✮Capítulo 11

1K 95 12
                                    

Oscuridad

La veo, de pie frente a mi, luciendo un vestido blanco y corto el cual se le ajusta a la piel demarcando su espléndida figura, sonríe como una niña pequeña y se acerca a mi, se acomoda sobre mi regazo con una pierna a cada lado, juguetea con el borde de mi camisa mientras siento su aliento sobre mi boca.

Lo que más me gusta de ella, es su mirada, no porque sus ojos sean azules, grandes y preciosos, sino porque su mirada es profunda y expresiva, cada pestañeo me da una paz interior y su inocencia me llena el alma de una manera especial

Nuestras lenguas se pierden en cada centímetro de nuestras bocas, nuestro beso no es tierno ni infantil, por el contrario su beso hace que mi miembro se endurezca queriendo que vuele el pantalón, esta mujer me prende como ninguna otra lo había hecho. Saboreamos cada momento de ese beso como si ambos lo hubiésemos añorado toda la vida. 

Me deshago de su vestido y mis manos disfrutan el roce de su piel bajo mis palmas, mi respiración se acelera, ansioso por penetrarla, la imagen de mi miembro en su sexo me roba un gruñido de la garganta.

Me da su sonrisa lujurioso mientras  comienza a balancear sus caderas sobre mi miembro erecto. ¡Joder! Le gusta jugar, provocarme y lo logra haciendome perder la cabeza.

Me quita el pantalón y besa mi cuello, muerde con desespero y no deja de frotar su centro en mi. Me toma la mano y la guía a sus pliegues, dándome permiso de tocarla como quiero, mis dedos se llenan de su humedad y es inevitable que no lleve mi mano a mi boca, deleitandome con su sabor.

Me prende notar lo estrecha que es, mis dedos le abren los pliegues y me palpita el miembro cuando su humedad me rodea los dedos.

«Joder, la deseo»

Soy más de estar con mujeres experimentadas. Esto de enseñar a niñas inexpertas, sobre cómo follar no es lo mío. Otra barrera más que Aileen paso en mi. Esta niña es una bala que rompe todos los estereotipos o prospectos a los que, alguna vez creí ser fiel.

Me descontrola, juega con mi cabeza y justo ahora solo puedo pensar en estar dentro de ella y hacerla gritar mi nombre.

Le doy la vuelta dejandola bajo mi cuerpo, abro sus piernas con fuerza, y un jadeo agudo sale de su delicada boca, me froto con fuerza, me olvido del preservativo y de todo lo demás y solo me dejó llevar por sed de ella, la embisto con fuerza y sin aviso.

Cuando entró por primera vez su espalda forma un arco y un grito se escucha en la habitación, comienzo a moverme tomándola de la cintura, se siente tan bien tenerla, el deseo se adueña de mi y no hay sensación que se compare a la de este instante, que no quiero que acabe.

Me prendo de sus senos rosados, chupo, lamo y muerdo a mi antojo, sus jadeos y la marcas que deja en mis brazos hacen que mi falo quiera explotar. Me duele y ese dolor se desvanece solo cuando la entierro profundamente, su estreches me tiene adicto, colgado de la necesidad que me causa y el deseo de no salir nunca de ella

—Mi actorcito.

Susurra con su típico tono de niña consentida, me clava las uñas a lo largo delos brazos.

—Mi adhara, mi estrella.

Contestó preso de lujuria.

—Tuya no —responde sonriendo ampliamente—. No eres bueno para mí ¿Crees que no se tu secreto? Me das miedo.

Sus palabras me devuelven a mi tan típica pesadilla nocturna, me alejo de ella y sus ojos me miran acusandome. La sensación de dolor se vuelve presente y creciente, mis ojos comienzan a nublarse y ahí está, de nuevo, mi jodido infierno cada que cierro los ojos

INEFABLE✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora