Emma

863 62 4
                                    

Miraba a Maxx fijamente, sus ojos estaban llenos de la decepción mesclado con asombro, realmente no esperaba que dijera esas palabras pero es cierto, pensando en las palabras de mi madre, él y yo no deberíamos estar juntos, él se fue sin importarle yo ni un poco, no luchó por mí, ni siquiera tuvo la decencia de voltear a verme y despedirse, tan siquiera mirarme ese día que pasó el umbral de la puerta dejándome en ese infierno que él sabe muy bien que no es mi hogar.
Mi madre en el fondo tiene razón a pesar de que decía todas las cosas que dijo para herirme y mantenerme en sus manos pero Maxx no es bueno en pocas palabras...

Pero...
¿Qué hago?
Si lo amo tanto...
Si yo al menos le importo un poco tiene que demostrarme que lo que hizo, el irse así como si nada fue solo un error de novato ya que en el poco tiempo que llevo con Maxx me he dado cuenta que para él no es fácil mostrar sus emociones como por ejemplo amor o afecto hacía alguien, igual como pedir "Perdón" Jamás lo he escuchado decir esas palabras y conociendo al Maxx orgulloso, respetado e inalcanzable no creo que sea capaz de que por alguien, mucho menos por mí vaya a dejar su orgullo de lado y diga "Perdón" Ya que sí hay algo que ama Maxx con toda su alma y es su orgullo.

—No puedo vivir contigo —Repito y eso le duele aún más.
—Quiero una razón —Exige usando su tono frio y distante.
—Te fuiste, me abandonaste y ni siquiera miraste a atrás, no te importé, nada te importó —Es la única explicación que mi mente puede dar ahora— Aparte, tú y yo no deberíamos estar cerca.
El celular de Maxx empieza a sonar y no me permite terminar, entré en silencio de inmediato.
Él vio la pantalla por un segundo algo dudoso, imagino que estaba debatiendo si contestar o no pero después de unos segundos toma la decisión de contestar.

—Dime —Es lo primero que dice apenas responde.
No logro escuchar a la persona que está al otro lado del celular pero sí sé que debe ser alguien importante debido a la seriedad que reina en el rostro de Maxx— ¡¿Cómo que estás aquí?! —Al decir esas palabras se estresó y hasta refunfuñó con algo de furia, parecía un toro enojado— Ya bajaré y nos iremos.
Y sin decir más nada cuelga.
Se da la vuelta y abre la puerta de la habitación para salir pero antes de irse se queda parado en el umbral de la puerta un segundo de espaldas a mí.
—Llené tus tarjetas, mañana irás con Miguel de compras y te quedarás aquí, está discusión la hablaremos cuando vuelva —Es lo único que dice para luego retirarse regalándome un portazo bastante fuerte en el momento de cerrar la puerta.
Me quedé en la cama un segundo analizando todo, quería pensar bien, quería ser madura por primera vez en mi puta vida pero se me complicaba.
En el fondo sabía, estaba convencida de que ya una parte de mí amaba a Maxx, una parte de mí estaba segura que sí lo amaba pero otra parte, mucho más grande me hacía pensar las cosas claras, el hecho de que se fuera, el que no puedo vivir con él, el que no podamos estar juntos por motivos legales, él tendría problemas serios por mi culpa...

Todo era muy confuso, no estaba con Maxx por su dinero por el sexo maravilloso si no porque una parte de mí ya estaba enganchada a él, tal vez era amor pero otra parte me hacía pensar en mí primero, me hacía dudar, me decía "Así como se fue antes puede volver a hacerlo, a darte otra vez la espalda"
Me sumergí en mis pensamientos por unos momentos y tomé la decisión de poner todo a prueba, a él, a mis sentimientos, a todo y a todos, incluso a mi madre.
Maxx tenía que demostrarme que se equivocó y que no volvería a hacerlo, también tenía que demostrar el poco amor propio que tengo, también mi madre tiene que demostrarme lo que dijo, si de verdad me ama como dice pues aceptará que amo a Maxx y listo.

Había escuchado unos ruidos así que decidí levantarme y explorar el gran apartamento, esos ruidos me habían sacado de mis pensamientos así que decidí levantarme y salir, habían muchas habitaciones en el piso de arriba, algunas puertas estaban cerradas pero otras, las cuales estaban abiertas, pues solo abría un poco la puerta pero no entraba, ni siquiera me dignaba a asomarme ya que no quería ser chismosa hasta que llegue a una donde estaba todo oscuro y eso me extrañó, las demás tenían sus luces encendidas así que extendí mi mano por la pared y toqué el interruptor, eso hizo que la luz de esa habitación se encendiera pero aún no entraba, ni siquiera asomé mi cabeza; por alguna razón esta habitación me daba curiosidad hasta que decidí asomarme...

DaddyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora