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Pov Komaru Naegi.

—Es muy lindo lo que tienen Makoto y Kyouko, ¿verdad? —dije mientras entrabamos en el departamento de Touko.

Se veía realmente limpio, así que sin duda había hecho caso a mis pedidos de que limpiara el lugar donde vivía. Ella me miraba con el ceño levemente fruncido, seguramente molesta porque no le avisé que vendría, incluso yo misma me había invitado a su apartamento.

—¿Pasa algo, Touko? —sonreí.

—¿Estás bien? Te veías muy...

—Gracias por preocuparte, pero ya estoy mejor. ¿Tú lo sabías?

—Sí...

—¿Y por qué no me lo dijiste?

—Creí que él te lo había dicho.

—Comprendo...

Entre saltos me acerqué a Touko y abracé su brazo. El departamento de Touko tenía la misma estructura que el de Kyouko, así que sabía dónde estaba la habitación. Bostecé y sin soltar a Touko nos llevé al cuarto.

Una vez dentro, me quité las zapatillas y me metí en la cama, ella se los quitó también, pero no se metió en la cama, simplemente se quedó mirándome.

—¿Vas a dormir así?

—¿Eh? Sí, ¿por qué?

Ante mi respuesta, ella suspiró y fue hacia su armario, sacando unos shorts y una camiseta de mangas cortas, los cuales me arrojó. Miré la ropa por un segundo, para luego verla a ella. Touko sacó otras prendas de su ropero, una camiseta negra de mangas largas y un short negro como el mío.

Al ver que ella comenzaba a desvestirse, hice lo mismo, poniéndome la ropa que me había prestado.

—Si pensabas quedarte tuviste que traerte un pijama al menos —se quejó.

—Se me olvidó, lo siento.

Me empecé a tapar con las sabanas, ella simplemente suspiró y se acercó, acostándose y tapándose también. A pesar de que las luces estuvieran apagadas, aún me era posible ver alrededor. Si soy sincera, en realidad no estoy tan cansada, simplemente quería dejar a Kyouko y Makoto solos, así que pensé que lo mejor era venir con Touko a su departamento.

—Touko.

—¿Qué?

—Te quiero.

—¿A qué vino eso?

—Simplemente quería decirlo... ¿No te pone nerviosa...?

—¿Qué cosa?

Giré mi cuerpo para verla, ella simplemente permanecía con el cuerpo recto, pero con la cabeza girada en mi dirección para verme.

—Somos... novias, ¿no?

—Sí.

—Vamos a dormir en la misma cama, ¿no te pone... nerviosa?

Un rubor comenzó a aparecer en su rostro, pero acto seguido gruñó molesta, como si no quisiera admitir que esto también le avergüenza. Moví una mano debajo de las sabanas, para así poder tomar la suya. Al sentir mi contacto, ella abrió los ojos, mirándome, yo simplemente sonreí ligeramente.

—Me alegra que tú seas la primera persona con la que salgo.

—¿Eh? Lo dices como si fueras a salir con muchos más, ¿tan rápido piensas dejarme? Me decep...

—No lo haré —la interrumpí, a pesar de saber que sólo intentaba molestarme—. Me quedaré con Touko, no quiero estar con nadie más, ¿tú quieres estar con otra persona?

Nuestro tiempo (Naegiri)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora