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—¿Por qué no le has dicho la verdad? — Mire a Iida quien yacía inmóvil viendo hacía un punto imaginario sobre la pared del cuarto

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—¿Por qué no le has dicho la verdad? — Mire a Iida quien yacía inmóvil viendo hacía un punto imaginario sobre la pared del cuarto.

— ¿Cuánto tiempo llevas despierto? —Aleje mis manos del suave cabello del chico que ahora yacía despeinado por mi culpa. No tardo mucho en recobrar la compostura y sentarse a mi lado con un gesto pensativo y al mismo tiempo somnoliento sobre su rostro. Una vista totalmente linda a mi parecer.

—Lo suficiente para saber que no le has contado todo. — Tomó sus lentes que yacían aun costado nuestro y se los colocó nuevamente. — ¿Tanto lo odias?

—Bakugo-kun me ha pedio que mienta. — Los orbes azules de Tenya me observaban con desconcierto, sonreí un poco queriendo transmitirle un poco de confianza a mi compañero. — Tal vez sea gruñón y algunas veces de miedo, pero no es una mala persona. Bakugo-kun ha estado trabajando encubierto todo este tiempo para proteger a Deku-kun.

—Él... ¿se ha comunicado contigo? — Negué con la cabeza.

—La última vez que hablamos, fue tres días antes del accidente. —Iida busco mi mano entre las sabanas y unió nuestros dedos en un leve apretón. Solté una pequeña risa después de notar un leve rubor sobre sus mejillas, aquello captó su atención, ya que suavizo su mirada y sonrío levemente. — Nunca pensé en conocer al verdadero Kirishima Ejiro tan pronto, me había hablado de él antes, pero nunca pensé que sería la persona que encontré herida en el campo. Creí que era un campesino que estaba de paso y fue herido por accidente.

—Ochaco, sus heridas no parecen ser de un simple accidente.

—¿Cómo se supone que lo sepa? ¡Tu eres el médico! — Mi corazón comenzó a derretirse después de escuchar su risa. Si no moría durante el accidente, de seguro lo haría de un paro cardiaco. — Ahora que recuerdo... ¿no llegaste antes de viaje? Creí que harías dos semanas en la ciudad.

Iida desvió la mirada al suelo mientras una mueca de descontento se cruzó por su rostro. Pareció pensarlo por un par de segundos hasta que decidió hablar.

—Me despidieron.

—¡¿QUÉ?! ¡¿CÓMO QUE TE DESPIDIERON?! — Solté nuestro agarre solo para sujetarlo de los hombros y moverlo bruscamente. ¿Quién se atrevió a despedir a semejante hombre? — ¡Dime quien fue y yo lo buscare junto con Mina!

—¡Ochaco! ¡No digas esas cosas! — Levantó rápidamente la mirada y me tomo de las muñecas para que dejase de moverlo.

—¡¿Y que se supone que diga?! ¡Te despidieron injustamente!

—Todavía no sabes porque me despidieron.

—Eres el señor "amante de las reglas" no necesito que me digas la razón para que sepa que fue injusto. — Me levante de la cama donde reposaba en un intento de caminar hacia la puerta, Iida no tardo en reacción y en seguirme el ritmo con preocupación. Aunque me sentía bien, Tamaki-senpai y él seguían insistiendo que debía reposar un tiempo más en caso de haber fallado en la cirugía, tonterías. Para una mujer de campo como yo, esto no es nada, he trabajado peores jornadas sin comer. — Ahora regreso.

1945; TodoDekuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora