Daddy

Su piel y la mía

Varias horas después, luego de comer y leer al menos los primeros veinte capítulos del libro veo mi celular, salto de la cama al ver que eran las cuatro en punto y justamente me va llegando un mensaje de él.

Mensaje de Daddy.
—Ya llegué.

Salto de mi cama y bajo las escaleras emocionada y al entrar en la cocina lo veo pasar por la ventana de la cocina, abro la puerta trasera pero él ya había entrado a su habitación así que me planto en la puerta y toco.

—¡Adelante! —Casi grita en respuesta.
Yo abro la puerta y veo que está caminando de un lado a otro claramente enojado así que sin saber exactamente qué hacer me quedo plantada al entrar.
—Discúlpame —Empieza a hablar para mi sorpresa pero está muy enojado, se nota ya que empieza a jalarse el cabello desde la raíz— Acaban de darme una noticia que no quería oír y...
—Y cuando escuchas o ves algo que no quieres tiendes a enojarte —Termino yo por él.
Él se detiene y voltea a verme, en su expresión hay asombro y sorpresa combinados con enojo y rencor.
Yo bajo la mirada arrepentida y temerosa.

Para mi sorpresa él camina hacia mí y me toma de la cintura para empezar a besarme de una manera apasionada y salvaje, siendo sincera sus besos para desahogar su enojo me lastiman los labios pero decido soportar el dolor con total de seguir disfrutando de su boca tibia y tan familiar, me dejé llevar por sus labios y no por el daño que me hace en los míos, su lengua se cuela en mi boca sin mi permiso pero decido no reclamar ya que sí quería que lo hiciera, nuestras lenguas se juntan y chocan haciendo que nuestros besos sean dulces y salvajes.

Rápidamente Maxx se inclina un poco para tomarme de los muslos y cargarme, enredo mis piernas alrededor de su cintura y paso mis brazos por su cuello, siento como me tumba sobre la cama y él cae encima de mi cuerpo débil y excitado, comienza a besarme más salvaje y apasionado, me muerde los labios y chupa mi lengua en el proceso, empieza a tirar de mi suéter hasta que termina quitándomelo con facilidad, mete sus manos algo frías por mi espalda y me encorvo un poco para facilitarle la tarea de desabrochar mi sujetador, me quita el sujetador deslizándolo por mis brazos y lo tira al suelo, empieza a masajear y apretar con fuerza mis senos sensibles, duele pero es más el placer que me proporciona, baja sus besos por mi cuello pero sigue siendo salvaje al hacerlo y algo brusco pero no me molesta en realidad; llega hasta mi senos y empieza a chupar y morder la punta de cada seno sin delicadeza, sofoco un grito por el dolor pero sigo resistiendo, siento sus manos sobre mis vaqueros blancos, se tiene un segundo y se levanta, se quita la camiseta rápidamente mirándome y puedo leer en su mirada la pasión mezclada con enojo pero hay más pasión y deseo en sus ojos azules, baja el rache de mis botines altos y me los quita bruscamente para luego volver a pegar su cuerpo con el mío, comienza a desabrochar mis vaqueros hasta bajarlos y lograr quitármelos por completo, su torso desnudo y con temperatura algo baja choca contra mis senos mientras me besa salvajemente y muerde mi labio hasta que me duele un poco, me quejo del dolor, no puedo seguir resistiendo a sus tratos salvajes.

—Maxx... —Digo con poco aliento cuando me deja hablar— Max... —Insisto.
Pongo mis manos en sus hombros y empiezo a empujarlo un poco.
—¡Maxx! —Casi grito.
Él se separa desasiendo los besos salvajes que me daba y se levanta alejándose un poco.
—¡¿Qué?! —Me dice con un tono frío y distante.
Yo jalo la sabana para cubrir mi cuerpo semidesnudo.
—Estás muy enojado... —Puntualizo algo preocupada— Me lastimaste.
Al decir esas palabras su mirada se suaviza y su actitud malhumorada baja un poco y se acerca a mí.
—¿Dónde te lastimé? —Pregunta con un tono preocupado mientras me mira fijamente— Rebeca...
—Tus besos son tan bruscos que me lastimaste el labio y mis labios están más que hinchados —Explico algo decepcionada pero no por él— Y tus caricias son muy salvajes y bruscas.
Él baja la mirada un poco.
—Es que... —Empieza pero se calla al instante.
Para mi sorpresa se levanta y golpea un poco el muro con el puño pero no con tanta fuerza y termina pegando su frente en ella.