ʟᴏᴠᴇ ʙʏ ᴄᴏɴᴛʀᴀᴄᴛ

ᴄᴀᴘɪᴛᴜʟᴏ 29.

Louis fue el primero es despertar por el dolor no tan insoportable que tenía en la cadera, pudo ver qué de reojo tenía la marca de los dedos de Harry en un leve color rojizo/morado.

Se sentó en la cama para admirar a Harry dormir boca abajo, su cabello castaño y rizado caía sobre su frente, sus labios estaban ligeramente entreabiertos soltando pequeños ronquidos y tenía el celo fruncido.

Louis no pudo evitar darle un beso en la mejilla.

Harry se removió, despertando poco a poco, encontrándose con una bella imagen enfrente de él.

- Buenos días, Boo. - dijo con su voz aún más ronca.

Louis amaba la voz mañanera se Harry.

- Buenos días, Harry. - sonrió haciendo que se notaran las pequeñas arruguitas de sus ojos.

- Debo ir a trabajar, ¿Podrías llevar a mi gata al veterinario?

- Harry, no puedo tocar esa bola de pelos ¿y si me vomita una?

Harry rió, sentándose correctamente en la cama.

- Alice no te hará nada, es una buena gata. Iría con ella pero hoy es lunes y por lo regular hoy se vende mucho. Por favor, amor. - hizo un pucherito y Louis no pudo negarse.

- De acuerdo, le diré a Zayn si me acompaña.

- Eres el mejor, Lou. - sonrió Harry dándole un beso.

Harry fue el primero en levantarse para ir al baño.

Sin pudor alguno de ponerse ropa.

Louis lo siguió con la mirada hasta que desapareció de su vista.

Nuevamente se acostó en la cama cerrando los ojos.

No se dio cuenta cuando se quedó dormido, hasta que se despertó nuevamente y miró la hora.

"2:28 de la tarde" marcó el reloj digital que tenía Harry.

Con demasiada pereza se levantó, se puso los primeros bóxers que encontró tirados importándole poco si eran de él o de Harry.

Se dirigió a la cocina donde la gata estaba acostada en la silla de Harry.

Encontró una nota pegada en el refrigerador y sonrió por la bonita caligrafía que Harry tenía.

"Recuerda llevar a Alice al veterinario, te dejé el desayuno en la estufa.

Mucho amor.

H."

Dejó la nota en su lugar, calentó su desayuno y comió.
Le sirvió un poco al gato, tenía que comprarle varias cosas.
Hizo una lista mentalmente, lavó los trastes y se cambió.
La gata de apenas dos meses lo fue siguiendo por toda la casa.

Louis tomó su celular para marcarle a su mejor amigo.
Dos pitidos después y contestó.

- Hola, Louis ¿qué pasa?

- Zaynie, sé que estás ocupado con eso de tu boda pero me preguntaba si quisieras acompañarme al veterinario.

- ¿Te enfermaste? - se rió Zayn.

Louis rodó los ojos.

- Harry adoptó una gata de la calle e iré a que la revisen y le pongan cualquier mierda que necesite para estar bien.

- De acuerdo, voy. Liam está viendo los arreglos de mesa y no se decide por ninguno y quiero huir de aquí. Quería ponerle el pretexto de que mi abuela se enfermó y tendría que ir a cuidarla.