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Pov Makoto Naegi.

La discusión que tuve con Komaru quedó en el pasado, habíamos pasado toda la tarde juntos. Me disculpé varias veces por hacerle llorar, Komaru alegaba que no había problemas, pero estuvo disculpándose con Fukawa por gritarle. Y ahora, ahora estábamos comiendo Fukawa, Komaru, Kyouko y yo en el departamento de Kyouko.

—¿Y cuándo... llamaras a nuestros padres?

—Pensaba hacerlo esta noche. Les explicaré la situación y esperaré que lo entiendan.

—Está bien...

—¿Y tú qué harás?

—¿Eh?

—Ya son casi las once de la noche, creo que sería muy peligroso que fueras sola a esta hora, si quieres...

—Me quedaré a dormir con Touko, mañana me iré, no te preocupes.

—Si quieres podemos pasar juntos la tarde mañana.

—Yo le diré al resto de las chicas, seguramente estarán felices de sumarse —habló Kyouko.

—Gracias... Pero no quisiera molestar, seguramente con lo de hoy habré causado una muy mala primera impresión —declaró Komaru.

—Tonterías, tuvimos una pijamada con dos locas de la desesperación y una Maizono, esto no es nada —declaró mi novia.

—Además, se juntan siempre con una chica con doble personalidad. Tu pequeño ataque no es nada —le siguió Fukawa.

—¿Ves? No hay...

No pude continuar hablando ya que mi celular comenzó a sonar, lo saqué de mi bolsillo para ver quién era, "Byakuya Togami".

—¿Sí? —dije al atender.

—Soy yo. Llamo para asegurarme de que entendiste todo.

—Mañana haré ejercicio con las chicas a las seis, terminaré tipo siete, siete y veinte tengo que despertarte y tenerte un café listo.

—¿Cómo es el café?

—Café negro, sin leche y con dos de azúcar.

—Bien. Ya tienes la dirección de mi casa, y quiero que pidas el café en la cafetería que está a dos cuadras de mi casa, hay una con un letrero rojo, esa no, la que tiene el letrero verde.

—A dos cuadras de tu casa, letrero verde.

Sin decir nada más, Byakuya me cortó y yo suspiré.

—Si que van a ser una tortura estos meses. Trataré de prepararte el desayuno antes de salir, Kyouko.

—¿Qué? No, no te preocupes. Tú haces siempre el desayuno, déjame encargarme desde ahora. Ve a entrenar y yo tendré el desayuno hecho para ambos cuando vuelvas.

—Actúan como una pareja casada... —declaró Fukawa asqueada.

—Sí, yo también quisiera tener algo así —acotó Komaru.

Kyouko y yo nos miramos, ¿casados? Admito que quería me gustaría casarme con ella en algún futuro cercano, ¿es raro que piense eso?

—Creo que simplemente tuvimos mucha afinidad —dijo Kyouko, mirándome y sosteniendo mi mano por debajo de la mesa—. Me alegra que hayamos podido conocernos.

—A mí igual.

—Bueno, creo que nosotras ya deberíamos irnos —suspiró Komaru.

—¿Eh? Pero yo aún no termino de com...

Nuestro tiempo (Naegiri)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora