Algo de Paz

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Rebeca.

A la mañana siguiente me desperté de la nada, volteé y Maxx estaba allí dormido, por alguna razón se le veía el cabello húmedo pero quise dejarlo así, no quise despertarlo, se veía tan tierno durmiendo tranquilamente que no quise molestarlo.
Tenía ganas de ir al baño así que yo sola me levanté de la cama y fui.
Terminando de lavarme las manos escuché a Maxx decir mi nombre de una manera desesperada así que salí lo más rápido que pude del baño, al verme suspiró con alivio.

—¿Qué sucede? —Le pregunto algo asustada.
—Es que como no te vi me asusté —Dice para luego reírse un poco.
Yo igual me río con él.

Pasamos las horas que faltaban para darme de alta, me cambié y fuimos a casa juntos, por fin en casa, me sentía bien, extrañaba a Maxx y mi hogar.
Hablé con Maxx de lo sucedido y le pedí que quería olvidarlo, sé que olvidarlo por completo sería imposible pero quisiera intentarlo, simplemente quería estar con Maxx y nada iba a impedir que él y yo estuviéramos juntos.
Pasé un tiempo con mi familia, mis padres al enterarse ayudaron con la investigación y captura de Emma, se ocultaba en algún rincón de la ciudad, quise ayudar para saber la ubicación del almacén donde me tenían pero no tuvieron existo.

Pasaron los meses más felices de mi vida, junto a Maxx y mi familia.
De vez en cuando los domingos nos reuníamos en familia y mis padres aceptaban a Maxx, nunca pensé que sería tan feliz en mi vida desde que llegó él.
Me daba alegría saber que a diferencia de Caroline, Mery era más comprensiva y amorosa, ella era la madre que siempre pude haber querido y resultó serlo.
Mi padre y Maxx cada vez que se veían hablaban de negocios hasta que hicieron lazos y construyeron entre ambos un imperio, para mí era tonto el que siempre hablaran de negocios pero era importante para mí ver la relación entre mi padre y Maxx.

Mery nos habló en una de las tantas cenas familiares sobre mi verdadero padre, tenía curiosidad por conocerlo pero no quería arruinar todo lo hermoso que ya tenía abriendo heridas del pasado, tal vez de eso me encargaría en otro momento de la vida.
Me gradué de la universidad y empecé a trabajar con Maxx, hasta reemplacé completamente todos los puestos que Emma tenía en la compañía, prácticamente le quité su papel y la reemplacé, no puedo negar que me siento algo feliz por ello pero sonaría egoísta así que mejor no opino al respecto.

Al principio era algo difícil manejarlo todo pero luego me acostumbré.
No supimos más de Emma hasta ese día que absolutamente todo cambió.
Estaba trabajando como todos los días, estaban llevando unos papeles a la oficina de Maxx cuando mi madre me envió un mensaje, ya era sábado y me moría por verlos el domingo.
Su mensaje era para confirmar el almuerzo familia de mañana, obviamente le aseguré que iríamos, quería ver a mis padres y a mi mejor amiga y hermana.
Llevé los papeles a la oficina de Maxx con una sonrisa.

—¿Qué sucede hermosa? —Pregunta al verme tan sonriente— ¿Es por lo mañana?
Yo asiento.
—Es que los extraño y Ange tiene dos semanas que no venía pero por fin viene —Digo emocionada.
Él se ríe un poco.
—Justo para navidad ¿Se quedará? —Me pregunta.
Ya faltaba poco para navidad, exactamente unos diez días, no era la primera navidad que la pasaba con Maxx pero sí la primera que la pasaría con él y mi familia verdadera en un lugar donde yo me sentía feliz y cómoda.
Sin alcohólicos borrachos en la cena, sin una madre cascarrabias criticando todo y sin gritos.

—Sí, solo el Lunes irá a retirar algo en la universidad y vendrá a casa de nuevo, ya salió de vacaciones—Contesto sonriente.
Él asiente y continúa mirando su pantalla de la laptop que usaba para trabajar.
Iba a darme la vuelta cuando me detuve en seco y pensé de una manera diferente...
Disimulé que me iba de la oficina pero solo me acerqué a la puerta y la cerré con llave, al voltearme Maxx levantó la mirada, yo me mordí el labio solo para darle la señal y él ya la había captado.

DaddyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora