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Pov Makoto Naegi.

Como si fuese algo común y de todos los días, las chicas, Byakuya y yo estábamos en uno de los jardines de la plaza central, formando una especie de circulo, simplemente hablando como adolescentes normales en un día libre.

La cabeza de mi hermana estaba sobre mi regazo, descansando plácidamente, yo simplemente me limitaba a acariciarle el cabello. Sus ojos permanecían cerrados y sonreía felizmente.

—¿Eso es normal?

Levanté mi vista ante la pregunta de Celes, la mayoría me miraba con extrañeza. No creo que esto sea raro, de pequeño siempre dejaba que Komaru usara mi regazo como almohada.

—¿Qué cosa? —balbuceó Komaru, casi dormida.

—¿En serio lo preguntas?

—No sé de qué hablas... —bostezó.

—Estás durmiéndote en tu hermano, ¿cuántos años tienes? ¿Ocho? —preguntó Fukawa.

—¿Por qué?

—Creí que los hermanos usualmente se llevaban mal —acotó Celes.

—Nah, yo tengo un hermano menor y nos llevamos muy bien —dijo Asahina.

—Bien por ti, pero estos dos ya rozan lo ilegal —declaró Fukawa.

—¿Eh? Creí que esto era normal entre hermanos —espetó Komaru.

—¿Algo más que quieras decir? ¿Acaso se bañaban juntos antes de que él consiguiera novia?

—Sí.

La mayoría, por no decir todos, abrieron completamente los ojos, dedicándome más de una mirada asombrada o acusatoria, yo simplemente abrí bastante los ojos por aquello, pero no tardé en explicar.

—¡Ella está hablando de cuando éramos niños! —expliqué.

—Obviamente —apoyó Komaru sin abrir los ojos—. ¿Sino de qué...?

Sus ojos se abrieron de golpe, parece que se acaba de dar cuenta de lo que la mayoría pensó. Su cara se tornó completamente roja y se separó de mí, para mirar a mis compañeros.

—¡Y-Yo no me refería a eso! ¡Nosotros nunca haríamos algo así!

Todos nos miraban de manera sospechosa, es mi hermana, nosotros jamás haríamos algo así. Tras mirarnos, ambos suspiramos.

—Ve con Kyouko... Voy a cambiarme de lugar —espetó levemente deprimida.

Asentí y ambos nos levantamos. Komaru fue a sentarse al lado de Fukawa, y terminó por recargarse en ella. Yo por mi parte fui con mi novia, sentándome a su lado y tomándola del hombro para acercarla a mí, a lo cual ella reaccionó recargando su cabeza en mi hombro.

—Y Komaru, ¿cuántos años tienes? —preguntó Celes.

—Dieciséis, sólo soy un año menor que Makoto.

—¿Vienes seguido a verlo?

—Una vez al mes.

—¿Eh? ¿Y por qué nunca te vimos?

—Normalmente sólo le doy el dinero del mes y nos quedamos hablando un poco afuera de los terrenos de la escuela. Esta vez vine unos días más tarde de lo usual porque estuve muy ocupada.

—¿Y cómo vas en la escuela? —pregunté.

—Bien, soportando. Pero probablemente ustedes lo tengan más difícil que yo.

—En realidad no.

—¿Vendrás al festival? Nuestra clase hará una obra de teatro —informó Asahina.

Nuestro tiempo (Naegiri)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora