Tentación

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Maxx

Tenía a Emma en mis manos, me tenía harto, su manera de retarme no me gustaba, ella fue la primera y las más difícil de todas las chicas, siempre ha sido difícil y cuando pensé que realmente la había educado bien resultó ser que se desvía solo para provocarme...
—Yo no te extraño, tengo reglas en este juego y una de ellas es...
—Es que si tienes una chica no la engañas con otra —Termina por mí— Pero ¡Vamos!
Decido soltarla debido a que no logro controlarme pero aun así lo intento, tomó mis cosas y salgo lo más rápido que puedo de allí pero Emma dice algo que me frena en seco.
—De igual forma ella desaparecerá... —En su voz se nota la burla que usa para hacerme enojar.

Yo decido no tomarla en cuenta y seguir con mi camino.
Bajé lo más rápido que pude hasta el parking y manejé hasta mi departamento en el cual seguramente Rebeca me estaba esperando, ya era de tarde y se acercaba la noche, quería solucionar las cosas que no habíamos podido hablar la noche anterior, quería saber los motivos por los cuales Rebeca no quería estar contigo ya que muy en el fondo el pensamiento de que ella no quiera estar conmigo me duele.
Llegué al edificio más rápido de lo que pensé, quise no pensar mucho en lo que le diría a Rebeca mientras subía por el ascensor, sin darme cuenta ya estaba en mi departamento, entré a la cocina y allí la vi, sentada en una silla de la isla comiendo un helado de vainilla...

—Ya volví —Es lo primero que digo cuando nuestras miradas se encuentran.
Ella solo permaneció en silencio, no veía ninguna expresión en su rostro, simplemente me ignoró y continuó comiendo de su helado.
—¿Sucede algo? —Pregunto algo confundido.
Miguel entra en la cocina de sorpresa, es el único al que le doy la confianza de andar por mi departamento.
—Sí señor —Responde él a mi pregunta, volteé a verlo para hablar con él ya que Rebeca no quería hacerlo— Llegó un paquete esta tarde, luego de que llegáramos de hacer las compras.
—¿Y? —Pregunto ansioso y a la vez confundido— ¿Qué tiene eso que ver?
—El paquete traía varias víboras indias, la señorita Rebeca abrió el paquete y casi una de ellas la muerde —Explica Miguel algo calmado.
Volteé para ver a Rebeca, la veía bien y debido a ello no me preocupé pero sí me enojé.
—¿Supieron de donde traían ese paquete? —Pregunto ya algo irritado.
—Decía lo mismo —Oigo que dice Rebeca a mis espaldas con voz apagada.

Me volteé a verla un segundo para entenderla.
—Traía una carta como la anterior —Continúa con su explicación sin cambiar lo apagado de su voz— La misma amenaza, que si no te dejaba iban a pasar cosas malas, que era una casa fortunas y que parecía una niñería esto que hicieron pero que era divertido jugar con una adolescente.
Me preguntaba por qué Rebeca decía lo mismo en cuanto a "La anterior" o "La misma amenaza"
—¿Esto ya sucedió antes? —Decido preguntar sin darle tantas vueltas.
—El día de mi cumpleaños mandaron un regalo, pensé que había sido tú pero el contenido era un pescado con las tripas afuera y una carta diciendo que parecía una niñería pero que era divertido —Explica resumidamente.
Cabeceé algo confundido con respecto a lo que sucedía, era extraño e inusual, al mismo tiempo que me dejaba algo pensativo el hecho de quién pudo haber mandado esos paquetes.
—La nota esta vez decía que para la próxima no sería tanta la niñería que usaría para asustarme —Continúa Rebeca interrumpiendo mis pensamientos.
—Vamos a hacer algo —Digo ya algo irritado por la situación— La próxima vez que llegue el correo será revisado antes de traerlos aquí y Miguel, te quedarás todo el tiempo con Rebeca ¿Entendido?
—Entendido —Dice Miguel para luego irse.

Cuando Rebeca y yo estábamos solos en la habitación decidí acercarme, ella seguía sentada en la isla comiendo de su helado calmada y muy callada, alguien despistado seguramente no la vería por lo callada y quieta que estaba, solo movía su brazo para llevar la cuchara a su boca. Estaba a sus espaldas y quise abrazarla, eso creo pero terminé poniendo mi mano en su hombro, ella al sentir mi tacto se aleja de mi con un movimiento brusco, se levantó de la silla y dejó de lado su helado, me miraba de una forma extraña, de una forma que no comprendía lo que significaba pero aun así decidí preguntar.
—¿Sucede algo? —Pregunto algo confundido.
Ella solo permanece allí plantada, como si absolutamente nadie le hubiera dicho nada, me ignoraba de una manera sorprendente y confusa ya que me miraba fijamente.
—Voy a salir —Es lo único que dice para luego darse la vuelta y salir de la cocina.
Obviamente la seguí, sus palabras eran muy distantes y secas pero aun así quise seguirla, era extraño porque justo en este momento siento como si ella tiene el control y en parte lo tiene y se siente extraño ya que por lo general soy yo quien lleva el control.
—Rebeca ¿Puedes decirme qué sucede? —Vuelvo a preguntar levantando un poco la voz ya que ella estaba a varios metros de mí, desaparecía por las escaleras para llegar al segundo piso más rápido.
Ya me estaba hartando esto de jugar al gato y al ratón así que aceleré el paso pero ella llegó primero a su habitación y cerró la puerta antes de que yo pudiera si quiera tocar la manilla, intenté abrirla pero la cerró por dentro.
—Rebeca abre la puerta —Le pido ya algo enojado mientras golpeo la puerta.
—¡Ya te dije que saldré! —Grita ella al otro lado de la puerta.
No quise insistir debido a que podría derribar la puerta si llego a mi límite pero quise dejarlo así para calmarme un poco pero sé que ella no saldrá a ningún lado.

Pasaron al menos dos horas cuando escuché el cerrojo de la puerta, yo estaba en mi habitación que estaba en el mismo pasillo donde la habitación de Rebeca se ubicaba, dejé mi puerta abierta para asegurarme de que no se escaparía pero al escuchar el cerrojo yo simplemente me levanté de mi cama ya un poco más calmado, solo me recosté al marco de mi puerta con los brazos cruzados, exactamente como pensé ella salió y al verme se detuvo un segundo, estaba vestida como la antigua Rebeca, con esos escotes y shorts cortos, con su cabello hermoso recogido en un moño en su coronilla, se veía como antes, como la Rebeca que tanto me costó criar.
—¿A dónde vas? —Pregunto con el ceño fruncido y algo exigente.
—Ya te dije que saldré —Repite poniendo sus ojos en blanco.
Ella pasa por mi lado y obviamente la sigo, baja las escaleras rápidamente y aunque intento alcanzarla no lo logro pero justo cuando está a punto de entrar al ascensor la tomo de la cintura y sin dudarlo la cargo, la dejo caer sobre mi hombro y del doy un manotazo en su glúteo.
—Te dije que no ibas a ningún lado —Repito con algo de victoria.
Ella pataleaba y gritaba que la bajara pero se reía, eso me gusta, estaba enojada pero se reía así sea un poco, subí las escaleras con ella en mi hombro, pasé por mi habitación y tomé algo de un rincón para luego ir a su habitación, al llegar la tiré sobre la cama.
—Me tienes un poco harto con tu actitud y con esa vestimenta —Le digo mientras la miro fijamente— Aparte me retas e ignoras... Eso está mal...
Ya se veía en sus ojos lo que pasaría, se mordía el labio de una manera seductora, ella miró lo que traía en la mano pero aun así quise dejar eso de sorpresa.
Dejé la barra espaciadora a su lado sobre la cama, cerré la puerta con seguro y volví, ella estaba sentada en el borde de la cama, sostenía el borde con algo de fuerza y no dejaba de mirarme de una manera seductora que me provocaba.

Me quité la camiseta para luego proseguir con mi cinturón, al desabrochar mi bragueta me acerqué a ella e hizo el resto, bajó mi pantalón de una manera desesperada al igual que mi bóxer.
—¿Lo extrañabas? —Decidí preguntar.
Ella asintió.
—En mi boca, sí.
Sus palabras me mataron...
Con solo escucharla decirlas podía correrme aquí mismo, las dijo de una manera tan seductoras, lentas y profundas que me encantaban.
Lo tomó en su mano derecha, su tacto se hacía extraño ya que hacía mucho que esto no sucedía pero ella sin duda no perdió tiempo y tampoco la práctica, en cuestión de segundos lo introdujo en su boca, sostenía con una mano mientras chupaba con fuerza y lentamente, el resto libre lo acariciaba y sujetaba con su mano, sentía tanta pasión que encorvé mi espalda y levanté la mirada, enterré una mano en su cabello y lo tomé con fuerza pero no quería forzarla a tragar, no quería que pensara que la obliga a esto y sé que le costaba, debido a ello quise ser más delicado en este aspecto.

Ahuecaba sus mejillas cuando chupaba, entraba ysalí, además sumó su lengua al proceso, lamía los alrededores y sentir sulengua por mi miembro hizo que me sintiera mucho más encendido que otras veces.
Comencé a alejarla ya que no quería venirme en su boca, sentía que estaba apunto de llegar pero no quise hacerlo, ella entendió lo que quería ya que seapartó y miró hacia arriba, juro que cuando levantó la mirada me dieron ganas deahorcarla como el Maxx agresivo que educa de verdad, es extraño, con Rebeca soymás gentil y dulce pero ella misma hace cosas que me vuelven loco.

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¡¿Qué tal mis queridos lectores?!

Lamento mucho la ausencia pero aquí esta mi actualización lista.

El próximo capitulo será publicado muy pronto.

Muchas gracias por el apoyo mis queridos lectores, los amo

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