Aún me encontraba en mi cama.
Ya habían pasado dos meses desde que todo sucedió.
Todo esto se está convirtiendo en mi propia perdición debido a que no soy la misma de antes, esta "Depresión" O cómo le quieran llamar no me gusta pero no puedo hacer otra cosa.
Él debería estar disfrutando de su fortuna, feliz y sin tener el recuerdo más mínimo de mí.
Mis sabanas me cubrían por completo, a pesar de que me ahogaba con mi propia respiración bajo las sabanas no quería moverme para hacer un pequeño agujero y que entrara oxígeno.
Era un nuevo día y así aunque iba despertando no me moví, solo abrí los ojos y tomé mi celular junto con mis audífonos para hacer lo mismo de todos los días.
Poner música y quedarme allí.Mi madre entró a mi habitación sin tocar, lo supe porque por encima de la música escuché cómo la puerta de mi habitación se abría y aparte la claridad que iluminó todo el cuarto cuando supongo que ella abrió las cortinas de mi cuarto, me quité un auricular ya que quise escuchar.
—Rebeca —Dice ella con un tono ya irritado, se seguro tiene rato diciendo mi nombre— Debes levantarte.
Yo gruño en respuesta.
—¿Por qué no me dejas en paz? —Le pregunto algo enojada— ¿No crees que es mejor?
—No —Responde ella con un tono algo áspero— Pienso que debes salir de la cama, ya me tienes harta.
«¿Harta? ¿De verdad dijo eso?»
Decido incorporarme y quitarme las sabanas de encima para verla.
—¿Harta? —No puedo creer que enserio dijera eso— ¡¿Yo te tengo harta?! Literalmente no te entiendo, cuando salía de fiesta te quejabas y decías que era un martirio cuidarme pero ahora que no hago literalmente nada sigo teniéndote harta ¡Dime quien coño te entiende! Por yo no.
Admito que se sintió bien decir esa mala palabra por muy mínima que fuera, necesitaba gritar y quién mejor para gritar que a mi madre.—No quería decirlo así y ¡No me levantes la voz! —Piensa que usando ese tono y corrigiéndome voy a hacer lo que dice— Solo que no me gusta verte allí sin hacer nada.
—¿No? —Me levanto de la cama y me planto frente a ella— ¡¿Dime qué coño pensabas que iba a suceder si alejabas lo que yo más quería?! —Termino gritando totalmente molesta— Pero no me sorprende ¿Sabes por qué? ¡Porque siempre serás una maldita zorra que perjudica mi vida para que no sea feliz!
Para mi sorpresa ella termina soltándome una bofetada, en realidad no me sorprendía pero no esperaba que me la diera justo en ese instante.
Me llevé mi mano rápidamente a mi mejilla adolorida mientras miraba a otro lado de la habitación.—Lo siento mucho Rebeca —Dice ella con un tono de voz algo cortante, volteé a verla y tenía ambas manos cubriendo su boca sin poder creer lo que había hecho— No era mi intensión golpearte.
—¡¿No?! —Continúo con mi mismo tono elevado a pesar de mi voz cortante— ¡¿Y cuál era?! Te dije que seguías siendo una perra malnacida.
Ella de repente empieza a llorar.
Es la primera vez en toda mi vida que la veo llorar y eso me sorprende aunque intento no demostrarlo, pienso que tal vez lo hace por manipulación.
—¡Yo solo quería cuidarte! —Dice entre sollozos— Él era malo para ti, no quería que te lastimara, aparte de que te violaba ¡Yo solo quería protegerte! Y no dejé que los Meira te llevarán porque a pesar de todo este caos que hay en la casa y en mi vida me sigues importando y me te sigo amando, eres mi hija y quería protegerte, te quería para mí y sé que no fui buena madre y sigo sin serlo, solo dejé que la amargura llevara mi vida y lo siento.Y con eso simplemente se va, obviamente sin parar de llorar.
Realmente sus palabras me dolieron un poco pero de igual forma no me conmovieron del todo, lo sé, soy una perra por no conmoverme pero no puedo permitir que con solo decirme "Lo siento y en realidad te amo" Va a hacer que borre fácilmente todos esos años de castigo y de mierda por los que tuve que pasar.
Con esa discusión decidí recoger mis cosas y ponerlas en un bolso algo grande para irme, iba a pensar todo esto y aparte necesitaba estar sola.
Ya cuando recogí todas mis cosas me cambié de ropa, tomé una de las tarjetas de crédito que Maxx me dejo en la cual había algo de dinero, era poco pero había algo...
Tomé los libros que Maxx me dio y los metí en bolso, ya al estar lista solo salí de mi habitación y bajé las escaleras sin importarme que mi madre pudiera verme y mi padre, pues como cosa rara no estaba.
Supongo que mi madre me escucha o me ve desde la cocina ya que decide llamarme.—Rebeca ¿A dónde vas? —Pregunta ella con el tono suficiente para que la escuche.
—Muy lejos de ti ¿Acaso no es obvio? —Respondo sin detenerme y salgo por la puerta principal.
Y sin importarme lo que dijera a continuación cerré la puerta principal a mis espaldas y comencé a caminar lo más rápido que podía.
No me sorprendió cuando no escuché a mi madre a mis espaldas, hasta volteé con la esperanza de que ella me hubiera seguido pero no, la calle estaba desierta como siempre y eso solo hizo que no confiara ni en sus lágrimas ni en sus palabras.
No sabía a donde ir, no quería ir con Ange ya que quería estar sola así que entré en la primera cafetería que encontré, me sentí cerca de la ventana y saqué otro de mis libros que Maxx me dio, el nombre de El Gran Gatsby estaba plasmado en la tapa del libro, pedí un café y comencé a leer hasta no pensar en nada más, solo oía mi propia voz en mi cabeza al leer los parrados del libro.Mientras en otro lugar.
Maxx
Me encontraba en una reunión de negocios cuando mi celular empezó a sonar, contesté de inmediato al ver que me llamaba mi empleado, el cual cuidaba a Rebeca.
—Dime Miguel —Digo mientras salgo de la oficina dejando la junta— ¿Qué pasa con Rebeca?
Por lo general Miguel nunca tiende a llamarme ya que Rebeca siempre está en su casa sin hacer nada y sin salir a ningún lado.
—Señor, según lo que sé la señorita Sillete acaba de pelear con su madre —Me informa totalmente tranquilo, su tono me gusta ya que puede que no esté pasando algo del otro mundo— Pero le vi una mejilla sonrojada y estaba hinchada.«Mierda»
—Dime dónde está —Le ordeno algo irritado.
—Justo ahora está sentada en un café leyendo un libro.
Estaba a punto de decirle a Miguel que me pasara la ubicación cuando Emma salió de la oficina.
—¿Maxx? ¿Por qué saliste? —Pregunta con su tono de voz delicado y pasivo.
Parecía y era una muñeca, sus ojos verdes eléctricos estaban muy bien maquillados y su cabello castaño claro corto estaba muy bien cuidado, siempre ha sido un ángel para mí y mi socia de negocios.
—Tengo un problema que atender —Digo en respuesta señalándole el teléfono.
—Maxx... —Pone los ojos como perrito ya que se le iluminan y se me acerca— Tienes que entrar, Mike ya va a dar su veredicto en cuanto a las ganancias y negocios y debes estar allí para dar tu opinión y resultado final.
Yo lo considero y termino tomando una decisión.
—Espérame adentro —Le pido amablemente— Dame un segundo y entro detrás de ti.
—Bueno.
Y sin decir más vuelve a entrar.Me aseguro de que no me escuche ni vea lo que hago cuando vuelvo al celular.
—Miguel —Digo para saber si aún la llamada seguía en curso.
—Dígame señor.
—No quiero que te despegues de Rebeca, cuando salga de la oficina te llamo para que me digas dónde está —Le ordeno.
—Como ordene señor.
Y acatando la orden cuelga la llamada, yo dejó mi celular en mi bolsillo y entro de nuevo a la oficina...........................................................................................................................................
¡¿Cómo están queridos lectores?!
Agradezco la espera y disculpen la demora.Pero como lo prometí, actualizo diario y lamento si no pongo una hora exacta es que mis días son muy agitados y tiendo a distraerme mucho, no puedo pasar todo el día pegada a la pc escribiendo pero hago lo que puedo.
Quisiera hacerles una duda jajaja, me gusta el misterio.
¿Quién será esta nueva persona?
Esta nueva chica que se presenta a la mitad de esta historia.Tendrán que esperar a mañana para saber quién es y qué papel juega aquí.
Por lo menos dejé una foto de la chica.
Los amo.Nos leeremos mañana
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Daddy
Romance#PV2023 Soy rebelde, mucho, en realidad la palabra «Mucho» Se queda muy corto pero todo eso se vuelve peor al conocerlo... Mi vida mejora y empeora al mismo tiempo con la llegada de ese hombre mayor que se sentía atraído por mí. El millonario más fa...