Toda la verdad

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Rebeca.

Mery se impresionó cuando la llamé mamá, igual que yo, no sabía que esas palabras saldrían de mis labios, me impresionó pero admito que no me arrepiento.
Ella estaba todavía mirándome sorprendida hasta que reaccionó y se acercó para darme un abrazo, yo la dejé y hasta la abracé de sorpresa, no se lo esperaba y tampoco yo pero realmente se sentía bien, me gustaba estar entre sus brazos, podía sentir la conexión que tenía con ella.
—Lamento mucho lo que hice Rebeca, de verdad —Dice contra mi cabello totalmente arrepentida.
—No es tu culpa, no te juzgo por eso, tranquila —Le aseguro.

Ella se puso a llorar en mi hombro, la consolé y le dije que estaba bien, que no podría juzgarla por eso y realmente era así, no soy quién para juzgarla, hizo lo que ella pensó correcto y es cierto que a mi edad, los adolescentes toman decisiones estúpidas como las que yo tomaba y sigo tomando.
Decidimos entrar, Mery llamó a Ange y ella bajó lo más rápido que pudo, todos nos reunimos en la sala, le di los regalos a cada uno y todos estaban agradecidos.
—No puedo creer que de verdad fuiste a París... —Confiesa Ange totalmente sorprendida— ¿Por qué no hemos ido papá?
—No lo sé, tal vez iremos en la vacaciones ¿Quieres? —Dice el padre de Ange con una sonrisa.
—Estoy de acuerdo.

Todos nos reímos unos momentos y estábamos pasándola bien hasta que Mery preguntó algo que pensé que no preguntaría.
—¿Cómo fue que fuiste a París y compraste todo eso? —Pregunta algo confundida.
«Mierda...»
Miré a Ange y ella me miró también, en realidad no sabía qué decir pero tenía que decir la verdad ya que en algún momento saldría todo a la luz y no sería por mí. El padre de Ange conoce a Maxx, creo que hasta son socios de negocios y realmente no quiero un escándalo.
—¿Me prometen que me dejarán explicar todo? —Pregunto preocupada.
Ange se pellizcó el puente de la nariz indicándome que era una tonta al no mentirles pero no, son mi nueva familia y quiero empezar esta nueva relación bien y sin mentiras.

—Tengo una pareja... —Fue lo primero que salió de mi boca al querer explicar todo.
«No debí empezar así pero ya la regué»
Todos menos Ange se impresionaron y hasta se alegraron por mí.
—¿Es guapo? Veo que tiene mucho dinero... ¿Lo conocemos? —Pregunta emocionada Mery.
«Sí, lo conocen...»
Esto es un puto desastre.
—Sí, casualmente es Maxx Carson y estoy viviendo con él... —Simplemente lo solté.
La habitación se llenó de un silencio incomodo, tanto que realmente tenía ganas de que sucediera una catástrofe y me evitara escuchar lo que tal vez podría venir a continuación...
«Soy un puto desastre»
—¿Maxx Carson? —Pregunta el padre de Ange— ¿El dueño de Carson industries?
Yo asiento.

Ellos se quedaron petrificados, totalmente impresionados, al menos Mery quedó así ya que por alguna razón el padre de Ange no estaba del todo impresionado pero la noticia sí lo tomó desprevenido.
—¿Él no estaba saliendo con Emma Montiel? —Pregunta Mery confundida.
«¿Qué?»
—No... Ellos dos no... —Digo pero alguien termina interrumpiendo.
—Sí, ellos tenían una relación abierta y oficial, bueno, al menos ella lo hacía ver así aunque Maxx es muy reservado —Aclara el padre de Ange.
«Maxx no me había hablado sobre esto...»
—Eso es el pasado, hoy en día Maxx y yo estamos juntos —Aclaro.

Realmente pensando en lo que el padre de Ange había dicho era extraño, Maxx no me dijo que estuvieron juntos, era extraño...
¿Acaso había algo que quisiera ocultarme?
—¿No es algo mayor que tú Rebeca? —Pregunta Mery con una ceja enarcada.
«Mierda»
—Sí, yo pienso que siete años son mucho —Espeta Ange mirándome.
«No ayudas...»
—Sí, lo es... —Bajo la mirada algo avergonzada.

Dejamos esta conversación así, prácticamente la cortamos con una tijera, simplemente la dejamos y cambiamos de tema.
Ya anochecía cuando me llegó un mensaje de Maxx diciendo que ya estaba desocupado y que no tardaría en llegar a casa, me despedí de todos y les aseguré que vendría muy pronto.
Mery me acompaño hasta la salida y cuando me despedí de ella con un abrazo susurró algo a mi oído.
—Quiero que sepas que si realmente lo amas estoy de acuerdo —Dice ella en mi oído con dulzura.
—Enserio muchas gracias —La abrazo con más fuerza en modo de agradecimiento.
—Solo quiero que seas feliz y si él te hace feliz pues yo estoy feliz —Dice sonriendo ya separándonos.
—Él no solo me hace feliz, él es mi felicidad —Le informo devolviéndole la sonrisa.
Y con eso nos despedimos, fui a la camioneta y al estar cómoda Miguel comenzó a manejar...

DaddyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora