Todo el pueblo parecía haberse reunido alrededor del pozo mientras nos sacaban a Byul y a mí de sus aguas heladas. Hyejin y Wheein fueron las primeras en agarrar nuestras manos mojadas y tirar de nosotras por encima de la repisa de madera. Wheein me apretó la mano con tanta fuerza que creí que me iba a romper los dedos. Byul todavía no me había soltado la parte superior del brazo.
Estaba entumecida.
Mi mente apenas registró la creciente multitud de aldeanos cuando estos salieron de sus hogares, algunos tambaleándose mientras se adaptaban a caminar después de días en la cama. Juhyun me abrazó con fuerza, las lágrimas corrían por sus mejillas. Una anciana cayó de rodillas, agarró mi otra mano y me la besó.
Pero yo era ajena a todo excepto a la lluvia de oro que caía del cielo. El brillo me recordaba a la pequeña explosión dorada que había tenido lugar en el bosque tras luchar con el grifo. Y, al igual que con la herida fatal de Byul, que se había curado de repente, allí había sucedido un milagro.
La maldición estaba rota. Los enfermos habían sido curados.
En mi vida había visto levantar once maldiciones en aldeas. En todas esas veces, nunca antes había visto una lluvia dorada después. Cuando una maldición se rompía con un Beso Real, la enfermedad simplemente se iba.
Nunca nada elaborado. Simplemente… se detenía y dejaba a los pacientes discapacitados y desfigurados, como había dicho Byul. Nunca se curaban, no así.
Cada detalle sobre aquello era diferente. El ambiente era ligero, el aire, limpio, e incluso la gente sana parecía más saludable. Casi como si toda la aldea hubiera renacido.
La diferencia era más que asombrosa…, era increíble.
Mientras la gente se aglomeraba a nuestro alrededor, me incliné hacia Byul y ella me rodeó los hombros con el brazo. Se abrió paso a empujones, prácticamente arrastrándome. Wheein y Hyejin se apresuraron a ir tras nosotras mientras yo andaba a trompicones.
Byul se mantuvo firme en su andar y claramente no estaba tan anonadada como yo. De hecho, era casi como si… casi como si hubiera sabido que aquello podría pasar. Lo cual era ridículo, ¿cómo lo iba a saber? Pero, si lo sabía, aquello explicaría por qué había estado tan desesperada por ir tras el amuleto una vez que supo de su existencia en lugar de besarme.
Byul se desembarazó del desfile de aldeanos y me ayudó a subir la escalera y a llegar a una de las habitaciones que Juhyun nos había preparado.
Me bajó hasta tenderme en la cama mientras Wheein se precipitaba hacia delante.—Mi señora, ¿estáis bien? —preguntó mientras me cubría con una manta. Pero Hyejin la detuvo.
—La princesa necesita ropa seca o se resfriará. Salid, las dos. Yo me encargo de ayudarle a cambiarse.
Ni Byul ni Wheein protestaron. Byul se echó su equipaje sobre el hombro mojado. Tras dirigirme una última mirada, cerró la puerta detrás de ella y de Wheein.
Hyejin se arrodilló y abrió mi bolsa, rebuscó entre mi ropa, luego la alejó de un empujón. Abrió un gran armario y sacó un vestido crema con un patrón desteñido. Era suelto y fino, pero también estaba seco y limpio.—¿Qué tiene de malo mi r-ropa?
—Huele a humo. —Hyejin me ayudó a quitarme la ropa y a ponerme el vestido. Luego se sentó y comenzó a trenzar mi cabello sin decir ni pío.
—Lo siento —dijo mientras sus dedos entraban y salían de mis empapados mechones. Me puse tensa.
—¿Por qué?
—Por… decir lo que he dicho antes. —Cuando terminó mi trenza, puso una mano sobre mi hombro —. Me equivocaba con vosotras dos. Eres diferente a los otros Reales. Te preocupas de verdad por las personas, y yo… no creo que usaras una maldición como excusa para…
Me aparté, sus palabras anteriores volvieron a mí como el dolor de una vieja herida. Me había consumido tanto encontrar el amuleto, romper los encantamientos y la lluvia dorada que había olvidado lo que había dicho sobre mis motivaciones para besar a Byul.
Lo peor de todo era que había una parte de mí que se preguntaba si lo que ella había dicho era verdad. Y, si fuera así, ¿cómo podría soportar la vergüenza? Usar a monstruos o maldiciones como excusa… era más que deleznable.
No podía permitirme pensar en eso. Si lo hiciera, comenzaría a dudar de todo, y tenía un dragón que vencer. Como mi madre decía, no había tiempo para la duda o la debilidad.
ESTÁS LEYENDO
La Princesa y La Hereje (Adaptación Moonsun)
FanfictionLa princesa Yongsun solo tiene un objetivo ganar la guerra contra las fuerzas oscuras. Su magia es la más poderosa de todos los Reales, pero necesita un compañero que la ayude a canalizarla. La princesa Byul, con su talento inigualable para la espad...