[ AU Segunda Guerra Mundial ]
Si tuviera que describir el mundo en aquel entonces, tal vez lo llamaría "problemático".
Sangre, llanto y dolor. Para muchos esta sería la descripción perfecta del mundo en aquel entonces. El dolor de ver morir a un ser...
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2 de marzo de 1944
1 año, 5 meses y 7 días para la catástrofe de Nagasaki
"El tiempo se congeló en invierno
Las ráfagas de nieve guían mi destino de un lado a otro
La oscuridad se vuelve espesa y la noche deja de esperar el día
Las promesas queman en forma de cicatrices, el amor se vuelve asfixiante
Enciende la vela entre tus manos
La primavera pronto dejará de doler"
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Cuando era un niño, mi madre solía regañarme cada vez que usaba el "hubiera".
"—El pasado solo existe para aprender de él, no para dar lamento. Enfócate en el presente y vive con la frente en alto sin importar lo cruel que pueda ser."
La mayor parte de mi vida, viví sin arrepentimientos. No importaba lo cruel que eran mis palabras si podía solucionar las cosas con un débil "perdón", tampoco importaban las humillaciones ni mucho menos los golpes que recibían los demás si podía ignorar los problemas a mi alrededor.
Lo tenía todo. Amigos que me seguían a donde sea que vaya con tan salo tronar los dedos, una familia que se había encargado de darme lo mejor, un cuerpo fuerte capaz de sobresalir en el ejército y la mente para aplastar a cualquiera que se cruzara en mi camino. Incluso si no debía enamorarme, fui lo suficientemente fuerte para desobedecer las órdenes y tener un amorío con quien se supone debí cuidar.
Viví como yo quería, hacia lo que deseaba y tenía la fuerza para aplastar a quien yo quisiera.
Entonces, ¿Por qué me siento tan culpable?
Me levanté del sofá y caminé hacia la ventana de aquella sucia habitación donde ahora vivo. El calor había vuelto y el viento únicamente mecía débilmente el par de telas que solía usar como cortinas, la única estrella en el cielo alumbra con tristeza los suelos y el silencio de la ciudad solo provocaba que mi piel se erizara ante la más leve brisa que se colaba por la única ventana abierta.
El "hubiera" no existe. Pero no ha habido día en que no deje de pensar en lo que habría hecho para no arruinar las cosas. Perdí a las únicas personas que se preocupaban por mí, la familia que tanto solía adorarme ahora me desconoce y el amor que creí que sería eterno ahora había encontrado un rumbo distinto al mío.
