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Olvidar lo que sucedió hace unos momentos atrás se ha convertido en mi prioridad, no puedo dejar que ese inmenso deseo de ser tocado por el príncipe me gobierne por completo; sé que he cometido un grave error al haber caído por completo en sus garras, lo peor es que ese atractivo hombre me tiene en sus manos y debo hacer lo posible para alejarme antes de que sea demasiado tarde.

—¿Tuvieron una buena noche? — preguntó la chica de apariencia única. No pude evitar soltar un suspiro al encontrarme con su cálida mirada y su brillante sonrisa que me hace elevarme ligeramente por los cielos.

—Por supuesto— habló Hwang tan pronto se percató de que me he quedado completamente inmóvil.

No logro entender porque Hyunjin se vuelve mucho más inmaduro y frío cuando intento hacer nuevas amistades, ¿qué hay de malo con ello?

—Por cierto, mi nombre es Shin Yuna— se presentó tras sonreír con timidez.

—Soy Lee Minho— me presenté rápidamente e hice una reverencia.

Hwang estrechó los ojos y colocó su brazo sobre los hombros de Minho en un intento de dejar en claro que tienen algo más que una simple relación de guardián-príncipe. No sabe exactamente porque se ha puesto demasiado posesivo, pero algo le hace querer tomar a Minho en sus brazos y llevarlo a un lugar muy lejos en donde nadie más pueda verlo ni mucho menos apreciarlo tal y como lo hace él.

El príncipe rodó los ojos y se presentó para atraer la mirada de ambos en un intento absurdo de intervenir en el obvio coqueteo—: Hwang Hyunjin.

Shin Yuna lo ignoró y dirigió nuevamente su mirada brillante hacia su Minho.

—El desayuno está listo, ¿le gustaría...?

—Nosotros tenemos que irnos— habló con tono gélido Hwang tras acercar mucho más al pelinegro que está a nada de caer en la trampa del coqueteo con esa bonita chica.

En vista de que la chica continúa coqueteando deliberadamente con su Minho, no podrá evitar ser descortés para dejar en claro su relación con el guardián.

—Príncipe...

—No hay nada que discutir— le interrumpió Hwang —Vámonos.

—¿Podremos encontrarnos de nuevo? — preguntó la chica con timidez.

—El guardián Lee está muy ocupado, debe trabajar. No interfieras en nuestro camino.

—¡Shin Yuna! — exclamó una voz femenina desde el otro lado de la habitación, comenzó a caminar a paso rápido hacia la antes mencionada y le preguntó—: ¿No ves que ellos son más que amigos? No interfieras en su relación.

—¡¿QUÉ?! — Minho se soltó de mi agarre e intentó negarlo, sin embargo, Shin Yuna dijo—: Lo lamento, no me había percatado sobre ello.

—No puedo negar que hacen una excelente pareja— habló la otra chica.

—No, no...

—Minho, querido, no seas tímido— al ver que Minho se ha quedado hecho piedra, aproveché para darle un beso en la mejilla, esto logró que todo su rostro se volviera color rojo, como si de un jitomate se tratase. —¿Necesitas que te recuerde lo que sucedió...?

—Hwang Hyunjin, ya lo tengo— me interrumpió. —Es hora de irnos. ¡Hasta luego!

El atractivo pelinegro salió corriendo antes de que Hwang comenzara a decir tonterías de nuevo; el príncipe lo siguió en completo silencio después de despedirse de ambas chicas que se han quedado gritando como locas.

Minho se subió a su caballo e imité su acción, ambos nos mantuvimos en silencio durante unos momentos, hasta que Lee habló—: ¿Deberíamos de tomar el camino corto? ¿O ir por el camino largo?

—¿No es obvio? — bufé —El camino corto es mejor.

—El camino corto es mucho menos tardado, tienes razón y es mejor— concordó —Pero, es más peligroso que el camino largo.

—¿Ah?

—El camino largo es mucho más seguro puesto que, no cualquiera lo toma a causa de que les da pereza, por ende, los ladrones aprovechan para mantenerse en el camino corto en espera de sus interminables víctimas.

—¿Podrías creer que te ves tan caliente cuando hablas con seguridad mientras demuestras tu inteligencia? — soltó Hyunjin sin pensarlo, automáticamente se golpeó la frente con la palma de su mano al percatarse de la estupidez que había dicho.

Afortunadamente, Minho iba delante de él, por lo tanto, no vio el sonrojo que cubrió el rostro de Hwang y mucho menos se percató del golpe que se había dado, de lo contrario, la vergüenza del príncipe le hubiera provocado un desmayo de emergencia, con el fin de alejar la inmensa necesidad que tiene de que se lo trague la tierra.

—No, no lo creo— habló con tono neutral Minho —Volviendo al tema principal...

—Haremos lo que consideres más adecuado— le interrumpí. —Al final de cuentas, eres tu el experto.

—Acaso, ¿quieres descansar? ¿O necesitas algo? — preguntó con curiosidad.

—¿Por qué lo preguntas?

—Estás siendo muy cortes y eso, significa peligro.

—Jódete— Hwang alejó la vista de Lee dado que, se sintió agredido por escuchar la verdad.

El príncipe Hwang debe mantenerse lo más culto posible a causa de que pertenece a la realeza, pero Lee Minho es la única persona que ha logrado sacarlo de sus casillas con tan solo decir una mísera palabra que lo hace sentir como el peor hombre del mundo que no puede lograr hacer sentir cómodo y feliz a su Minho.

Y para su sorprendente revelación, maldecir le resultó muy agradable y aseguró en silencio que lo volvería a hacer cada vez que fuera necesario —mientras esté lejos del Palacio Real, cabe resaltar—. El emperador, o sea, su padre no debería de enterarse de las estupideces que dice y hace su hijo cada vez que se encuentra con Lee Minho, de lo contrario, tendría muchos más problemas de los que ya tiene.

—¿Qué? — Lee lo miró con curiosidad tras detener su caballo. —¿Qué ha dicho, príncipe? Creo que no lo escuché bien.

—Jódete— repitió con mayor énfasis y seguridad.

—Jódete tú, mimado inservible.

Abrí mucho la boca tras escuchar sus terribles palabras. "¿Cómo se atreve ese pequeño chico bonito a decirme esas cosas?".

—¡Vete a la mierda! ¿Cómo puedes hablarme de esa manera?

—¿Ah? ¿Tú si tienes derecho de maldecirme, pero yo no? ¡Maldita injusticia!

—Lee Minho, tienes prohibido hablarme así.

—¡Tú empezaste!

—No, no, tu empezaste— bufé —Claramente, tenía que defenderme después de que dijiste que mi comportamiento significaba «peligro».

—¿Qué hay de malo con ello? Es muy notorio que, cuando eres amable y educado, nada bueno está por venir.

—¡Ya no te quiero escuchar! — solté las riendas del caballo y cubrí mis oídos para evitar escuchar las verdades que está gritando Minho con frustración.

𝘼𝙜𝙖𝙥𝙚 🦋 𝙝𝙮𝙪𝙣𝙝𝙤Donde viven las historias. Descúbrelo ahora