ᴄᴀᴘɪᴛᴜʟᴏ 18.

6.6K 659 277
                                    

Había pasado unos días desde el encuentro de Harry y Louis.
La relación entre esos dos había mejorado.
De pasar incómodos silencios hablaban siempre, que si estuvieras con ellos les pedirías que se callen.

Harry había invitado a Louis a uno de sus locales - el más cercano a su casa-  para cocinar juntos.

Louis estaba emocionado, cocinaría con Harry.
Se estaba preguntando que cocinaría mientras iba caminando hacia el departamento del ojiverde.

Tocó la puerta y Félix abrió.
La sonrisa de Louis cayó.

— ¡Hola, Louis! — saludó alegre.

— Hola. — saludó secamente.

— Por favor entra — se hizo a un lado y Louis entró.

Louis observó detenidamente a Félix, su cabello rizado estaba revuelto, no tenía alguna camiseta, sus ojos brillaban y sus mejillas estaban sonrojadas.

Louis ya sabía que había hecho y a quién.
A él le hicieron lo mismo cuando fue de vacaciones a Dallas, Texas.

— ¿Interrumpí algo? — preguntó Louis y Félix negó.

— Llegaste antes. Harry se está cambiando. Puedes sentarte.

Louis tomó asiento en el sofá esperando por Harry.

¿Acaso Félix y Harry tenían alguna especie de relación?

Louis lo iba a admitir, Félix es demasiado atractivo y sexi, no le sorprendería mucho si estuviera con Harry.

— ¿Cómo has estado? — preguntó Félix haciéndose un té. — ¿Quieres uno?

Louis asintió.

— He estado mejor... ¿Tú?

— Estoy bien, mi familia vendrá a visitarme y estoy muy feliz. Tiene años que no los ha la visto.

Louis no pudo evitar sonreír, sabía cuan feliz se podía ser al ver a la familia.
Eso le recuerda que no ha ido a Doncaster desde hace dos años.

— Me alegro por ti. — dijo sinceramente.

Harry salió de la habitación ya cambiado.

— Buenos días, Boo. — sonrió Harry haciendo que su hoyuelo se notara.

— Buenos días, Hazz. — sonrió de vuelta Louis.

— Hola, Hazzie. — sonrió Félix y Harry le dio un beso cerca de la comisura de su labios.

Louis frunciò el ceño considerablemente.

— Hice té para los tres.

— Muy amable, Félix.

Los tres se sentaron en el comedor, Harry platicaba con Félix sobre la familia del rizado pelinegro.
Louis se mantenía callado, se sentía fuera de lugar.

El ojiazul notó las miradas y caricias que se daban ambos rizados.
Estaba más que seguro que ellos tenían algún tipo de relación.

— Cuando te vayas, deja la llave en la maceta de afuera. — Harry se levantó y Louis también.
Félix asintió a la orden
Harry le dio un beso en la mejilla y ambos chicos salieron del departamento.

— ¿Y que vamos a cocinar? — se atrevió a preguntar el ojiazul.

— Un postre. Ya sabes, mi especialidad son los dulces. Por algo mi tienda son de dulces y postres. — sonrió obvio.

Era domingo y Harry no abría el negocio que el dirigía aunque está vez hizo una excepción por Louis.

Harry lo llevó a la cocina.

ʟᴏᴠᴇ ʙʏ ᴄᴏɴᴛʀᴀᴄᴛDonde viven las historias. Descúbrelo ahora