8

2.9K 403 541
                                    


29 de agosto de 1943

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

29 de agosto de 1943.

1 año, 11 meses y 2 días antes de la catástrofe de Nagasaki.

"Hoy Domingo 29 de agosto, nos despedimos de una semana más de gloria. Compatriotas míos, vivan con fulgor y con alegría, no se rindan ante los incesantes problemas y remordimientos que se presentaron a lo largo de esta semana. Nosotros al ser seres nacidos en tierra sagrada, tenemos el deber de mantener la frente en alto con orgullo, demostrando nuestra capacidad de ser mejor. Y recuerden la frase que nuestro general Todoroki Enji siempre le dedica a nuestra amada gente y a nuestro poderoso ejército antes de salir a luchar al campo: «Hasta la más feroz puede ser superada por un enjambre de hormi-

Kkkkkkkkkkkkkkkk

.

.

.


Todo iba mal.

Observe una vez más mi reflejo a través del agua estancada que había en el suelo de un pequeño parque sucio y abandonado en Tokyo.

Unas grades ojeras de un color casi morado resaltaban cerca de mis ojos, mi rostro contaba con pequeñas manchas de barro por dormir a la intemperie, mis rulos se encontraban en un estado detestable, la picazón en mi cuero cabelludo era insoportable al punto de querer deshacerme de todo mi cabello con tal de eliminar aquella sensación molesta. La incomodidad de no haberme bañado durante días comenzaba a empeorar y las heridas que Iida tanto se había esmerado en limpiar y curar, ahora se ensuciaban y maltrataban una vez más.

Llevaba dos semanas sin dormir debido al miedo que tenía de que algún desconocido me hiciera daño.

Me levante del suelo pasando mis manos sobre el delgado suéter de color café que traía puesto tratando de limpiarme, mientras sacudía mis zapatos para quitarme todo el barro que podía.

El frío poco a poco iba empeorando y si seguía durmiendo en la calle, en algún momento podría enfermarme o algo. Tome la mochila que se encontraba descasando sobre el suelo y la reajuste sobre mi hombro para poder caminar hacia la "cueva" donde había estado viviendo en los últimos días.

Mis pies se hundían con desgano sobre el barro al tratar de llegar a lo que sería mi nueva casa temporal, los árboles poco a poco comenzaban a ser más frondosos y el ruido de los autos y el de la ciudad iba disminuyendo al punto de parecer susurros entre toda la paz y tranquilidad que el bosque me daba.

Agradecía de que no todo este urbanizado.

Después de que Jiro me echara, fui al lugar donde solía trabajaba solo para encontrarme con cenizas de lo que antes era la casa de correo local. Sero en aquel momento me miraba con aquellos ojos negros totalmente destrozados, su labio inferior temblaba levemente mientras que el frío viento otoñal removía sus cabellos en una escena trágica.

1945; TodoDekuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora