[ AU Segunda Guerra Mundial ]
Si tuviera que describir el mundo en aquel entonces, tal vez lo llamaría "problemático".
Sangre, llanto y dolor. Para muchos esta sería la descripción perfecta del mundo en aquel entonces. El dolor de ver morir a un ser...
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30 de Septiembre de 1943.
1 año, 10 meses y 2 días antes de la catástrofe de Nagasaki.
"El día de hoy, estando a dos meses de que acabe el año, hemos estado recibiendo constantes noticias referente a la declaración de guerra que evidentemente ha firmado los Estados Unidos después de que Japón invadiera el territorio de ciertas islas que al parecer le pertenecían a este país.
Ahora el ejército basto que tanto presumíamos no será suficiente para proteger toda su gente.
Tengan cuidado fuera de casa, mantengan sus hogares protegidos, incluso traten de guardar toda la comida que puedan porque la verdadera catástrofe se aveci-
Kkkkkkkkkkkkkkkkk
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Este programa ha violado el código 12 del Consejo Imperial.
Se recomienda discreción"
Acomodé la chamarra café que me protegía del frío al igual que la boina del mismo tono que intentaba esconder mis desordenados cabellos, sacudí levemente el pantalón de mezclilla con pequeños parches nada notorios que completaba mi vestimenta y limpie una última vez las botas negras que Tetsu me había regalado hace un par de días. Sonreí por inercia viendo a través del pequeño pedazo de vidrio antes de salir de mi carpa oculta dentro del abandonado edifico donde ahora vivía con Kendo y los demás.
— ¿Estás listo para irnos? — Dijo Kendo mientras terminaba de acomodarse el rebozo gris que vestía al igual que la desgastada bolsa marrón que colgaba de su hombro.
— Más que listo. — Me acerque a ella y tome la canasta que yacía a un costado de sus pies sobre el suelo en la que guardábamos las sandalias de paja que solíamos preparar para vender en los parques o en pequeñas plazas para conseguir un par de yenes para vivir.
— ¡Nos vemos luego chicos! — Dijo Tetsu mientras nos observaba a través del espejo que colgaba sobre alguna columna tratando de eliminar el último rastro de su frondosa barba gris. — Recuerda proteger a Kendo, Deku.
— Lo haré. — Dije mientras le dedicaba una última mirada al lugar con una sonrisa en el rostro. Tetsu pareció enorgullecerse por mi respuesta ya que dejo de rasurarse solo para alzar su pulgar como signo de aprobación.
