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Pov Makoto Naegi.

Veinticuatro de diciembre.

Eran las cinco de la tarde, pero Kyouko y yo apenas estábamos saliendo del centro comercial, curiosamente hacía bastante frio hoy, así que Kyouko y yo estábamos más abrigados que normalmente.

Ambos habíamos ido con un solo objetivo, comprarles regalos a nuestros amigos, cosa que acabábamos de hacer.

—Los gatos son tranquilos e higiénicos —señaló Kyouko.

—Sí, pero los perros son más lindos y te demuestran más amor.

—Pero hay que pasearlos y no creo que nuestro departamento sea lo suficientemente grande para nosotros dos y un perro.

—¿Y si compramos un perro y un gato?

—El departamento no es tan grande.

—Tú no me quieres... —fingí tristeza.

Ella simplemente suspiró y se me acercó, para darme un pequeño beso.

—Dejemos el tema de la mascota para otro día, ¿sí? Ahora hay que concentrarnos, ¿qué más hay que comprar?

—Ya compramos el pavo y el resto de la comida, y ya tenemos los regalos así que nada. Según tengo entendido, Fukawa y Komaru se darán regalos entre ellas.

—¿No te hubiera parecido mejor dejar que Celes y Togami se regalaran cosas entre ellos?

—No son tan cercanos, al menos tú sí sabrás lo que puede gustarle a Celes. Por cierto, ¿qué le compraste?

—Un vestido, ¿y tú que le darás a Togami?

—Un reloj.

—¿Tus padres no dijeron nada sobre que pasaras estas fiestas conmigo?

—No, bueno, siempre las pasaba con ellos, pero entendieron que quisiera pasarla contigo, eres mi novia y te amo, ellos lo saben. ¿Y Jin?

—¿Qué pasa con Jin?

—¿No te dijo nada sobre esta fecha?

—Oh, sí, me invitó a pasarla con él, pero le dije que la pasaría contigo. De igual manera no es un día muy importante para mí.

—¿Eh? ¿Por qué? Va a ser navidad.

—Lo sé, pero en realidad dejé de festejar la navidad hace mucho tiempo.

—¿Eh? ¿Hace cuánto?

—No lo sé, un par de años, no importa realmente.

—¡Claro que importa! —contradije— Voy a asegurarme que esta sea la mejor navidad de tu vida.

—Sonaste como Komaru —rio mi novia.

Pensé en contradecirla, pero probablemente tenía razón. Inflé mis cachetes como si estuviera molesto y ella me tomó de la mano, dándome ahora ella un beso en la mejilla. Exhalé y sonreí, este año iba a pasar la navidad con mi maravillosa novia y mis amigos.

Con bolsas en manos, atravesamos la plaza central para dirigirnos a la residencia femenina. Prácticamente no había gente aquí, pero era obvio, eran vacaciones y hoy probablemente la mayoría estaría con su familia y amigos. Admito que era bastante lindo por parte de la escuela seguir dejándonos usar las residencias a pesar de no tener clases.

Al llegar a la residencia femenina, fuimos a nuestro apartamento y al entrar lo primero que hicimos fue desprendernos de los abrigos, debajo llevábamos nuestras ropas normales. Sí, hacía frio, pero no el suficiente para usar los abrigos dentro del departamento.

Nuestro tiempo (Naegiri)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora