Capítulo Cinco

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Su presentación fue recibida con silencio

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Su presentación fue recibida con silencio. Yo no sabía qué decir. Aquello no podía ser cierto. Aquella plebeya de aspecto simplón no era un príncipe. Ella es una chica y una tan torpe que no podía ser el hábil espadachín que se rumoreaba que había acabado ella sola con una guarida de troles. ¿Podía siquiera desenvainar su espada sin vacilar, y mucho menos blandirla?
La joven se nos encaró con una gran sonrisa. Luego su mirada aterrizó sobre mí y, por una fracción de segundo, su sonrisa vaciló.

-Bueno, ¿por qué me habéis llamado? -Se rascó la nuca-. Mis disculpas, pero estaba distraída. Jin me ha contado una broma muy graciosa. ¿Queréis oírla? Un enano, un duende y un trol entran en una taberna y...

-Byul -interrumpió el comandante, que rechinó los dientes-, estábamos comentando la posibilidad de que seas la compañera de la princesa Yongsun.

-Ah. - Byulyi parpadeó y luego me miró-. ¿ Ahora? ¿Aquí?
El maestro Choi, a quien nunca había visto sorprendido, pareció salir de su asombro y parpadeó un par de veces.

-Príncesa Byulyi...

-Byul. -Santa Reina, había interrumpido a un mago maestro-. Solo Byul. Choi se recuperó y logró devolverle una sonrisa.

-Por supuesto. Byul -dijo mientras se volvía hacia mí y me ofrecía su mano-. Esta es su alteza real, la princesa Yongsun Kim.

Tomé la mano de Choi, me acerqué a él y le eché a Byul otra larga mirada. ¿Dónde estaba el «montón de músculos»?
Y aunque fuera una chica las apariencias podían ser engañosas, supuse, decidida a no perder la esperanza. La mía no era muy regia, según la opinión popular: mis mejillas demasiado rellenas. Y mi cabello, rizado y rubio, se encrespaba muy fácilmente.

-Princesa Byul. -Incliné la cabeza mientras ofrecía la típica reverencia de una princesa de la Legión, sujetando el dobladillo de mi vestido con la mano derecha y cruzando el puño izquierdo sobre mi pecho-. Gracias por haber viajado hasta aquí.

-Es un placer. -Byul estaba sonriendo de nuevo cuando volví a mirarla, pero esa vez la sonrisa era mucho más pequeña y, de alguna manera, más suave.
Choi me dio un apretón en el hombro y se dirigió a Byul.

-Si vuestras habilidades son dignas del poder de la princesa Yongsun, entonces seréis proclamadas compañeras Reales sin importar que seas una princesa.
Pude sentir el orgullo en el ademán y las palabras del maestro, a pesar de todo lo que había sucedido el día anterior. Sostuve la cabeza un poco más
alto.

-Eso me han dicho. -Byul frunció el ceño y miró con cautela al comandante-. Me siento honrada de que tengáis tan buena opinión de mí, pero yo...
De repente, el comandante agarró por el cuello a Byul, que se atragantó con sus palabras, y la empujó hacia atrás.

-Mago maestro, estamos cansados de nuestro viaje. Quizás podamos descansar y comer algo primero y luego hablar sobre el asunto de los compañeros.

La Princesa y La Hereje (Adaptación Moonsun)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora