Daddy

Mi primera vez...

Su pregunta no la tomé en cuenta si no después de varios minutos, todo mi cuerpo ardía, sentía fuego en él, era tan extraño y genial al mismo tiempo ya que con nadie había sentido esto, con nadie había sentido esta conexión sexual.
Mi respiración aún seguía agitada y puedo sentir como mi corazón se va a salir de mi pecho así que en respuesta levanto las caderas para restregárselas en su genital. Está duro y claramente ya tiene su erección.

—Así que sí —Opina leyendome el pensamiento con un tono pícaro y se muerde el labio.
Veo que lleva una de sus manos hasta un bolsillo trasero de su pantalón y se levanta, quise cerrar las piernas por la vergüenza pero él ve lo que intento hacer así que me toma de ambas rodillas.
—Ni se te ocurra —Me advierte— Si lo haces no seré cuidadoso.

Él me suelta lentamente y vuelve a meter su mano en el bolsillo trasero de sus vaqueros, no deja de mirarme fijamente a los ojos y me siento tan excitada y tan avergonzada al mismo tiempo.
Por fin encuentra lo que había estado buscando, saca un envoltorio cuadrado y pequeño de color plateado, termina de desabrocharse el pantalón y se baja la cremallera, yo me siento en la cama alzando la mirada para no dejar de mirarlo a los ojos, veo cómo se baja el pantalón y también sus bóxer, su miembro está tan erecto que por un segundo me sentí cómoda y asustada al mismo tiempo, veo como él lo toma con una mano y solo lo roza con suavidad.

—¿Quieres tocarlo? —Me pregunta con su tono sexual.
No respondo si no que veo como él empieza a tocarse proporcionándose placer él solo.
—Te enseñaré —Dice en medio de un jadeo que se escapa por su boca.
Yo asiento y empieza la clase.
—Solo tienes que tomarlo así —Dice y me muestra como cobre con su mano los alrededores— Y solo desciendes y asciende —Y lo hace.

Empieza a bajar y a subir su mano lentamente alrededor de su miembro completamente excitado, con sus propios movimientos echa la cabeza hacia atrás y comienza a gemir, eso hace que me chupe los labios y me dé curiosidad así que tomo el valor para tomar su mano mientras desciende, al sentir mi tacto él vuelve a la realidad y me mira.

—¿Quieres intentarlo? —Pregunta completamente sorprendido.
No respondo si no que paso a la acción.
Quito su mano de su miembro y lo tomo yo en mi mano, comienzo a hacer lo mismo que él hacía, a bajar y a subir lentamente, sus caderas que mueve en armonía con los movimiento que yo hago con su pene erecto, decido acelerar solo un poco mi movimiento y eso hace que gima de una manera agresiva y eche la cabeza hacia atrás completamente complacido por lo que hago, tomo el valor y me acerco, saco mi lengua y lamo solo la punta, eso hace que jadeé mi nombre y eso sí que me encanta.

—Hazlo... —Dice entre gemidos con poco aliento— Llévala a tu boca y métela hasta donde puedas.
Y lo hago, primero lamo los alrededores y la punta hasta que decido metérmela en la boca, la meto lo más adentro que puedo y él pone sus manos en mi cabeza enterrándolas en mi cabello

—Yo te guiaré ¿Sí? —Me dice y yo lo miro fijamente— Ten cuidado con los dientes.
Comienza a mover él mi cabeza hacia adelante y hacia atrás lentamente haciendo que su pene salga y entre de mi boca al ritmo, él acelera el paso al igual que yo, sostengo la parte terminal de su miembro con mi mano y yo sola comienzo a sacarlo y a meterlo de nuevo en mi boca, con cada movimiento meto un extremo más en mi boca hasta que logro meter al menos el noventa por ciento de ella, comienzo a chupar ahuecando las mejillas y eso lo hace gemir fuerte mi nombre, acelero un poco más el paso y eso hace que mueva sus caderas en armonía de mi movimiento.

—No sigas... —Dice ya unos minutos después de haber dominado el movimiento y hacerlo cómodo para mí— O me vendré en tu boca y no quiero.
Obedezco y lo saco de mi boca, queda completamente lleno de mi saliva y admito que quedé con ganas de más, pero tengo que obedecerlo, tengo que obedecer a mi Daddy.
—Acuéstate en la cama —Me ordena.
Como toda obediente lo hago, abro las piernas para él y no desperdicia ni un segundo para colarse entre ellas y hacer caer sus caderas entre mis piernas, siento su pene contra mi clítoris y se siente increíble, jadeo solo con el sentir de su cuerpo pegado al mío y él lo nota.
—¿Te gusta no? —Dice con media sonrisa.

Y empieza a mover las caderas restregando su miembro contra mi zona más débil. Me muerdo un dedo y comienzo a gemir otra vez como una loca, solo el restregarse hace que sienta otro tipo de placer.
Por un segundo se detiene y levanta un poco las caderas, se coloca el preservativo y vuelve a su lugar entre mis piernas.
—¿Estás lista? —Me pregunta.
Yo asiento.
—Te dolerá un poco —Me advierte.
—No me importa —Le aseguro con el poco aliento que tengo.

Él lee mi mirada un segundo y supongo que estuvo buscando en ella si estaba segura cuando sí lo estaba, al parecer notó que sí lo estaba ya que baja una mano entre nuestros cuerpos y siento la parte principal de su miembro en la entrada de mi zona vaginal. Mueve las caderas acercándolas a mí y siento como su miembro entra dentro de mí lentamente, es cierto lo que dijo, duele, y duele de la hostia.
Yo sofoco un grito tapándome con mi mano y tomo las sabanas con fuerza con mi mano libre, él gime levemente y me mira un segundo.

—¿Estás bien? —Pregunta con tono preocupado.
—Sí —Digo sin aliento.
—¿Quieres que salga? —Dice pero sé que lo está disfrutando— Estás tan apretada que tengo la necesidad de moverme...
—Hazlo pero lento —Le pido.
Y me complace.

Comienza a moverse dentro de mí lentamente, saca y mete su miembro dentro de mí con delicadeza e intenta hacerlo lento, él lo disfruta ya que jadea mientras se mueve en cambio yo casi no soporto el dolor, siento como una lágrima cae de mi ojo pero no la tomo en cuenta e intento resistir, con el paso del tiempo el dolor disminuye y se hace soportable, justo en el momento que él decide acelerar un poco su movimiento, entra y sale de mí pero se siente bien, logro controlar y soportar el dolor intenso que siento entre las piernas y decido disfrutar del placer que me proporciona sus movimientos.

—Voy hacer que no te duela tanto y te olvides de él —Propone él con poco aliento.
No lo tomo en cuenta ya que estoy sumergida en el placer que él me está proporcionando.
Hasta que siento algo más de placer.

Bajo la mirada y veo que una de sus manos está en donde nuestros cuerpos ahora están unidos, está haciendo círculos en mi clítoris usando su dedo pulgar, sus movimientos constantes acompañados de sus caricias en mi clítoris hacen que sienta otro nivel de placer, mi cuerpo comienza a sudar y a temblar, mis piernas comienzan a temblar y no por frío, estoy a punto...
Él llega a su punto al igual que yo y nos escurrimos juntos, al llegar a nuestros orgasmos él echa la cabeza hacia atrás gimiendo más fuerte al igual que yo al aferrarme de las sabanas y levantar las caderas.
Siento cuando sale de mí y se tumba a mi lado de boca arriba aún agitado y viendo estrellas, en las mismas condiciones que yo.
Nuestros pechos se hinchan y descinchan rápidamente, mi respiración está descontrolada y mi pulso acelerado.

—¿Cómo te sientes? —Dice unos minutos después.
—Veo estrellas... —Le informo con seguridad.
Escucho que él se ríe un poco y comienza a mover la cabeza.
Es cierto.
Experimenté mi primer orgasmo y estoy en la luna mirando estrellitas ahora mismo, lentamente desciendo pero sigo intentando recuperar el aliento.

Veo que él se relaja más rápido que yo y se levanta de la cama, se pone el bóxer y me mira un segundo.
—Rebeca tienes que levantarte —Dice.
Ya me encuentro en la tierra de nuevo cuando me dice esas palabras.
«Mierda»
En ese momento recuerdo lo que debe estar sucediendo allí abajo.
Él me extiende su brazo para que lo tome y eso hago, lo tomo de la mano y él tira de mí para ayudarme a levantarme.
—Ve a darte una pequeña ducha —Me ordena pero con un tono dulce.
Yo asiento y entro en el baño.
Asía unque ya me había dado una ducha quise darme un repaso por segunda vez para eliminar todo el fluido con sangre que mi cuerpo desechó en el momento que tuve mi orgasmo. 

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