Mi primer castigo

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Me desperté de pronto, mientras me frotaba los ojos con el dorso de la mano pude ver el auto entrar en el parking del hotel cinco estrellas mejor rentado en la ciudad, apaga el motor unos segundos después de estacionarse.

—Necesito —Comienza a decir y pasa la mitad de su cuerpo a la parte de atrás para buscar algo y al volver trae en la mano un abrigo bastante grande— Que te pongas esto.
Él lo deja sobre mis piernas.
—¿Por qué? —Decido preguntar.
El abrigo es de él para mi sorpresa.
—Porque vas vestida como una cualquiera y en este hotel soy muy reconocido así que no permitiré que nadie te vea —Aclara él— El recepcionista es de mi agrado pero no —Niega con la cabeza desaprobándolo, tal vez piensa que el recepcionista pueda desnudarme con la mirada— Quédate en el auto ¡Y no salgas! —Vuelve a su usar su tono dominante que hace que lo obedezca y acate la orden que me da— Cuando vuelva entraremos por la parte de atrás.

Yo asiento acatando la orden y él se baja del auto sin antes tomar su billetera y su celular último modelo del salpicadero, yo me pongo el abrigo que me dio y es lo bastante grande para cubrirme todo el cuerpo hasta dos dedos más arriba de mis rodillas, cuando intento buscar mi celular no lo encuentro en ninguno de mis bolsillos, maldigo al no encontrarlo pero era lógico, con todo el alboroto de seguro debió caerse.
Maxx vuelve diez minutos después y se acerca al auto, abre el maletero del auto y mientras se estira en la cajuela de atrás él me habla.

—Puedes bajarte —Me dice.
Y lo hago, salgo del auto y veo que él deja de buscar en la parte de atrás y saca una de mis maletas más pequeñas.
—¿Porqué bajas una de mis maletas? —Le pregunto sorprendida.
Él cierra la puerta del auto y toca unos botones que hacen que el auto chille un segundo anunciando que está cerrado.
—Para que te duches y estés más cómoda —Responde mientras me toma de la cintura y caminamos hacia la entrada trasera del hotel.
Entramos en el hotel y de una vez subimos hasta la habitación correspondiente, Maxx abre la puerta rápido y me hace entrar primero para luego entrar él y cerrar la puerta.
Escucho como suspira y yo igual, me tiro sobre la gran cama de la habitación.
—Ve a darte una ducha —Dice pero no usa su tono dominante.

Escucho sus pasos cerca de mí y veo que pone la maleta sobre la cama, la abre y cuando veo que mete la mano en ella yo me incorporo e intento arrebatársela pero él me mira de una forma tan desafiante y dura que hace que me detenga, él saca una camiseta corta del interior de la maleta y la mira un segundo para luego tirarla por ahí sin importancia, yo salgo corriendo tras la prenda y la recojo pero él vuelve a tirar otra y otra y otra hasta dejar la maleta completamente vacía.
—¿No tienes ropa decente que te cubra al menos el noventa por ciento del estómago? —Pregunta cuando ya sacó todo del bolso y lo tiró por todos lados.
—Es mi ropa —Reclamo y pongo todas las prendas sobre la cama.
—Ve a darte una ducha y usas mi camiseta —Me ordena con su tono dominante y yo como una estúpida obedezco.

No sé qué camiseta quiere que ponga pero cuando entro en el baño hay una camisa azul celeste colgada y muy bien planchada de botones, la camisa es algo grande así que me quedaría como un vestido en realidad así que hago lo que me pidió, me desnudo completamente y entro en la ducha, la presión del agua caliente es más intensa que en la ducha de mi casa, sin duda hace relajarme y quita toda la mugre que tenía pegada en el cuerpo, me lavo el cabello y disfruto lo más que puedo del agua caliente hasta que comienza a enfriarse y decido terminar mi ducha, me pongo la ropa interior limpia que estaba en mi maleta y que Maxx no notó por suerte para luego ponerme arriba la camiseta que estaba en el baño y queda como yo pensé, justo dos dedos por encima de mi rodilla pero me preocupa porque es muy transparente pero cuando empiezo a preocuparme por eso escucho su voz dominante.

—¿Estás lista? —Pregunta al otro lado de la puerta tocándola levemente con los nudillos— Sal.
Y yo obedezco abriendo la puerta, él no me mira la camiseta si no que centra su mirada en mis ojos, sus ojos azules son profundos y ya no puedo leer nada en ellos, no reflejan nada, solo una chispa de deseo que logro descifrar.
—Mañana por la mañana te compraré ropa nueva —Me informa sin dejar de mirarme a los ojos.
No puedo resistirme... Sus ojos no reflejan ningún sentimiento o pensamiento que pueda descifrar pero la pequeña pizca de deseo está allí y es muy difícil ignorarla...
El deseo que siento no puedo evitarlo...

Me muerdo el labio y con eso es suficiente para que él se me acerque un paso hasta que yo no soporto más la tentación y me lanzo a besarlo, rápidamente nuestras lenguas se mezclan y se mueven juntas en armonía con nuestros labios juntos, él lleva sus manos hasta mi cintura y se inclina un poco para tomarme de los muslos y cargarme, yo abrazo su cintura con mis piernas, mantengo mis ojos cerrados para disfrutar de sus besos dulces, apasionados y salvajes pero siento como él camina llevándome de vuelta a la cama y me tumba sobre ella. Veo como él se quita la franelilla que llevaba puesta y veo un segundo su torso desnudo, es firme y duro, muy bien marcado pero no tan exagerado, eso hace que me excite más y me muerda el labio.

—Amo cuando te muerdes el labio —Confiesa antes de ponerse sobre mí.

Vuelve a besarme cuando ya cae sobre mi cuerpo pequeño y débil, sus besos son más apasionados y jodidamente salvajes, siento sus manos como viajan por todos los botones de mi camiseta y los desabrocha en el proceso, me levanto un poco para que logre quitarme la camiseta fácilmente, decido viajar su torso con mis manos y no puedo evitar arañarlo levemente con mis uñas, al parecer eso le gusta porque sofoca un jadeo en mi boca; sigo bajando usando mis uñas hasta llegar al botón de su pantalón y lo desabrocho pero él me sorprende llevando sus manos hasta mis senos débiles y los aprieta algo fuerte, duele, lo admito pero siento más placer que dolor cuando lo hace, siento que lleva sus manos hasta mi espalda y la levanto un poco para que fácilmente desabroche mi sujetador, baja sus besos por mi cuello mientras me quita el sujetador, atrapa mis pezones en sus manos hasta que lleva sus besos hasta mi pecho, de allí los lleva hasta mis senos, chupa y muerde la punta de cada uno y aunque duele me gusta.

Continúa bajando sus besos hasta que llega a mi vientre, allí no puedo evitar llevarme un dedo a la boca y morderlo por lo nerviosa que estoy, desliza un dedo por la pretina de mis bragas hasta que lo pone debajo de mis bragas y tira de ellas para poder quitármelas, con facilidad las desliza por mis piernas y me las quita, trago en seco y me muerdo el dedo nerviosa hasta que siento su lengua en lo alto de mi pelvis, eso hace que alce la espalda despegándola un poco de la cama encorvándome, sofoco un jadeo mientras me muerdo el labio, baja sus besos hasta mi clítoris, primero lo lame por encima para torturarme un segundo pero luego coloca su dedo índice sobre mi clítoris y comienza a masajearlo en círculos, eso hace que trague en seco y comience a gemir, su movimiento circular es tan lento que hace que ruegue más...

—Promete que harás lo que yo te ordene —Dice él sin dejar de mover sus dedos sobre mi clítoris.
Estoy tan hundida en el placer que me proporciona el roce de los dedos de Maxx sobre mí que no lo escuché en realidad hasta que de un segundo a otro deja de hacer su magia en mí y al sentir la ausencia protesto pero Maxx no me da la oportunidad de hacerlo.
—Di que harás lo que yo te ordene —Repite con su tono posesivo y controlador tan sexy que hace que haga lo que me pida.
—¡Lo haré! —Exclamo desesperada— No pares...

Veo que él asiente y continúa con su magia pero esta vez no usa la yema de sus dedos si no su lengua, succiona y lame mi clítoris jugando con él, el placer es tan intenso que tengo miedo de gritar muy fuerte... No paro de gemir con el simple roce de su lengua en mi clítoris, siento que introduce un dedo dentro de mí, siendo sincera al principio me duele y hace que eleve las caderas separándolas unos segundos de la cama pero Maxx con su mano libre me toma de la cintura y me obliga a quedarme quieta, por suerte su jugueteo con mi clítoris amortigua un poco el dolor que siento allí abajo.
Saca sus dedos de dentro de mí cuando ya empezaba a aliviarse el dolor, al sentir su ausencia gemí en protesta pero él se aseguró de subir rápidamente y callarme chocando sus labios con los míos y mezclando su lengua con la mía en nuestros besos.
Se separa al instante.

—¿Quieres hacerlo? —Me pregunta cuando ya se separa.

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¿Cómo estan queridos lectores?

Obviamente no los dejaré aquí y así de desesperados pero dentro de al menos una o dos horas subiré el capitulo siguiente, espero y lo disfruten

Gracias por el apoyo.

Alguien me pidió que lo saludara así que.

En este capitulo les mostraré a mi lectora @_xmenbelx_ 
Muchas gracias por tu lectura, un saludo y un beso.


Nos vemos en el siguiente capitulo. 

DaddyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora