. La traición es la peor de las cosas que pueden existir en el mundo, por ende, Minho aprovecharía de su oscuro poder para arrastrar a todos directamente al infierno.

Era una completa pena que el pequeño príncipe ya se hubiera visto afectado por el veneno que poco a poco le era inyectado por Lee Minho; el alma del príncipe se había vuelto altamente inestable. Como resultado de lo antes mencionado, Hwang Hyunjin no podrá escapar del destino que lo llevará directamente a la muerte.

Todo había comenzado cuando Hwang Hyunjin se había percatado que el Palacio Real estaba en busca de nuevos discípulos que mantuvieran seguro y a salvo al príncipe y a su padre, rápidamente generó una magnífica idea que podría ayudarle a cumplir con su deseo. Pensó que si pudiera obtener a Lee Minho a su lado, posiblemente pudieran ser algo más que amigos. Hyunjin intentaría de manera discreta e indirecta acercarse a él hasta hacerlo caer puesto que, el amor había llegado a las puertas de su corazón, sin embargo, no se había percatado de ello hasta que fue demasiado tarde.

Ambos chicos se encontraban perdidos en sus respectivos problemas, esto generó que ninguno de los dos se percatara de la completa estupidez que estaba a punto de aparecer gracias a su irresponsabilidad e inmadurez.

—¿Estás listo para finalizar con todo esto? — le preguntó un chico al pelinegro, este asintió con la cabeza a modo de respuesta y caminó con paso seguro hacia el Palacio Real, en busca de su objetivo, no sin antes ordenarle a su súbdito—: Bang, trae a ese pequeño estúpido para que presencie el espectáculo.

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El pelinegro tras entrar a la lujosa habitación miró alrededor y sonrió abiertamente tras encontrar su objetivo, caminó a paso lento hacía él y sin pensarlo dos veces, enterró la daga que su hermano le había dado para protegerse cuando fuese necesario; el hombre cayó al suelo, la sangre no tardó en brotar de la herida y de su boca, la corona rodó lejos del imbécil y el chiquillo sonrió abiertamente.

Ese gran estúpido no se saldría con la suya, él no tuvo ni la menor idea de que terminaría muerto tarde o temprano dado que, ese era su destino y no había nada que pudiera evitarlo; el poder que había adquirido se iría directamente a su nuevo sucesor.

—¿Qué has hecho?

—Lo que tu tenías que hacer desde hace tanto tiempo atrás, pero por alguna u otra razón, no lo hiciste.

—No debiste...

—¿Por qué no? Acaso, ¿sentías pena por ese hombre? ¿O es porque realmente caíste enamorado de su hijo?

—No...

—No te lo creo— escupió el pelinegro —Eres un completo imbécil.

—Realmente no me importa si lo crees o no.

—Han ido en busca del príncipe— me informó Bang.

Me acerqué al pelinegro y le entregué la daga, sonreí abiertamente y exclamé—: ¿Cómo has podido hacer eso? ¡Eres un asesino!

De pronto, entró Hyunjin a la habitación y tras percatarse de que su padre se encuentra sobre el suelo sin vida, se giró hacia a mí y abrió mucho los ojos al ver que tengo la daga bajo mi poder.

—¿Qué hiciste?

—¡No hice nada!

—No mientras más...

—Escúchame— le pedí —Yo no he hecho nada.

Me acerqué a él y lo agarré de la muñeca, en un intento en vano de dejarle muy en claro que yo no he sido el asesino.

—Ya no quiero escuchar más de tus mentiras— se soltó de mi agarre —Lee Minho, eres una completa mierda— soltó con desprecio —. Realmente me gustabas demasiado y estaba dispuesto a irme lejos siempre y cuando, te mantuvieras a mi lado, pero tu solamente querías estar a mi lado para acercarte a mi padre y después asesinarlo.

—No, no— negué con la cabeza para dar más énfasis a mi respuesta —Yo nunca haría eso, Hwang— le aseguré —También me gustas demasiado, pero no podía sacar de mi cabeza el hecho de que tu padre había asesinado a todas las personas que amaba. 

—Me gustaría creerte, pero lamentablemente, no puedo— confesó.

—Hyunjin...

𝘼𝙜𝙖𝙥𝙚 🦋 𝙝𝙮𝙪𝙣𝙝𝙤Donde viven las historias. Descúbrelo ahora