Capítulo Veintiséis

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Como los caballos eran incapaces de maniobrar en terreno montañoso, decidimos dejarlos en el pueblo y continuar a pie. Me fue difícil decirle adiós a Yongkeey. Para mí, era más que una simple montura. Ella me había salvado en innumerables batallas y me había ayudado a superar cientos de patrullas. Pero los caballos nos ralentizaban, y Juhyun dijo que se encargaría personalmente de ellos, así que le di a Yongkeey un puñado de cáscaras de naranja y la besé en el hocico mientras murmuraba:
«Te veré dentro de poco». Sentí la mirada de Byul sobre mí y recordé cuando había dicho que también le gustaban las naranjas. ¿Podría oler luego los cítricos en mis manos? No es que esperara que pronto estuviera lo suficientemente cerca para olerlos.
Después de un día de caminata, llegamos al final del bosque de Yongsan, en el límite de las montañas Wu-Hyll, y alcanzamos la base de las
mismísimas monstruosidades. Todavía quedaban algunos árboles aquí y allá, pero la mayor parte del terreno estaba cubierto de piedra. Sin embargo, era precioso, y no pude evitar sentirme asombrada. No solo por lo grandes y lo majestuosas que eran, sino por la idea de que había sido allí donde había comenzado todo para mi antepasada.
Las montañas Wu-Hyll se alzaban donde se decía que habían estado las cuevas de los enanos, donde Kim, Sojung y Myungsoo habían librado su batalla contra el enano, donde había nacido el primer Beso. Había sido en esas cuevas donde la primera heredera de Kim había sido secuestrada y convertida en la Reina Malvada, así que tenía sentido que el huevo del Dragón Negro se encontrara allí. Temblé al pensar que podía estar en el mismo lugar donde Kim y su hermana se habían encontrado por primera vez con el cazador, Myungsoo.
Aunque nunca había estado en aquellas montañas, muchos de mis antepasados habían viajado a las cuevas para expulsar a los clanes enanos y exterminarlos como hormigas en sus túneles de tierra. Ahora solo duendes, espectros, grifos y troles deambulaban por dichas montañas. Los enanos nunca más se habían acercado allí, probablemente porque les recordaba a la matanza de sus antepasados.
El sonido de agua goteando interrumpió mi reflexión y lo seguí hasta encontrar una corriente fresca. Corría a lo largo del lateral del paso de montaña, así que decidimos acampar allí y emprender de nuevo la marcha a través de las montañas al día siguiente.
Hyejin fue muy útil. Con un movimiento de su muñeca, encendió una hoguera. Incluso pudo guiar el agua del arroyo hasta nuestros odres, lo cual era un espectáculo en sí mismo. A Wheein le asombró ver los riachuelos de agua retorcerse y girar en el aire como si fluyeran por un tubo invisible hacia el odre abierto y mientras Hyejin le sonreía de una manera ¿Tierna?
Cuando ella se ofreció a hacer la primera guardia, insistí en que la hiciéramos en parejas.

—Hay más peligro en las montañas y podemos asegurarnos de que las dos permanezcamos despiertas —dije mientras me sentaba junto a Hyejin.

Pero era tan solo una excusa. No podía olvidar las palabras de Choi:
«Debes mantenerte alejada de ella». Puesto que ya había accedido a que nos acompañara, al menos podría vigilarla.
Byul levantó una ceja, pero no dijo nada. Las últimas palabras que habíamos intercambiado habían sido cuando ella todavía intentaba convencerme de que se había enamorado de mí.
¿Cómo se puede hablar con normalidad después de eso?
Una vez que Wheein y Byul estuvieron dormidas, me volví hacia Hyejin.

—¿Así que eres de Myungsoo? Hyejin frunció el ceño.

—¿Cómo lo has sabido?

Había olvidado que Choi me lo había dicho y ella no lo había mencionado.
—Byul dijo que tu acento sonaba oriental.

—Mmm. Y yo que creía que lo escondía bastante bien. Sí, soy de Myungsoo.

—Mi madre acaba de estar allí. Dijo que había habido un avistamiento de la Reina Malvada. La luz del fuego proyectaba un brillo extraño en sus ojos y ella frunció aún más el ceño.

—Yo no creería mucho en esos avistamientos.

—¿Por qué? ¿Porque son de la Legión?
Ella no respondió y me pregunté si había tocado un tema sensible. Dejé pasar unos momentos de silencio antes de intentarlo de nuevo.

La Princesa y La Hereje (Adaptación Moonsun)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora