Capítulo Seis

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El Consejo se reunía en una gran sala circular ubicada casi directamente detrás del Salón de los Ancestros. Tapices de Reales del pasado decoraban las paredes y, tras una mesa redonda con sillas de caoba acolchadas, había una gran vidriera que filtraba la luz del sol de color rojo, dorado, verde y azul.
De los tres magos maestros que residían en el castillo de Yeon, Choi era el más viejo y sabio y, por lo tanto, gozaba de un alto prestigio entre el Consejo. Él había enseñado a casi todos los miembros actuales del Consejo, por lo que no había nadie en quien confiaran más.
Entré por las grandes puertas de brucel, cuya madera estaba tallada con imágenes de Reales sin rostro y de dragones feroces. Toda conversación se detuvo cuando entré y cada una de las miradas se volvió hacia mí.

-Princesa Yongsun, adelante -dijo el maestro Choi.

La mesa no estaba llena. Faltaban al menos cuatro miembros. El Consejo Real estaba formado por príncipes y princesas a quienes los magos maestros habían designado un asiento en el Consejo del reino. Una vez miembro del Consejo, sus títulos cambiaban a rey o reina. Aunque cada reino tenía su propio Consejo, siempre había sido un símbolo de gran prestigio formar parte del Consejo Yeonno, ya que este había sido el fundador de la Legión.

-Princesa -dijo el rey Baek mientras se ponía en pie y la madera de su silla chirriaba sobre el suelo de mármol-, aceptad nuestro más sentido pésame por la pérdida del príncipe Seung-Ho.
Instintivamente, me sujeté la mano derecha, la mano que todavía portaba la marca medio desvanecida de Seung-Ho.

-Gracias, majestad.

-Vuestra ceremonia de separación está programada para esta tarde, ¿no?
-preguntó la reina Jihyun.

Ignoré la punzada de dolor. «Demasiado pronto.»

-Sí, majestad.

-Entonces, ¿estaréis preparada para aceptar la marca de alguien más en unos días? Mi pulso se aceleró.

-Por supuesto, mi reina.

-Así pues, ¿qué pensáis vos sobre la príncesa Byulyi? -preguntó el rey Baek. Me lamí los labios.

-Me es difícil decirlo, majestad. Todavía tengo que ver con mis propios ojos qué puede hacer.

Los miembros del Consejo intercambiaron miradas y un incómodo silencio cayó sobre la sala. Tal gravedad no podía ser simplemente porque habían oído que mi potencial compañera era un poco grosera, además de una chica.

La reina Jihyun se inclinó hacia delante.
-Debemos ser cautelosos con los prejuicios, Baek. Debemos pensar en lo que es mejor para la Legión..., para todo el reino.

-Soy muy consciente de eso, Jihyun. Pero su linaje...
Me acerqué a la mesa y aferré el respaldo de una silla vacía.

-Si se me permite preguntar al Consejo, ¿qué pasa con su línea de sangre? El príncipe Kangjoon me comentó que es media princesa. Puede que no sea una Real pura, pero, si sus habilidades son tan buenas como dicen, entonces no debería importar.

El rey Baek rechazó mis palabras.
-¿Y qué hay de la otra mitad de su linaje? Fruncí el ceño.

-No estoy segura de a qué os referís.

-Su padre era el príncipe Minseok de la casa de Moon y su madre, bueno, no estamos muy seguros de su nombre.

-¿Cómo podéis no saber su nombre?
El rey Baek se sentó en su silla y cruzó los brazos.

-No fue reconocida por el Consejo Real de Jung y al príncipe Minseok le prohibieron volver a verla.

-Pero ¿por qué?

La Princesa y La Hereje (Adaptación Moonsun)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora