Un mortifago para cada mago...

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     Lo días habían comenzado a transcurrir. El día siguiente a mi llegada había llegado dos chicos más Harry Potter y Hermione Granger a la madriguera, un chico muy famoso, llevaba siempre con el unas pequeña gafas redondas, ojos verdes como el bosque y cabello tan oscuro como el mismo vacío pero el contrario de su piel… tan blanca como la nieve. Tal vez si nos hubieran criado juntos si nos creerían hermanos, ya que los dos poseemos las mismas características más que mi piel es un poco más oscura que la suya. Y de la chica, me sorprendió bastante todo lo que sabia del mundo mágico, me había contado creo la octava parte de todo lo que sabe y aun así me había sorprendido.
Al día siguiente la chica lista de cabello castaño nos había levantado a Harry, Ron y a mí ya que teníamos que partir temprano si queríamos llegar al Campeonato de Quidd… Quidditch? Ah no! Quiddicht. Bueno con el paso del tiempo me aprenderé a decirlo.

- Que linda amaneciste, ______. – Dijo Fred refiriéndose a mi mientras bajaba las escaleras.
- Gracias, Fred. – Dije tornando mi cara color escarlata.
- Él es George, yo soy Fred. 
- Lo siento, George. Es que como son iguales. – Dije poniendo mi cara aun más escarlata.

Me senté en la mesa para desayunar algo antes de partir sin antes de que uno de los gemelos se me acercara mi me susurrara ‘’Era broma, si era Fred el que te dijo eso. Pero es verdad, amaneciste muy linda’’.
Al decirme eso George mis mejillas se tornaron color escarlata una vez más pero por mi estupidez al no poder diferenciarlos.
Después de desayuno nos fuimos rumbo a un al mundial de Quiddicht cuando un señor robusto canoso y un chico alto de piel tan blanca como la de Harry pero cabello tan claro como el de Hermione se nos acercaban. Arthur y el hombre robusto se saludaron como viejos amigos sin años de verse mientras Harry y yo los veíamos curiosos.

- Chicos, él es mi gran amigo Amos Diggory. – Anuncio Arthur Weasley ante todos.

Todos habíamos saludado como niños de prescolar, al unísono. Yo había admirado mucho al joven que acompaña a Amos. Debo de decir que no es nada feo para ignorarlo.

- Es apuesto, no? – Dijo una voz a mis espaldas.
- Si, la verdad es que si, Hermione. – Dije apartando mi vista de él y enfocándola en Hermione.
- Escuche que esta soltero. – Dijo Hermione arrimándose hacia mi.
- Entonces deberías aprovechar. – Dije entre risas.
- Por favor, _____. Se ve desde lejos que el chico te encanto además es muy agradable. – Dijo ella riéndose de mi comentario.
- Bueno, veremos que pasa en un futuro. – Dije mientras fijaba mi vista otra vez en el.

Gracias a la inteligencia de ______ Schmidt y mis miradas a él joven guapo tropecé en la pequeña colima en la que veníamos caminado. Al parecer nadie se había dado cuenta lo cual era bueno, nadie vio mi gran caída. En el suelo vi como todos seguían avanzando y en su platica pero ya no podía divisar el joven guapo hasta que sentí como una mano se posaba frente a mi en ofrenda de ayuda y para mi sorpresa era el joven guapo.

- Necesitas ayuda? – Pregunto el apuesto joven.
- No, estoy bien… creo. – Dije un poco nerviosa. – Pero gracias de todos modos.
- Cedric Diggory.
- _____ Schmidt.

Arthur grito para que nos apuráramos ya que ya habíamos llegado al famoso lugar. Y que era ese lugar? Una sucia y fea bota vieja en la punta de la colina. 

- Rápido todos alrededor de la bota. Tómenla con la mano, que ya vamos retrasados! – Exclamo Amos. 
- Harry! – Grito Arthur ya que Harry no había tomado la bota y estábamos a punto de partir.

La bota comenzó a girar junto con nosotros. Era como estuviéramos dentro de un tornado, fue grandioso pero a la vez me aterraba que algo llegara a pasar. Arthur y Amos dijeron que nos teníamos que soltar. Harry, Ginny, Fred, George, Ron, Hermione y yo seguimos la orden y para nuestra mala suerte caímos fuertemente sobre el césped mientras Arthur, Amos y Cedric bajaban como si hubiera unas escaleras invisibles.

- Estuvo algo agitado, no? – Dijo Harry entre risas.
- Vamos que ya no falta nada para que comience el mundial! – Exclamo Arthur.

Amos y Cedric se fueron por su camino y nosotros por el nuestro. Arthur nos mostro una pequeña casa de campaña en la que comenzaron a entrar todos los Weasley. Harry y yo nos mirábamos confundidos preguntándonos ‘’Como podría ser que todos entráramos ahí?’’ pero todo cambio al respecto cuando entramos. Era mas grande que mi casaMuggle y eso que yo vivía en una casa inmensa, los gemelos descansaban mientras Hermione y Ginny revisaban el lugar y Ron… como siempre en la cocina.


                                                          …


Estábamos listos para el mundial de Quiddicht. Los gemelos estaban pintados de la cara con gorros gigantes y bufandas verdes y blancas, Hermione llevaba una bufanda igual, Harry llevaba un gorro una bufanda roja y negra mientras yo tenía dos franjas en mis mejillas de los mismos colores de Harry y Ginny y Ron llevaban unos gorros azules.
Íbamos en camino muy alegres hasta que Arthur se paro a escuchar el comentario de un hombre. Ellos parecían estar en una discusión pero yo no podía escuchar ni ver nada, gracias a que George no me dejaba ver por su altura. 
Cuando había terminado la discusión todos avanzaban en el camino deseado si no antes de que partiéramos todos pude ver algo que me llamo la atención, mejor dicho, alguien. 
Era un joven aproximadamente de mi edad con un cabello rubio platino, tan parecido al cabello del asesino de mi madre, con una piel aun más pálida que la de Harry y unos ojos platinos, debo decir muy lindos.
El me miraba desconcertado, yo solo lo miraba confundida. No entendí el porqué de nuestras miradas pero debo decir que no era nada desagradable. Escuche a alguien gritar: ‘’Andando, Draco. ’’ Y el rubio platino partió rápidamente con la mirada hacia abajo.
Me sentía desconcertada y no sabia por qué.
El mundial había comenzado. Irlanda iba arriba de Bulgaria por no se cuantos puntos hasta que un tal Viktor Krum toma la snitch dorada. Tengo entendido que si la agarras ganas 150 puntos para tu equipo, no? Bueno, lamentablemente no fue lo suficiente para ganarle a Irlanda.


                                                             …



Nos encontrábamos en la casa de campaña. Ron hablaba de lo asombroso que era Viktor Krum, mientras Hermione y Ginny se encontraban platicando. Los gemelos pensaban que Ron tenía una especie de enamoramiento a Viktor Krum, lo cual empezar a cantar unas palabras un poco desafinadas…

Viktor, te amo.
Eres mi héroe.

Harry y yo nos unimos a otras estrofas conducidas por los gemelos. Escuchábamos demasiados gritos afuera, lo cual no nos extrañaba gracias a la victoria de Irlanda.
Arthur vino corriendo hacia nosotros diciendo que teníamos que salir de ahí ahora ya que unos mortifagos habían atacado. 
Mi sangre llego hasta la cabeza de la rabia y el coraje de escuchar esos nombres. Salimos corriendo. Fred me tomo de la mano para que no me llegara a perder mientras Arthur tomaba a Ginny, y Hermione y Ron no se separaban de nosotros.
No veía a Harry por ningún lado, los buscábamos pero no podíamos encontrarlo. Después de que los mortifagos se habían ido, Ron y Hermione se ofrecieron para buscar a Harry. Arthur se había negado pero no me importo. Salí corriendo a buscar a Harry mientras Arthur gritaba mi nombre acompañados de unos ‘’no’’.
Mi preocupación era demasiada ya que llevaba una hora buscando a Harry y seguía sin aparecer. Hermione y Ron iban junto conmigo hasta que algo me petrifico.
Vi a uno de los hombres de mis sueños mientras hacia, lo que parecía, un cráneo con una serpiente saliéndole de la boca en el cielo. 
El hombre se alejó rápidamente. Y a lo lejos pude escuchar unos gemidos que eran de Harry, ya que se encontraba muy débil en el suelo.

La Oscura Bruja de GryffindorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora