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Pov Makoto Naegi.

Veintisiete de diciembre.

Limpié el sudor de mi frente y observé a los chicos, todos estábamos formando un círculo, todos sentados sobre el césped. Agarré el cuello de mi camiseta y empecé a darme aire.

—Buen juego, chicos —declaró Hinata despidiéndose con su grupo.

—Buen juego —respondimos nosotros al unisonó.

Hinata y el resto de chicos de la clase 77 se fueron, dejándome a mí y a los chicos de mi clase aquí. Nos habíamos encontrado de pura casualidad y nos invitaron a jugar a la pelota con ellos, lo que comenzó cómo un juego amistoso, terminó siendo una batalla por el orgullo de cada clase.

Todos estábamos cansados, pero lo más cansados eran ellos tres; Oowada, Ishimaru y Kuwata, los cuales estaban sin camisas, recostados sobre el césped y respirando con brusquedad, pobres, de verdad querían ganar. Obviamente sabía que perderíamos, ya que el grupo de Hinata tenía a Nidai en su equipo.

Giré mi cabeza, para ver al chico a mi lado. Byakuya tenía la cara completamente roja y una mano en el pecho, pero su ceño estaba fruncido, parece que a él tampoco le sentaba bien perder siendo tan orgulloso. Agarré mi botella de agua y se la pasé, lo mejor era que se hidratase.

—Gracias...

—Joder —se quejó Kuwata—. No se vale, ellos tenían un monstruo en su equipo.

—Sí —apoyó Oowada—. Es como si nosotros llamásemos a Oogami para que... La próxima llamaremos a Oogami.

—Al menos nos divertimos —espeté.

—Habla por ti, siento que me van a explotar los pulmones.

Quería creer que los chicos estaban exagerando su cansancio, porque no me parecía normal que estuviesen tan cansados, ya que yo y el resto de chicos... Ahora me percataba del resto de mis amigos, todos estaban con las espaldas en el césped y esforzándose por respirar. Parece que me había equivocado, Ishimaru, Oowada y Kuwata no eran los más cansados, sino los que mejor estaban del grupo.

—¿Cómo diablos tú estás bien? —preguntó Kuwata mirándome.

Siendo sincero no lo sé, creí que al acabar el juego yo sería uno de los más cansados, lo cual era bastante irónico ya que aquel trio de amigos tenían un mejor estado físico que el mío.

—Asa... Asahina —declaró Byakuya, a lo cual todos lo miramos.

—Oh, cierto, tal vez sea por eso —dije yo.

—¿Qué pasa con Asahina? —preguntó Oowada.

—He estado entrenando con ella y Oogami por las mañanas, probablemente sea por eso.

—¡¿Qué?! —cuestionó Kuwata.

—Sí, ¿recuerdan cuando Oogami estaba enseñándome a pelear? Bueno, ese...

—¡A nadie le importa eso! ¡¿Cómo que entrenas con Asahina?!

—¿Eh?

—Te odio... Nae —escupió Hagakure con la espalda en el piso y levantándome su dedo de en medio.

—¿P-Por qué?

—¡¿Por qué crees que será?! —me chilló Kuwata— Porque es Hina, verla entrenando debe ser...

Hice una mueca, ahora creo que entiendo a lo que se referían. Ahora comprendo por qué ella entrena por la mañana cuando la mayoría de chicos duerme.

—¿Tienes fotos?

—Claro que no.

—¿Cómo es? Vamos, al menos dame una imagen mental.

Nuestro tiempo (Naegiri)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora