Las palabras de mi madre habían hecho que mi poca paciencia se agotara pero no tenía ganas de gritar y pelearme con ella como habitualmente hago.
—No me llames zorra —Le advierto mientras dejo mi tazón ya vacío en el lavavajillas— Respétame.
—¡¿Qué te respete?! —Dice con un tono de burla— ¡La que debería respetar aquí eres tú! No debes ir por ahí con la entrepierna caliente.
Se está pasando de la raya...
Se está pasando y me molesta no poder hacer nada.
«Es tu madre Rebeca, puede ser una zorra pero sigue siendo tu madre»
Cierro los ojos un segundo e inhalo lentamente para calmarme y contar hasta diez en mi cabeza.—¡Mike! —Oigo que le grita a mi padre así que decido abrir los ojos— ¡Dile que no sea una zorra!
—Me importa una mierda lo que haga la malcriada —Responde por fin él sin ánimos en su voz dejando en claro que de verdad no le interesa.
Doy un salto de alegría dentro de mí por la respuesta de mi padre, ante los ojos de alguien más pues debería dolerme o algo así pero no, esa respuesta me favorece y mucho.
Ella se queda tan sorprendida que la mandíbula le llega al suelo por la respuesta de su esposo el que debería apoyarla y estar de acuerdo con ella pero no lo está.
Mi padre se va dejándonos a mi madre y a mí solas.
«Genial»
—Rebeca hablo enserio —Dice con un tono muy bajo que no la he escuchado nunca usarlo y me sorprendo al escuchar la sinceridad en su voz con su tono bajo— No quiero que arruines eso, ese hombre me paga bastante bien por solo dormir en esa habitación y me ayuda a pagar lo que comes.Casi me la trago y me compadezco de ella pero no.
Mi madre puede ser una mujer que lleva mucho en su espalda para cargar, una hija adolescente desenfrenada y rebelde de la ostia y que solo trae problemas, un marido que solía ser el amor de su vida y su mejor amigo pero que ahora es un alcohólico sin trabajo y sin cabeza para pensar, una casa bastante grande que pide mucho dinero ya que es tan vieja que todo a cada rato se daña, facturas de hospitales, colegios —A los cuales nunca asisto y siempre me ligo a golpes en los primeros días así que me expulsan— Cuentas de la casa, comida mensual que debe comprar sin contar las necesidades que cada uno necesita como ropa, productos para el aseo personal y de más. Puede tener todo eso, sí, pero no deja de ser una zorra que no tiene el más mínimo interés por mí y que solo me usa para gritarme y quejarse por mi comportamiento cuando no sabe que lo único que quiero es que deje de ser tan zorra, las cosas que he aprendido y que soy hoy en día las sé y soy gracias a ella.
Solo porque su tono al dirigirme la palabra es bajo y muy adecuado decido aceptar.—Trato —Suelto después de pensarlo un poco y veo como ella se alegra pero no lo demuestra en su rostro, lo supe por como su mirada se iluminó.
Ella se me acerca y por un segundo pienso que me va a abrazar así que por un movimiento como de reflejo me aparto de su camino y rodeo la isla hasta llegar a la puerta trasera de la cocina para salir pero luego me doy cuenta que solamente se acercaba a mí porque detrás tenía la cafetera que aún seguía encendida. Ella notó mi movimiento y enarcó una ceja.
—No pienses que te abrazaré —Suelta y se cruza de brazos.
«Y ahí está la zorra de mi madre»
Yo pongo los ojos en blanco y salgo por la puerta para atravesar el patio trasero y llegar a la calle.Comienzo a caminar por las calles soleadas de mi comunidad, casi todas están solitarias y cada media hora pasa un auto a toda prisa, saco mi celular del bolsillo trasero de mis vaqueros y veo que son las siete en punto de la mañana, por eso no hay nadie en la calle.
¡Porque todos duermen!
Maldigo entre dientes a mi madre por haberme levantado tan temprano, no dejo de maldecir hasta que un auto casi me arrolla pero lo que hace que deje de maldecir es su bocina cuando suena como pito insoportable y frena de golpe a escasos centímetros de mis rodillas, yo volteo y veo el monovolumen color rojo llamativo que casi me atropella así que lo único que hago es sacarle mi dedo corazón.—¡Fíjate por donde conduces idiota! —Le grito.
El auto en silencio no hace nada, pero a los segundos escucho como la ventanilla del asiento del conductor se baja, un viejo —Literalmente, le calculo unos cuarenta— Asoma un poco la cabeza y me mira de arriba abajo morbosamente.
—¿Y por qué no te subes y vemos si estás bien? —Propone mientras se muerde el labio.
«¿Y a este viejo qué le picó?»
—¡No soy una prostituta viejo morboso! —Le informo mientras vuelvo a enseñarle mi dedo corazón.Para mi sorpresa él abre la puerta de su vehículo y se baja, el hombre estaba literalmente que daba asco para tener cuarenta y tantos —Eso creo, puede tener más— Se me acerca y entre más da un paso hacia mí yo retrocedo dos.
«¿Acaso no hay nadie que me ayude?» Pues no, como dije, las calles están desiertas y eso que es de día, no quisiera imaginarme como sería si fuera de noche y para mi ventaja nunca he tenido que volver ebria caminando por la noche a mi casa.
El hombre vestía bien al menos, un esmoquin negro de oficina como si fuera el dueño de una empresa o algo pero como dije, él daba un paso hacia mí y yo retrocedía dos.—¿Por qué no dejas que te lleve a donde quieras? —Propone sin dejar de mirar mi cuerpo.
—Si se me acerca más de la cuenta se va arrepentir —Le advierto.
Sé defenderme, lo suficiente para que al menos alguien no me falte el respeto pero si intenta violarme pues hasta allí no llegan mis encantos.
Escucho el motor de otro auto a lo lejos y rezo para que sea alguien que me conozca o que al menos me ayude, debe ser un auto bastante nuevo ya que ruge como un Ferrari y confirmando mis sospechas entra en la calle un auto bastante nuevo, un Lykan Hypersport de color negro intenso y justamente se estaciona de golpe al lado del monovolumen rojo del viejo acosador, del auto negro se baja un hombre que va vestido también con un traje de empresario exitoso y cuando vengo a verlo bien veo que es el hombre que vive en mi casa.—¿Todo bien aquí? —Pregunta con su voz gruesa y ronca cuando se baja de su auto lujoso y se abrocha un botón del traje.
—Pues no —Digo antes de que el hombre pueda hablar pero él está hipnotizado mirando al tipejo que vive en mi casa— Este viejo casi me atropella y se me está insinuando.
El viejo se queda sorprendido ante mi vocabulario al explicarle al tipejo que vive en mi casa lo que sucedía y pone tanta impresión en su rostro que parece que dice «Está mintiendo» Y eso hace que me enfurezca. El tipo que vive en mi casa enarca una ceja y mira al hombre.
—Señor —Dice para mi sorpresa el viejo y lo dice con un tono de admiración, como si le hablara a un Dios— Ella miente señor.
«Lo sabía»
—¡No digas que miento viejo morboso! —Le grito furiosa.
El tipejo estirado que vive en mi casa hace un gesto para que deje de hablar y para mi sorpresa le obedezco y no sé por qué pero lo paso por alto.
—Sé que ella no está mintiendo —Admite el tipo que vive en mi casa pero cuando lo dice, el viejo morboso y cochino estaba a punto de decir algo en su defensa pero el tipejo hace un gesto para que no diga nada, igual a la que hizo para que yo me callase— Te conozco Patrick y sé cómo eres.
«¿Estos dos se conocen?»Me quedo tan sorprendida que no tengo habla en realidad.
—Señor Carson —Dice el viejo que al parecer se llama Patrick— ¡¿Qué le interesa usted una
prostituta ebria a las siete de la mañana?!
Este viejo ya me tiene harta.
Sin avisar me doblo y recojo una piedra no tan grande ni tan pesada del suelo y se la tiro con fuerza al viejo, ésta le da en la cabeza y él se lleva la mano al punto donde la piedra impactó y se queja del dolor.
—¡Dije que no era una prostituta imbécil! —Le grito furiosa— ¡Respétame maldito viejo!
Estoy tan furiosa que sin mi consentimiento comienzo a caminar hasta él para al menos golpearlo pero el tipejo de mi casa se planta enfrente de mí, su mirada es tan intimidante en este momento que me siento pequeña estando delante de él y hace que detenga lo que tenía pensado hacer.
—Sube al coche —Me ordena con voz autoritaria como si fuera mi papá.
No sé por qué pero mis piernas obedecen y caminan sin mi consentimiento hacia el auto negro del tipejo que vive en mi casa, me subo en el asiento del copiloto y comienzo a maldecir entre dientes.Mientras espero decido ver qué hace el tipejo de mi casa al viejo Patrick pero simplemente lo mira como si le lanzara cuchillos por los ojos y vuelve hasta el auto, se sube a mi lado, en el asiento del conductor y arranca el auto a toda prisa dejando atrás al viejo morboso de Patrick y su monovolumen rojo llamativo.
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¿Qué tal va todo?
¿Les está gustando?
Espero que sí.
Muchas gracias a los que siguen con la lectura y me piden actualización, eso me motiva a continuar con mi sueño de escribir.
Existen tantas historias que he escrito y nunca han sido leídas por alguien que no sea yo o mi novio.
Solo sé que si esta novela es eliminada volveré a publicarla en otra pagina que más adelante les diré cual es.
Muchas gracias.
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Daddy
Romance#PV2023 Soy rebelde, mucho, en realidad la palabra «Mucho» Se queda muy corto pero todo eso se vuelve peor al conocerlo... Mi vida mejora y empeora al mismo tiempo con la llegada de ese hombre mayor que se sentía atraído por mí. El millonario más fa...