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Dedicado a @Patecornio_UwU, espero hayas pasado el mejor de los cumpleaños

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12 de Noviembre de 1943.

1 año, 8 meses y 24 días antes de la catástrofe de Nagasaki.


"Ella vive en sueños conmigo

Ella es lo primero que veo, y no sé por qué

No sé dónde esta

Él vive por su memoria

Una mujer que solo está en su cabeza

Ella duerme en su cama

Mientras él juega a fingir

Así que finge"

"She" Harry Styles

Las flores del campo dejaron de brillar el mismo día que Uraraka Ochaco dejo de sonreír. Las camelias que solían colorear el campo se ocultaron sin pensar detrás de las magnolias, las plantas comenzaron a marchitarse, las aves dejaron de cantar y los conejos que solían merodear por el lugar, desaparición sin dejar rastro alguno entre el barro o la nieve. Pareciera el campo sabía que su cuidadora no estaba bien.

Cubrí el delicado cuerpo de Ochaco con las sabanas que yacían a un costado de su futón, deseaba que pudiese sentir el calor de la única pieza cálida que estaba a mi alcance, aunque fuese mínimo, deseaba desesperadamente que aquel calor pudiese transmitir mi mensaje, que esperaría por ella con los brazos abiertos hasta que decidiese volver. Esperaré el tiempo que sea necesario para volver a verla sonreír, deseaba que dijera mi nombre una vez más solo para ver el dulce sonrojo que intentaba ocultar cada vez que entraba a mi consultorio, deseaba poder decirle todas las cosas que callé por miedo pero que ahora soy valiente para decir.

— Despertará, ¿cierto? —Pero, habían ocasiones que dudaba.

— No lo sé.

Dudaba si ella realmente deseaba volver.

Tome su mano extrañando la calidez que antes emitía, ahora lo único que podía sentir es el doloroso invierno que encoge aún más mi pecho de melancolía y preocupación. Pequeños mechones de cabello castaño caían en forma de cascada sobre el fino rostro de Uraraka, sus mejillas rosadas habían perdido brillo al igual que sus suaves labios que en más de un instante he sido tentado en tocar.

Estaba dispuesto a esperar aún si decidía no volver. Bese el torso de su mano cerrando el pacto que me mantendría atado toda la vida.

— Fuiste muy valiente ese día, Ochaco. — La expresión de su rostro carecía de la alegre chica que solía esperar todos los días en mi consultorio solo para escuchar sobre su día. Sus pestañas se mantenían inmóviles, su respiración pasaba desapercibida por lo débil que era y su piel parecía congelarse por más calor que intentara brindarle. La única chica que lograba hacerme sonreír se estaba desvaneciendo frente a mí y yo no podía hacer nada.

1945; TodoDekuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora