INEFABLE✔️

✮Capítulo 27

Siempre yo.

—Vamos Adhara. —toma mi mano.

La puerta del salón rechina y Axel sale mientras se pone la chaqueta. Doy un paso atrás, dejando una distancia prudente entre Seth y yo. Se acerca a nosotros mientras destapa una botella de agua.

–Aquí están, tu novia despertó y te está preguntando —da dos palmadas a el hombro a Seth—. Quien diría que America es una ebria llorona.

La mirada de Seth permanece inmóvil sobre mí, esperando mi respuesta. Ignora por completo al chico que está de pie junto a él

—Mi Adhara. —habla en tono bajo y lento.

—Seth, no me oíste. —habla de nuevo Axel.

—¡Cierra la puta boca! —Sube la voz sin dejar de verme.

Axel lo mira ofendido y niega.

—Calmate viejo, a mí no me tratés así.

—¡¿O qué?!

Sube la voz, gira la cabeza y mira mal al argentino, está pose de macho dominante me pone nerviosa.

—O lo solucionamos como caballeros.

—¿En el ring? Adelante. —habla en tono burlón Seth.

De nuevo mi chófer hace sonar la bocina del auto llamándome. Niego cambio mi peso de un pie a otro mirando a Seth, sonrió amable ahora mirando a miro a Axel.

—¿Quieres que mi chófer te lleve? —pregunto tomando la mano de Axel y alejándolo de la mira asesina de Seth.

—Claro belleza, sos del uno.

Besa mi mejilla y camina al auto dejándome de nuevo sola con el actorcito.

—¡Aileen te quédas!

Toma mi mano con fuerza impidiendo que me aleje.

—No. —digo firme.

—No era pregunta.

Tensa la mandíbula y la mirada que me da me penetra todo el cuerpo, pasa saliva y alza un poco la barbilla.

—Tienes una responsabilidad con una niña ebria, y con varios desconocidos en el salón VIP.

—Me vale mierda, solo necesito que te quedes. ¿Desde cuándo ese aire de responsabilidad?

—Desde siempre.

Trato de alejarlo, pero no me lo permite. Ruedo los ojos y Mila comienza a gritarme desde la ventanilla del auto.

—Adhara.

Niego.

—Basta ya. Me estás lastimando.

Señaló el agarre que tiene en sobre mi muñeca.

— ¿Cogerás con él? —me da un jalón haciendo que quede contra su pecho— Tu solo me perteneces a mi. Ni el, ni el puto director, te dan lo que yo.

Alejo mi rostro cuando intenta besarme, susu palabras tienen poder en mi, y lejos se sentir enojo, siento una corriente por el cuerpo.

—¿Cogeras con él? —vuelve a preguntar.

—No lo sé —subo los hombros—. Mi vida privada, solo me concierne a mí

Me suelto de su agarre como puedo, y camino a pasa tranquilo hasta el auto. El sonido de mis tacones les hacen coro a los gritos de Seth llamándome, lo último que veo es como agarra a puñetazos la puerta del club.