Una mierda más...

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Regresando donde me había quedado, mi cerebro estaba lleno de alcohol o tal vez mis venas
¡Pero eso no es lo que importa!

Ella no dice nada si no que para mi sorpresa estira su brazo con el puño cerrado para golpearme pero yo lo esquivo —Ya estoy acostumbrada a pelear así que sé cómo defenderme y hacer que no me peguen así aunque esté muy ebria— Ella nota que yo lo esquivé pero antes de que ella vuelva a intentar golpearme yo la tomo de la muñeca y aparto su mano de mí y la golpeo con el puño cerrado en el estómago y mientras ella se dobla quejándose y gimiendo del dolor yo la tomo del cabello.
—Y agradece de que no te haya dado en la cara —Le digo.
Su novio se levanta y va con su novia ya que no se había metido antes porque todos saben que cuando me ligo a golpes pues no deben meterse en medio o termino como Hulk golpeando a todos.
Ya sé que estoy exagerando pero... ¿Crees que me importa?
Suelto a su amada y me volteo para volver con Ange, ella me toma de la mano y pasa mi brazo por su cuello para que me apoye en ella y lo hago. Me guía hasta el piso de arriba y vuelvo a vomitar en el váter, ella me sostiene el cabello en todo momento, dejo de vomitar y saco mi cabeza del váter para sentare sobre el suelo a un lado de éste, Ange tira de la cadena y se sienta en el suelo al igual que yo pero a unos dos centímetros de mí, detrás de la puerta.
—¿Cuánto tiempo necesitas? —Pregunta ella.
Se refiere a cuánto tiempo necesito para parecer que no estoy ebria por si acaso sus padres nos pillan cuando llegamos y nos hablan o nos ven.
—No mucho, un vaso de agua y aire fresco harán que me sienta como nueva —Le informo.
Ella permanece mirándome unos segundos y saca su celular del bolsillo.
—¿Qué haces? —Le pregunto confundida.
—Le llamaré a James ya que ir a buscarlo será como buscar una aguja en un pajar —Se lleva el teléfono al oído.
No habla nada más así que permanezco callada.
—¿James? —Dice, supongo que él ya respondió— Dime que no estás ebrio.
La pregunta común que hace siempre Ange a James, es obvio que no lo está, cuando Ange está cerca él nunca bebe más de la cuenta, solo un poco.
—¡Qué bueno! —Exclama ella, se los dije— Ya nos queremos ir a casa.
Veo que ella asiente varias veces pero no sé qué está diciendo James.
—Pues ya vamos —Dice ella y cuelga.
Vuelve a guardar su celular y se levanta del suelo y extiende su mano hacia mí para ayudarme a levantarme del suelo, ya estando levantada ella me da un vaso de agua que llena del grifo en el bañoy luego de eso salimos, me mantiene tomada de la mano en todo momento mientras atravesamos la casota gigantesca donde la fiesta aún no termina, logramos atravesar el montón de gente ebria que se encontraba bailando en toda la casa hasta el exterior.
Que en realidad no bailaban, solo se tambaleaban con las mano en el aire.
Cuando mis pulmones inhalan el aire fresco del exterior me siento mejor, el clima está algo frío así que Ange y yo nos apresuramos para llegar al auto de James que se encontraba esperándonos en la acera ya James había encendido el auto y puesto la calefacción, me monté adelante —Obviamente— Y Ange atrás, mientras James conducía de regreso me iba durmiendo en el puesto delantero pero Ange apoyaba su mano en mi hombro para que yo no me durmiera en el asiento.

Llegamos a la casa de Ange más rápido de lo que pensé y ella me ayuda a bajarme del auto para luego entrar en su casa, por suerte sus padres estaban dormidos y pudimos entrar sin ser vistas a la casa y llegamos fácilmente a la habitación de Ange, yo me desplomo sobre su cama y ella me quita los botines para luego arroparme y de allí me quedé dormida.

A la mañana siguiente me despierto porque los rayos del sol que se cuelan por las cortinas rosadas del cuarto de Ange me dan en toda la cara, gruño mientras escondo mi rostro bajo una almohada, escucho como Ange gruñe a mi lado y da varios golpes al colchón y supongo que son señales de que quiere que me quede quieta y no me mueva.
Y como si me leyera el pensamiento dice:..
—No te muevas tanto —Se queja ella.
Yo no digo ni hago nada para responderle...

El día pasa más rápido de lo normal, Ange y yo solo hablamos, jugamos y comimos además de ver pelis y ayudar a su madre con repostería ya que a ella le encanta eso.

Los días se pasan rápido, demasiado en realidad, casi todos los días es lo mismo, James de vez en cuando nos iba a visitar y casi cada noche íbamos a una fiesta diferente y yo terminaba como siempre.
El tiempo pasa hasta que en un abrir y cerrar de ojos pasan dos meses, mi madre no deja de marcarme para pedirme que vuelva a casa pero no entiendo el por qué quiere que vuelva, de todas formas no me toma enserio ni se preocupa por mí y tampoco le importa maldecirme pero por tanta insistencia terminé aceptando pero sin antes ir a la última fiesta. Me encargué de meter mi bolso con mis cosas en el auto de James cuando fuimos a la fiesta para que me dejara en mi casa, le pedí a Aron algo de mercancía y con eso me refiero a solo cigarrillos y porros,nada de drogas fuertes ya que como dije, lo prometí.
La fiesta fue de puta madre, literal, más divertida y alocada que la primera hace meses pero no le daría las cinco estrellas. Jugamos, bebimos, bailamos y todo fue hasta cansarnos, Miranda —Una de las menos importantes en el grupo— Vi que bailaba sobre una mesa desnuda —Con ropa interior pero es desnudo para mí—Bailaba como si fuera una prostituta y eso no pudo causarme más risa.
La fiesta termina.
Bla.
Bla.
Bla.
Cada uno se va a su casa y yo obviamente también.
Decidí entrar por la puerta de la cocina para no despertar a la zorra insoportable de mi madre para que no comenzara a hacerme preguntas y que se quejara diciendo que estaba ebria.
La puerta de la habitación que está en la parte de debajo de la casa —Que es la que mi madre iba a alquilar— Estaba junto a la puerta de la cocina y ambas son iguales y cómo iba ebria hasta las trancas no me fijé que había tomado la perilla de la puerta de la habitación que iba a alquilar mi madre, obviamente ésta estaba cerrada así que comencé a empujar con fuerza y a maldecir en voz baja pensando que la puerta se había atorado —Conste que pensaba que era la quedaba a la cocina pero no era así— Seguí empujando con fuerza para ver si abría pero nada, se supone que la puerta de la cocina siempre está abierta para mí y para mi padre por si alguno de los dos llegaba borracho y tarde a casa.
Cuando estoy cogiendo impulso para volver a empujar la puerta con mi cuerpo pues ésta se abre y yo termino entrando en la cocina como si fuera una bala disparada y caigo al suelo ya que como dije, había cogido impulso pero terminé por una tonta en el suelo. Me di un golpazo cuando caí al suelo así que decidí quedarme allí quejándome del dolor y maldiciendo.
—¡Mierda! —Me quejo mientras apoyo mi mano en mi cabeza.
Me incorporo y veo que todo el lugar está negro pero a los segundos se enciende la luz y veo a un hombre ya maduro con muy buen aspecto y realmente guapo.
El desconocido tenía barba y aparentaba unos veinticuatro o tal vez veinticinco ya que no se veía tan viejo pero no pasaba de los veintiocho y no tenía menos de veinticuatro; llevaba puesto una franela blanca que dejaba ver sus brazos gruesos, claramente se ejercitaba y mucho; también llevaba unas bermudas de color verde militar y unos calcetines blancos, era obvio que hacía mucho ejercicio ya que la franela se apegaba a su cuerpo y dejaba ver su torso firme y muy bien marcado, era de espalda ancha y muy sexy.
Lo primero que veo es su torso y mis ojos se quedan allí hipnotizados.
—Vaya —Digo mientras miro su torso, que conste que yo no tenía cabeza para diferenciar una vaca de un camello— Hola guapo.
«¡Le hablaba a su torso! Soy una idiota»
Mi yo ebria se muerde el labio sin dejar de mirar su torso pero él hace un sonido como si se aclara la garganta pero lo hizo para que dejara mi lado zorra y entrara en el mundo real y eso hice, cuando él hace ese sonido yo levanto la vista y me doy cuenta en ese momento que no estoy en mi puta cocina, si no en el cuarto que ya veo que mi madre alquiló.

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¡Empieza el salseo!
Ya nuestros protagonistas se conocen.
Repito, la historia viene de como Rebeca quiera narrarla, de como ella quiera pensar, estamos en su mente, no en la mente de nuestro otro protagonista.
Espero les esté gustando.
No juzguen un libro por su portada.

Un saludo y un beso a @Burbuja2020 
Muchas gracias por el apoyo que me estás dando y por defenderme ante todo el hate.

Daré saludos a mis lectores más fieles y a todo aquel que quiera, solo deben pedirlo a través de los comentario y yo con gusto lo haré.

Gracias por seguir leyendo, te quiero.

DaddyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora