Avanzamos por el bosque a un ritmo constante, incluso a pesar de que el terreno cambiaba progresivamente y que cada vez había más colinas.
Dirigiéndonos al norte hacia las montañas y virando en algunas ocasiones hacia el este cuando podíamos orientarnos por la posición del sol a través de los árboles, cubrimos mucho terreno. Luego comenzaron los truenos.
Llegaron rápidos, graves y amenazadores, como un segundo dosel sobre nuestras cabezas y se cernieron sobre las hojas y ramas del bosque.
Maldije y detuve a Yongkeey y le acaricié el hocico mientras el tercer trueno retumbaba a nuestro alrededor.-No es una tormenta normal.
Byul frunció el ceño mientras miraba por encima de su hombro.
-No me lo digas..., ¿otra puñetera señal? Asentí.
-Tenemos que encontrar refugio. Rápido.
-Puedo ir a explorar y buscar una cueva -se ofreció Wheein, que ya estaba desmontando.
Sabía que Wheein era una buena exploradora (los otros príncipes y los miembros de los grupos de caza a menudo se jactaban de sus habilidades), pero, aun así, mi estómago se encogió ante la idea. No solo era la tormenta mágica peligrosa en sí misma, sino que también interfería con mi Sentido, lo cual me impedía percibir si había alguna una criatura oscura vagando por allí cerca.
Me mordí el labio inferior para evitar prohibírselo. Byul me miró y luego desmontó de su caballo.-Sin ofender, Wheein, pero tengo las piernas más largas, y por eso estoy bastante seguro de que puedo moverme más rápido.
Cuando me entregó las riendas de Daebak, le dediqué una sonrisa de agradecimiento y le apreté brevemente las yemas de los dedos. Byul me devolvió la sonrisa, luego se echó la capucha sobre su pelo y se adentró deprisa en el bosque mientras arremetía contra los árboles con una daga que llevaba en la mano para marcar el camino.
Wheein y yo seguimos adelante, pero a un ritmo mucho más lento, escuchando los sonidos del bosque y la tormenta inminente. La avalancha de lluvia estaba a tan solo unos minutos. Yo solo rezaba para que el rayo negro esperara hasta que encontráramos refugio. A diferencia de los rayos normales, que causaban incendios, los rayos negros provocaban temperaturas bajo cero, congelaban a todos los seres vivos y abrían grietas en la tierra. Toda la cosecha de la temporada quedaba arruinada y la gente se moría de hambre. Las grietas que se abrían en la tierra por el hielo causaban terremotos y, cuando el hielo se descongelaba, había inundaciones. Era una desolación tras otra.
Por eso necesitábamos encontrar una cueva pronto. Un rayo negro nunca caía sobre la piedra. Ahí no había nada que matar.-Yo debería estar buscando, no ella -dijo Wheein después de un trueno particularmente potente-. Ella debería estar aquí con vos, princesa. Para protegeros.
-Puedo cuidar de mí misma, Wheein -le dije con delicadeza.
Me miró a los ojos. Era la misma mirada que me había echado cuando de pequeñas la había atrapado con haber metido un duende en su armario.
Una de puro miedo. ¿La habían aterrorizado esas víboras más de lo que había dejado ver? ¿O había sido el grifo? Había estado tan preocupada con los truenos que no había notado lo callada que había estado después del ataque.
Desmontamos para poder avanzar una junto a la otra.-Esas serpientes -dijo- casi os hieren. Varias veces. Pero ella os ha salvado... sin esfuerzo. Del grifo también. Yo no estaba allí, pero vi las manchas de sangre de Byul: ella os salvó. ¿Qué pasa si nos atacan de nuevo? No puedo protegeros como ella.
Detuve a los caballos y le eché una ojeada al cielo.
-No es tu trabajo protegerme, Wheein.
-¡Y por eso debería ser yo la que explorara! -chilló Wheein.
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La Princesa y La Hereje (Adaptación Moonsun)
FanfictionLa princesa Yongsun solo tiene un objetivo ganar la guerra contra las fuerzas oscuras. Su magia es la más poderosa de todos los Reales, pero necesita un compañero que la ayude a canalizarla. La princesa Byul, con su talento inigualable para la espad...