𝘼𝙜𝙖𝙥𝙚 🦋 𝙝𝙮𝙪𝙣𝙝𝙤

♔ 05 ♔

Transcurrieron dos días más y aún no he visto al chico atractivo, quizá tiene cosas más importantes que hacer y lo entiendo por completo; ahora, estoy completamente seguro de que forma parte de una importante familia de la ciudad, de lo contrario, no portaría aquel traje hecho a la medida y ese costoso arco que fue diseñado especialmente para él como regalo de cumpleaños.

—Minho— elevé la mirada y me encontré con la del abuelo Park que camina a paso lento hacia mí.

—¿Sucede algo, abuelo Park?

—¿Irás a entrenar hoy al bosque?

—Sí, ¿necesita que hago algo para usted?

—Hijo, ¿podrías cazar un conejo? El cumpleaños del pequeño Jeongin será mañana y me gustaría darle una cena especial.

—¡Por supuesto! — exclamé —Yo me encargo, abuelo Park.

—Me alegra escuchar eso, cuídate mucho.

—¡Lo haré! — le aseguré.

No sé cazar, pero tendré que hacerlo porque me gustaría ver a mi pequeño hermano feliz en el día de su cumpleaños; recuerdo cuando él me regaló una figurita hecha de palitos de madera, es el mejor regalo que me han dado durante mi corta vida y nunca lo voy a dejar de lado porque es muy especial.

Caminé hacia el interior del bosque en busca del conejo, no volveré a la aldea hasta que lo encuentre.

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—¿Qué haces en el suelo?

Miré hacia el chico atractivo y respondí—: Busco un conejo.

—No sabía que, para encontrar un conejo, simplemente te debes tirar al suelo y esperar a que venga a ti— se rio.

—¡Oye! ¿Crees que es fácil para mí cazar un conejo, cuando claramente, no tengo un arma ideal para lograrlo?

—La tienes— elevó su arco y rodó los ojos.

—No es mío.

—Puedes pedirlo prestado, no te diré que no.

—¿Cómo puedo estar seguro sobre ello? — pregunté tras levantarme del suelo.

—Confía en mí. Yo, nunca miento— me aseguró.

—Está bien, te creo.

—¿Qué te parece si continuamos con tus lecciones?

—¿Y el conejo?

—Lo obtendremos mientras llevas a cabo tus prácticas.

—Tienes razón.

—Siempre la tengo.

—Supongamos— murmuré.

—Vamos con el paso dos, espero que no demores demasiado en aprenderlo porque aún quedan otros siete pasos pendientes— dijo tras entregarme el arco —Contacto con el equipo (pretensión), debes agarrar el disparador y el arco— señaló lo antes mencionado y acaté su instrucción. El paso tres es la apertura (elevación), es la tracción coordinada, directa al punto de anclaje, peep delante del ojo y visor al centro.

Me quedé mirando las partes del arco que fueron señaladas por el pelinegro, pero no hice nada.

—¿Seguro que estás entendiendo?

—¡Claro!

—Tengo el ligero presentimiento que no...

—Dije que lo entiendo— rodé los ojos —¿Continuamos?

Asintió con la cabeza y dijo—: Repitamos el paso tres.

Después de aproximadamente diez veces, logré entender lo que significa el paso tres, así que, pudimos proceder al siguiente paso.

—Paso cuatro, es el anclaje. Tener un buen contacto de la mano en la mandíbula nos permitirá fijar la posición del peep delante del ojo. Centrar el visor dentro del peep a nivel horizontal— explicó —, paso cinco. Apuntar, aquí, debemos estar en el centro apenas llegando al anclaje.

Repetimos un par de veces el paso cuatro y cinco hasta que quedó completamente claro y proseguimos con el entrenamiento.

—El paso seis, es importante y es mantener. Debemos evitar perder tracción, mantener a muro con el arco "sostenido" entre las escapulas, con tracción dorsal y la mínima intervención de la musculatura de los brazos— el pelinegro se posó detrás de mí y colocó ambas manos sobre las mías que se encuentran agarrando el arco.

Su presencia no es una broma, el chico es fuerte y tiene un aroma deliciosa y embriagante que me hace suspirar, pero evito hacerlo para no quedar en vergüenza frente a semejante humano único en su especie.

—Relaja las manos— me ordenó.

Al parecer, el único afectado por su cercanía, obviamente soy yo; mientras que, para él, es algo sin importancia y lo entiendo.

—Mano de arco por delante— continuó hablando —, pasando toda la fuerza al brazo; mano del disparador por atrás relajando los dedos sobre el disparador y la muñeca, dejando todo el esfuerzo al codo.

—Entiendo— murmuré tras aclararme la garganta; con todas mis fuerzas, intenté no hacer demasiado obvia la tensión que siento recorrer mi cuerpo por completo porque no quiero que el pelinegro tenga pensamientos negativos hacia mí.

Colocó su barbilla sobre mi hombro y dijo cerca de mi oído—: Octavo paso, debes agarrar el disparador— me tambaleé ligeramente y él continuó hablando—: asegúrate de estar relajado. El noveno paso es esperar, nunca pierdas de vista tu objetivo— colocó sus manos sobre las mías y dijo—: debes mantener la posición que sería el décimo y último paso, la tensión a muro, manos relajadas y dejamos que nuestro objetivo se pose al frente y actuamos cuando sea el momento.

—Entiendo— repetí.

—El mecanismo del disparador saltará en el momento que tú lo creas correcto, la flecha se liberará, pero deberás mantener la posición como si no hubiera ocurrido nada hasta que impacte en el objetivo. ¡Eso es todo! — dijo tras alejarse.

Mi mente se había vuelto borrosa a causa de la cercanía del pelinegro. Es una completa estupidez que me vuelva mudo y nervioso cuando me encuentro muy cerca de él, definitivamente, debo trabajar en eso para poder evitarlo.

—¿Entendiste?

—Por supuesto, eres un excelente maestro.

—Me alegra escuchar eso.

Me giré hacia él y nuestras miradas se encontraron, por primera vez, deseé demasiado acércame lo suficiente para poder oler con mayor cercanía la aroma que emana y me hace perder la cordura por completo; nunca antes había sentido atracción por otra persona, siempre me cegué ante la idea de aceptar que el amor tocara a mis puertas, sin embargo, debo abstenerme de cometer una posible tontería que arruine la amistad que tengo con él.

—Yo... ¡Debo irme! — le entregué el arco.

—¿Y que pasa con el conejo?

"Maldita sea, lo había olvidado".

—Debo irme a buscar al conejo— corregí.

—Te acompaño.

—No es necesario.

—Lo es— sonrió —Yo tengo el arco y puedo darte el conejo que tanto quieres.

Nuevamente, me quedé perdido en su mirada y simplemente asentí con la cabeza a modo de respuesta.