¿Eres un héroe o un demonio?

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Seguía aun en mi estado grave, el de estar despierta pero sin las suficientes fuerzas para hablar o abrir los ojos por lo menos...
Escucho sus pisadas en el suelo, también lo escucho como baja las escaleras y siento el aire frío de afuera así que ya salió de la casa, escucho como la puerta de un coche se abre y suponiendo que es el de Maxx me deja en el asiento del auto, aún no puedo abrir los ojos, mis parpados me pesan como para intentar abrirlos; escucho a los segundos otra puerta abrirse y supongo que es la del conductor, Maxx enciende el auto y escucho como el motor ruge cuando arranca.

—¿Qué fue lo que te dieron? —Escucho que me pregunta Maxx— ¿Puedes oírme? —Suena algo preocupado y molesto al mismo tiempo— Rebeca.
Yo gimo en respuesta.
—No lo sé —Le informo cuando logro abrir la boca— No me siento nada bien.

Y de allí no escucho más que la calefacción del auto encendida.

Casi media hora después escucho como él apaga el motor del auto y se baja del vehículo, no sé a dónde va pero luego me daré cuenta; a los segundos escucho como la puerta de mí lado se abre y vuelvo a sentir sus brazos cargarme, hay mucha iluminación a donde vamos y rezo para que no sea mi casa; una voz femenina me hace dudar de eso ya que no le pertenece a mi madre.

—¿Qué le pasó señor Carson? —Dice la voz femenina.
Por su voz calculo que debe tener unos veinte y cómo conoce a Maxx.
—La drogaron y tengo miedo de que sea algo fuerte —Explica rápidamente.

A los segundos escucho unas ruedas sobre el suelo y siento como Maxx me acuesta sobre algo que sin duda supe que era una camilla.
«Estamos en un puto hospital»
Ya casi no puedo escuchar nada más, ni a la enfermera que estaba hablando con Maxx, ni a él, ni las ruedas de la camilla, tampoco siento como ésta se mueve ni tampoco siento las manos del médico que me toma del parpado y lo estira para obligar a mi ojo abrirse, pone una luz demasiado llamativa en mi ojos a escasos centímetros de mi pupila pero a los segundos la apaga y me cierra el ojo.

Ya a los segundos después de eso pierdo el conocimiento y todo se vuelve frío y oscuro.

No sé exactamente por qué pero comienzo a abrirlos ojos lentamente, al abrirlos me encontraba acostada en una camilla y completamente sola en un cuarto de hospital; a los segundos alguien abre la puerta de la habitación.

—Ya despertaste... —Puntualiza Maxx mientras cierra la puerta a sus espaldas.
—¿Qué pasó? —Le pregunto confundida.
No recordaba cómo había llegado allí ni por qué exactamente estaba allí.
—Te drogaron en una fiesta y casi mueres por sobredosis —Explica y en su rostro reina la decepción— La droga que te dieron era bastante fuerte y te dieron más de la necesaria.
Pequeños fragmentos de recuerdos de la noche anterior pasan por mi mente hasta que recuerdo al desconocido que lo hizo; me llevo las manos al rostro completamente avergonzada.
—Eso es un error de novata —Digo para mí misma— Soy una estúpida.
—¿Con eso quieres decir que ya no importa y como la próxima estarás atentas pues no volverá a ocurrir? —En el tono que dice esas palabras me sorprende ya que lo dice de una manera como reprochándomelo y eso hace que piense en disculparme pero no haré tal cosa.
—Exactamente —Sonrío victoriosa.
Él suspira completamente irritado y vuelvo a sentirme pequeña estando en su presencia.
—Quiero ser bueno —Empieza a hablar pero ahora su voz es más profunda y dura delo normal, habla como si esas palabras se las dijera a sí mismo—No traigo ninguna mala intensión... —Veo que baja la mirada y aprieta los puños con fuerza, tanto, que sus nudillos se ponen blancos— Pero eres...

Sin dejar que él termine la puerta de la habitación vuelve abrirse y él deja de hablar y levanta la mirada para ver quién entró pero no deja de apretar los puños;quién entró había sido Ange, la cual se veía muy preocupada, ella mira extraño a Maxx pero no le importó así que fue corriendo a mi lado.

—¿Cómo estás? —Es lo primero que dice y en su voz reina la preocupación.
Pero en este momento no me importa ella; llevo mi mirada a Maxx pero ya él estaba saliendo de la habitación, cuando la puerta se cierra Ange voltea y luego vuelve a mirarme a mí.
—Estoy bien, no te preocupes —Le aseguro aun mirando a la puerta por donde Maxx acaba de salir.
—¿Quién es ese? —Me pregunta Ange y voltea a ver a la puerta para asegurarse que Maxx no entrará en cualquier momento.
—Vive en mi casa —Le informo mientras me incorporo para sentarme.
—Es bastante guapo pero muy mayor —Mueve la cabeza supongo para eliminar esos pensamiento de su mente— Podría ser mi papá.
Yo me río.
—No tiene tanto —Le aviso entre risas— No pasa de los veintiocho.
Ella también se ríe.
—Al menos pagó todo lo que necesitabas mientras te hacían limpiados —Dice sin mucha importancia en su voz.
«¡¿Qué?!»
—¿Qué dijiste?
—Dije que pagó todo lo del hospital —Repite con un tono más claro— Tenía pensado pagarlo yo cuando me enteré pero cuando llegué él me dijo que ya lohabía pagado todo.

No puedo evitar sentirme sorprendida por lo que Ange me está informando.
A los segundos entra un doctor con una enfermera y detrás de él entra Maxx; la enfermera comienza a quitarme la intravenosa que tenía.

—Vengo a decirle que ya puede irse a casa —Avisa el doctor con una sonrisa—Pudimos exterminar todos los residuos de la droga y solo debe dormir y relajarse.
El doctor le asiente a Maxx por alguna razón extraña y la enfermera termina dedes conectarme de la máquina para luego irse también.
—Te traje ropa —Avisa Ange yendo a un sillón que estaba en la habitación y me acerca un bolso marrón no tan grande.
—Vístete y te llevaré a casa —Dice Maxx en un tono autoritario, como si mediera una orden.

No me da la oportunidad de protestar, simplemente sale de la habitación con su expresión fría y dura y su presencia demoníaca que hace sentirme pequeña ante ella.
Ange me ayuda a bajarme de la camilla y a vestirme, no me duele nada pero tengo dormida cada parte de mi cuerpo y siento hormigas en mis pies y manos; termino de vestirme y Ange me toma de la mano en todo momento pero antes de salir leaviso:...

—No quiero irme con él —No me siento segura ahora estando con Maxx, vi una parte de él que no quisiera volver a ver— ¿Puedo irme contigo?
Ange sonríe.
—Esperaba que dijeras eso —Yo me río y ella igual— Mis padres están afuera y me pidieron que te propusiera que vinieras conmigo.
Yo asiento y Ange abre la puerta para que salga yo primero.

Veo a lo lejos en sala de espera a los padres de Ange y su padre está hablando con Maxx cómodamente, hasta sonríen; Ange se da cuenta de lo que yo estoy pensando —Supongo— Y se extraña igual que yo.
Ambas vamos tomadas de la mano hasta ellos y la madre de Ange al verme sale corriendo a abrazarme.

—¿Cómo estás cielo? —Me pregunta preocupada cuando ya deja de abrazarme y me mira el rostro.
—Estoy bien señora Meira —Le informo con una sonrisa.
El padre de Ange al escucharme hablar se voltea y también sale disparado hacia mí como su esposa.
—Rebeca —Exclama preocupado— ¿Cómo te sientes?
«¿Acaso no entenderán que estoy bien?»
—Estoy bien señor Meira —Le aviso también con una sonrisa.

No me sorprende que la zorra de mi madre no esté aquí, ya les había dicho que era una zorra pero no me creyeron; los padres de Ange se preocupan más que ella.

—¿Nos vamos Rebeca? —Pregunta Maxx aún con su expresión fría y dura.
Yo niego tímidamente con la cabeza.
—De hecho —Interrumpe Ange que es la más valiente— Se va conmigo —Le avisa con un tono burlón.
—Ella debe ir a casa —Le avisa Maxx claramente irritado.
—E irá a casa —Le informa Ange con superioridad.

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¿Que tal mis amores?
Ya vimos la primera cara malvada que nuestro Maxx Carson tiene, ese demonio y necesidad de controlarlo todo, el deseo de controlar lo que para él está mal.
Pero obviamente sabe que no puede...

Recuerdo por si acaso.
Esta novela no contiene escenas que son ilegales, lo más parecido a ellos serían escenas como las que acaba de leer, haré muchos cambios a la historia original y quedará mucho mejor, se los aseguro.
Ya di todas las advertencias.

Muchas gracias por tu lectura querido lector.


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